La primera oleada de la pandemia se cebó con los trabajos temporales y a tiempo parcial

La Seguridad Social detectó un inusual repunte en los registros de las bases de cotización, que permiten conocer las remuneraciones mensuales brutas de los afiliados, durante los meses de abril y mayo, cuando tocaron máximos en pleno pico de la pandemia. Los técnicos del departamento que dirige José Luis Escrivá atribuyen este fenómeno al tipo de empleo que se destruyó de manera masiva durante ese periodo, en concreto, contratos temporales y a tiempo parcial. En definitiva, los peor remunerados y, en consecuencia, con bases de cotización más bajas. Así, las nóminas de los trabajadores que gozan de condiciones estables, generalmente más elevadas, tiraron al alza de las bases medias de cotización, hasta rozar los 2.000 euros en plena oleada de despidos y expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).

La estadística de bases de cotización es relativamente nueva. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones hace públicos estos datos desde finales de 2019, la serie histórica se remonta a enero de 2018 y, por ahora, abarca hasta el pasado mes de junio de 2020. La evolución de este indicador ha sido ascendente en los últimos dos año y medio, con algún altibajo, pasando de situarse por debajo de los 1.800 euros a superar ligeramente los 1.900 euros, en concreto, 1.920 euros, según el último dato de junio. Sin embargo, como se aprecia en el gráfico, en los meses de abril y mayo escaló hasta los 1.960 euros, máximo desde que hay registros.

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Esta estadística no tiene en cuenta las cotizaciones de los sistemas especiales agrario y de empleadas del hogar y se centra así en el régimen general y en las cotizaciones por contingencias comunes, que son con las que se financian las pensiones y el resto de las prestaciones y con las que se calcula la base reguladora que sirve para fijar su cuantía. Por tanto, se determina la base de cotización con la remuneración total del trabajador, para lo que tienen en cuenta todas sus percepciones económicas, sean en dinero o en especie, y después se halla la base media dividiendo el importe total de las bases de cotización por contingencias comunes entre el número de cotizantes.

Pues bien, en abril, cuando el confinamiento había hecho desaparecer de un plumazo cerca de 900.000 empleos y había 3,4 millones de trabajadores en ERTE, la base media de cotización escaló a los 1.959,2 euros. Esto se explica porque el 75% de los contratos que se extinguieron eran temporales, según los datos que maneja la Seguridad Social, de manera que la masa salarial media se infló al dejar de contabilizar esos sueldos más bajos. En el mes de mayo, cuando la afiliación empezó a remontar ligeramente con el proceso de desescalada, la base media se mantuvo en ese nivel, bajando ligeramente a 1.954,5 euros. Y en junio, con la reactivación de la contratación temporal, el dato se desplomó de nuevo, hasta los 1.919,6 euros, nivel previo a la crisis.

Persiste la brecha de género…

La clave está en que se da una notable diferencia entre las bases de cotización de los contratos indefinidos (2.028 euros) y de los temporales (1.437 euros), siendo estas superiores en ambos casos cuando se trata de jornadas completas, frente a parciales, de ahí que al desaparecer muchos de los contratos con las bases más bajas, la media suba. En cualquier caso, en términos generales la evolución interanual de la base media por cotizante es positiva, pues en junio se incrementó un 5,3% respecto al mismo mes de 2019, creciendo más entre las mujeres (un 6,35%) que entre los hombres (4,47%). Sin embargo, la brecha de género persiste en las remuneraciones, con una base media de 1.758 euros para las trabajadoras, frente a los 2.065 euros de los afiliados varones. No en vano, son ellas las que ejercen en mayor medida empleos temporales y a tiempo parcial.

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Asimismo, se percibe una importante diferencia por tramos de edad. En la estadística desglosada se detecta que la base media de cotización de menor cuantía, 1.027 euros, se observa en los cotizantes menores de 25 años, especialmente en las mujeres, cuya base media se queda en 955 euros, muy poco por encima del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que este año se sitúa en 950 euros. Esta cantidad que va creciendo a medida que aumenta la edad, entre los 25 y 59 años, cuando se llegan a alcanzar los 2.168 euros, y desciende a partir de los 60 años, hasta los 1.920 euros (coincidiendo con la media total) en el caso de las personas mayores de 65 años que continúan cotizando a la Seguridad Social. En el caso de los más mayores, además, la brecha de género se dispara hasta los 680 euros de diferencia entre las retribuciones de los hombres (2.262 euros) y las de las mujeres (1.581).

… profesional y territorial

También se observa una notable diferencia en la base media entre las distintas actividades económicas, que llega a ser de hasta más de 2.000 euros entre la actividad con la base más alta, Suministro de Energía (3.452 euros) y la más baja, Hostelería, con apenas 1.208 euros. En los tramos más altos también figuran las Actividades Financieras y de Seguros, con 3.181 euros, o la Información y Comunicaciones, con 2.584 euros. En contraste, por la parte baja de la tabla aparecen las Actividades Recreativas y Entretenimiento, con 1.375 euros, o las Administrativas y Servicios Auxiliares, con 1.392 euros. Mientras, las Actividades Sanitarias y de Servicios Sociales, fundamentales en esta pandemia, se colocan por encima de la media, con 2.110 euros, aunque alejadas, por ejemplo, de la Administración Pública, donde las bases de cotización de los funcionarios alcanzan de media los 2.427 euros.

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La estadística también incluye una recopilación de las actividades económicas con mayor número de cotizantes y sus bases medias, y un desglose en función del sexo que muestra cómo la mayor brecha se encuentra en las Actividades Profesionales, Científicas y Técnicas (513 euros de diferencia entre los hombres y las mujeres). Le sigue el Comercio  y Reparación de Vehículos, con 432 euros, y las Actividades Sanitarias, con 408 euros. Se añaden, a parte, datos de otra brecha, la territorial, con las mayores remuneraciones en provincias vascas como Álava (2.339 euros), además de Navarra (2.154), Madrid (2.141) o Barcelona (2.122) y las más bajas en Badajoz (1.601 euros), Almería (1.630) o Alicante (1.637 euros).

Fuente: La Informacion

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