El crecimiento es endeble y con un impulso estadístico artificial, dopado por el gasto público, que expulsa al crecimiento productivo.
El retorno de las reglas fiscales en 2024 hace que la reducción del gasto sea un imperativo para poder cumplir con los objetivos de estabilidad, que afectará al crecimiento al haber expulsado el sector público, con su incremento de estos años, a gran parte de la iniciativa privada.
Por otra parte persiste una elevada inflación, que ha repuntado, un creciente endeudamiento, una importante pérdida de inversión exterior y una completa ausencia de reformas estructurales, elementos que lastran el crecimiento potencial de la economía española y su desarrollo en el medio y largo plazo.
Por ello, la situación puede resumirse como sigue:
- El crecimiento es endeble y con un impulso estadístico artificial, dopado por el gasto público, que expulsa al crecimiento productivo, como se ve con el consumo y la inversión. Las expectativas empeoran y eso hace que la inversión se retraiga, actuando como indicador adelantado de lo que parece que se vislumbra en el futuro.
- El importante incremento del gasto público,junto con una caída muy acusada de la inversión, al tiempo que el consumo de los hogares también retrocede, señala un claro efecto expulsión de la economía de la inversión productiva privada por parte del gasto público.
- El empleo no se crea, sino que se reparte, como se ve con las horas trabajadas. Mientras tanto, tenemos la tasa de paro y de paro juvenil más altas de Europa. Por otra parte, hay más de 700.000 fijos-discontinuos en el paro que no se contabilizan como parados.
- Crecen los costes laborales y cae la productividad, mientras suben los impuestos, que asfixia a las empresas y hace que sean menos competitivas, perdiendo mercados, actividad y empleo.
- La deuda pública no deja de crecery se acerca a los 1,6 billones de euros. Su reducción sobre el PIB es mero efecto del PIB nominal, empujado por la inflación.
- El déficit sobre el PIB se reduce por el efecto de la inflaciónen los ingresos y en el PIB nominal, porque el sector público sigue aumentando el gasto.
- La propia Comisión Europea dice que los esfuerzos de reducción del déficit son insuficientes y le preocupa el crecimiento del déficit estructural.
- El Gobierno no presenta Presupuestos Generales del Estado, elemento que supone una distorsión en la ortodoxia presupuestaria, máxime en un año en el que retornan las reglas fiscales.
- La seguridad jurídica se ha resentido,elemento que puede ahuyentar las inversiones, elemento preocupante máxime cuando desciende con fuerza la inversión extranjera.
- La inflación no sólo no desciende, sino que acelera su crecimiento interanual, con un fuerte incremento en términos mensuales, de casi un punto porcentual. La pérdida de poder adquisitivo de los agentes económicos es notable, pues se acelera el crecimiento de los precios después de más de año y medio con niveles de precios muy elevados.
Los expertos aseguran que en la medida en la que no se tomen decisiones que implique una vuelta a la ortodoxia fiscal y monetaria, se aplacen reformas estructurales y se desee apostar por la anestesia del gasto público en el corto plazo y la financiación sin límite del BCE, cobrará más probabilidad el hecho de que aparezca una perturbación grave no contemplada.