No implica realizar trabajos por cuenta ajena para una compañía eléctrica la percepción de unos ingresos por la explotación de una propiedad industrial si dicha explotación no se lleva a cabo por el beneficiario y, en consecuencia, no constituye trabajo propiamente dicho para una empresa.
Tampoco se realiza una actividad laboral por cuenta propia siendo simplemente titular de una instalación sin ningún tipo de gestión, mantenimiento ni facturación por lo que, por lo tanto, no puede ser considerado una actividad (ni por cuenta propia ni ajena) relacionada con la explotación de la instalación de la que se es propietario.