Entrevista al Director Provincial del INSS en Sevilla: “Estoy convencido del mantenimiento de nuestro sistema público de la SS”

El sistema público de pensiones español sigue siendo noticia y, cada vez más, por muchos motivos. Pero principalmente porque se trata del mayor “pastel económico” del Estado que tantos intereses privados quieren repartirse y gestionar ¿o más bien desmantelar? Sobre esto y mucho más nos hablará el Director Provincial del Instituto Nacional de la Seguridad Social en Sevilla, Camilo Hernández León, a quién agradezco enormemente su participación en esta entrevista.

Camilo, como sé que llevas muchos años al frente de la Dirección Provincial del INSS en Sevilla, te quiero preguntar lo siguiente: ¿Cuántos años llevas ocupando el cargo de Director Provincial? ¿Y qué valoración haces de la evolución de nuestra Entidad Gestora desde que entraste a formar parte de ella?

Pues sí, aunque solo sea por la cantidad de años que tengo el honor de dirigir a esta Entidad en Sevilla, creo que puedo contestar a esta pregunta con conocimiento de causa.

El INSS ha evolucionado en las dos últimas décadas con la prudencia propia de una institución trascendental en la vida de los ciudadanos, pero sin perder nunca la aspiración de mejorar y asentando nuestra vocación de Servicio Público.

En materia de gestión hemos evolucionado hacia una mejora continua de los procesos y plazos de resolución en el reconocimiento de las prestaciones del sistema.

El sistema público español de Seguridad Social, tiene la ambiciosa estrategia institucional de conseguir al 100 % la no interrupción de rentas inmediatamente después de la supresión de la retribución profesional de asalariados y trabajadores por cuenta propia. Podemos decir que en estos años se ha conseguido plenamente dicha aspiración.

Por otro lado, intentamos mejorar día a día la atención a los ciudadanos que acuden a nuestras oficinas en solicitud del amplio abanico de prestaciones que gestionamos, así como por la gran demanda de información. La opinión recabada a los ciudadanos que acuden a nuestras oficinas, se acerca a la excelencia en el desempeño diario de nuestros funcionarios de atención directa al público, a pesar de la gran dificultad añadida por la disminución de nuestros efectivos a causa de las jubilaciones que se vienen produciendo en los últimos años.   

¿Piensas que nuestro Sistema Público de Pensiones está en peligro? Y si es así, ¿quiénes o qué lo ponen en riesgo de posible quiebra, privatización o merma de las prestaciones?

Nuestro sistema público de pensiones tiene origen en nuestro entorno europeo, que estableció en su día un sistema contributivo y de reparto en la Alemania de Bismark. En primer lugar, estamos ante una conquista política y social del mundo civilizado occidental. Este sistema plenamente homologado y de funcionamiento contrastado se basa en un contrato social de solidaridad intergeneracional -de reparto- y territorial -caja única-. En consecuencia, los trabajadores y empresarios de una generación sostienen a los pensionistas de su tiempo. Esto conlleva, inexorablemente, la necesidad de proveer financiación en cada situación económica. Pues bien, la defensa rigurosa del sistema debe basarse en una garantía de percepción de las prestaciones, con independencia del origen -fiscal o de cotizaciones- de los ingresos.

Dado que nuestro sistema asimismo establece derechos subjetivos reclamables ante la institución pública, el propio sistema debe poner en marcha los mecanismos oportunos para el cumplimiento de su función protectora.

Ocurre que, con la evolución de la esperanza de vida, afortunadamente nuestros pensionistas perciben su prestación durante un período cada vez más largo en el tiempo. Además, la tasa de sustitución (pensiones que causan baja en relación a las que se inician), aumenta progresivamente en los últimos años. Es decir, los ingresos actuales por cotizaciones, a pesar de su aumento, vienen siendo insuficientes como vía exclusiva de financiación.

¿Quiere esto decir que forzosamente, como se afirma en algunas opiniones públicas, estamos abocados a una liquidación del sistema de reparto contributivo actual? Rotundamente no.

Tenemos temas pendientes como, por ejemplo, la financiación indirecta que el sistema aporta a la política de fomento del empleo mediante la bonificación de cuotas a la Seguridad Social y que bien podrían pasar a ser financiadas por los presupuestos generales del Estado y no por nuestro sistema de Seguridad Social.

Por ello, estoy absolutamente convencido del mantenimiento, en el corto y largo plazo, de nuestro sistema público de Seguridad Social.

Si no me equivoco, nuestro sistema de reparto de pensiones públicas nació como una “hucha” de cotizaciones sociales para cubrir las principales contingencias que desprotegían a las personas y a las familias frente a la escasez de recursos económicos tras la pérdida del trabajo, de la salud o tras la muerte del cabeza de familia. ¿Crees que deberíamos seguir limitándonos a dicha “hucha” para seguir pagando las pensiones? ¿O deberíamos abrirnos a otras fuentes de financiación?

El sistema de reparto no tiene su base conceptual en la existencia de una “hucha”. Más bien se trata de una financiación basada en la solidaridad intergeneracional, de tal manera que los activos actuales con sus aportaciones financian las prestaciones que devengan los beneficiarios actuales. La “hucha” a la que supongo te refieres sería el fondo de reserva del sistema que está previsto para situaciones de deficit de cotizaciones.

En cuanto a la financiación por otras vías presupuestarias, ya he comentado las posibilidades.

¿Qué piensas de los fondos de pensiones privados?

Nuestra constitución prevé el establecimiento de un sistema “complementario” libre, que complemente individual o colectivamente -planes de empresa- el sistema público de pensiones de forma voluntaria. Ese es el marco normativo español. Corresponde a la decisión política pública adoptar, si se considera necesario, medidas de fomento fiscal o laboral de estos planes de ahorro privados. Asimismo, estos poderes podrán regular y proteger a los suscriptores voluntarios de estos mecanismos de seguro privado.

En España no existe constitucionalmente la posibilidad de sustituir el sistema público de reparto por sistemas privados de capitalización.

La viabilidad de nuestro sistema de pensiones depende principalmente de cuántos son los que trabajan en relación a los pensionistas existentes en un momento dado, pero ¿qué otros factores existentes debemos contemplar y cuáles otros deberíamos incluir en la “ecuación” para que siga siendo viable para las próximas generaciones? Sobre todo, pensando en que muy pronto empezaremos a jubilarnos los que nacimos en la llamada generación española del baby-boom.

Efectivamente, la viabilidad dependerá de la relación activos-pasivos en cada situación temporal que tomemos. Pero, hay otros factores que influyen. Por ejemplo, la afortunada evolución de la esperanza de vida, que hace que el sistema deba tener previsto el mayor número de años en los que nuestros pensionistas, de lo que debemos congratularnos, perciben su pensión. También debemos tener en cuenta los tipos y bases de cotización y su evolución.

Como sabes, un trabajador está durante toda su vida laboral sujeto a impuestos sobre los ingresos que genera ¿qué opinas acerca de la posibilidad de bajar o eliminar toda clase de impuestos directos sobre las pensiones? ¿sería sostenible? ¿qué efectos produciría sobre la economía?

En principio el IRPF se aplica sobre rentas percibidas en cada período anual. Por tanto, en mi modesta opinión, las rentas de pensiones percibidas son percepciones actuales que precisamente sustituyen a las rentas que se perciben en situación de activo. Por ello, no veo una razón que justifique lo que propones.

Una de las principales características de nuestro sistema de pensiones es la solidaridad en el reparto de los fondos públicos permitiendo que las pensiones más bajas puedan ser complementadas hasta alcanzar unas cuantías mínimas, así como la mejora de algunas prestaciones sobre otras, como es el caso de la reciente mejora de las pensiones de viudedad para mayores de 65 años. ¿crees que hay posibilidad de mantener en el tiempo estos logros? ¿sigue habiendo margen para más mejoras? o ¿se podrían modificar o añadir nuevas prestaciones que pudiesen cubrir otras contingencias?

Los complementos por mínimos, como bien dices, son prestaciones asistenciales -no contributivas- financiadas con cargo a los presupuestos generales del estado y, desde luego, son fruto de los mecanismos de redistribución de la riqueza propios de los Estados modernos. Por tanto, abogo con total seguridad por su mantenimiento.

Y sobre la solidaridad intergeneracional de nuestro sistema público de pensiones ¿qué me puedes decir?

Aunque ya he hablado sobre ello en las preguntas anteriores, puedo afirmar que se trata de un principio o pilar fundamental equiparable al de los países occidentales desarrollados con un sistema de seguridad social moderno.

Como sabes, la presión de los pensionistas ha conseguido que se revaloricen las pensiones según el IPC desde el año 2018 hasta ahora, además de haberse retrasado la entrada del factor de sostenibilidad. ¿Crees que debería blindarse constitucionalmente la subida anual de las pensiones por el índice mencionado o por cualquier otro? ¿Y qué implicaciones tendrá la aplicación del factor de sostenibilidad a partir del 2023? ¿Será necesaria esta última medida?

En este asunto debemos sin duda remitirnos a lo que nuestros legisladores -con la intervención del Pacto de Toledo- decidan, para fomentar un sistema público de pensiones suficiente, solidario y sostenible.

Por último, Camilo, ¿algo más que decir sobre cómo nuestro Sistema Público de Pensiones?

Solo agradecer la oportunidad para contestar a estas preguntas y, asimismo, desear que nuestro Sistema Público de Seguridad Social camine por la senda del mantenimiento y la solidaridad de todos.

De nuevo, muchísimas gracias, Camilo, por tu participación en esta entrevista que, a buen seguro, infundirá mucha confianza en nuestros lectores acerca del presente y futuro de nuestro Sistema Público de Pensiones. Hasta la próxima.

Fuente: Nueva Revolución

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