El recuento permanente y confuso de infectados y muertos por el Covid-19, acompañado de ruedas de prensa diarias por parte del Ejecutivo y un discurso semanal a cargo del presidente, contrasta con el absoluto silencio oficial que existe en torno a la recesión.
Sin embargo, ante ese silencio apenas un mes después de decretar el estado de alarma, ya empiezan a surgir informes que dan buena cuenta de la pesadilla económica a la que se enfrentan los españoles tras el previsible levantamiento de la cuarentena en la primera quincena de mayo, como el de BBVA Research o el del Banco de España, publicados esta misma semana.
La fuerza laboral afectada por el Gran Confinamiento habría oscilado desde el 20% en la segunda quincena de marzo hasta el 40% en la primera de abril, cuando se restringieron las actividades no esenciales. Asimismo, el gasto destinado a hostelería, transporte, turismo y entretenimiento, entre otros, han experimentado un descenso de entre un 60% y un 100% interanual en el último mes.
Como resultado, casi el 80% de las empresas ha visto reducida su actividad, en mayor o menor medida, la mitad ha decidido paralizar sus planes de nuevas contrataciones y el 8% optó por echar el cierre, al menos temporalmente, tras darse de baja en las cuentas de cotización a la Seguridad Social.
El impacto de la cuarentena y la gradual reapertura de la actividad económica avanzan una recesión que podría oscilar entre el 8% y el 12,4% del PIB en 2020, dependiendo de la prolongación de las restricciones y de que los problemas de liquidez que, hoy por hoy, padecen numerosas empresas por la ausencia de ingresos se acaben convirtiendo en quiebras. Se trata, en todo caso, de una contracción muy superior a la media de la zona euro (-5,2%). Nunca antes España ha registrado una caída semejante en tiempos de paz.
Todo ello se traducirá en un descenso muy acusado del consumo privado como consecuencia de la destrucción de empleo y el aumento del ahorro por motivo precautorio. Esta caída se concentrará, sobre todo, en la compra de bienes duraderos y en los servicios relacionados con la hosteleríay la restauración. También se hundirá la inversión empresarial y las exportaciones, con especial incidencia en el turismoy aunque se prevé una progresiva recuperación de los flujos turísticos a partir de verano, su recuperación no se completaría hasta mediados de 2021.
Además, si bien ambas entidades auguran crecimiento del PIB en 2021, advierten de que la economíanacional tardará en regresar al nivel de riqueza previo a la llegada del coronavirus. El tiempo de espera se postergará, como mínimo, dos años, hasta 2022, ya que la recuperación estará limitada por la elevada y persistente destrucción de empleo y por la exposición de la economía española a sectores muy golpeados por las restricciones de movimiento y reunión, como es el caso del turismo, el comercio y la hostelería.
Los ingresos relacionados con visitantes extranjeros rondaron el 6% del PIB en 2019 y el 63% de ellos se registró entre abril y septiembre. La gradualidad con la que se levantarán las restricciones y la situación que se pueda observar en los países de origen de estos turistas evitará una recuperación significativa del sector a corto plazo.
Además el agudo descenso de la actividad tendrá consecuencias severas sobre el mercado de trabajo. La tasa de paro podría oscilar entre el 18% y el 22% a cierre de 2020, mientras que el próximo año entre el 17% y el 20%, según las previsiones de estos dos organismos. Y todo ello, sin contar los trabajadores acogidos a un ERTE ni los autónomos que han recurrido al cese de actividad.
A este respecto, cabe recordar que la contribución del turismo al PIB y al empleo en España en 2018, siendo éste el sector más afectado por la crisis del coronavirus, fue del 12% y el 14%, respectivamente
Por último, la crisis también impactará de lleno en las cuentas públicas. El déficit oscilará entre el 9% y el 11% del PIB en 2020, mientras que, muy posiblemente, no bajará del 6% en 2021. La deuda pública, por su parte, se situaría en una horquilla de entre el 115% y el 120% del PIB en los dos próximos años, frente al 95% registrado en 2019. Unos 300.000 millones de euros adicionales.
En definitiva, tanto BBVA Research como el Banco de España avanzan que la crisis del coronavirus comportará consecuencias económicas muy severas, con una contracción del PIB en 2020 que superará con creces la que se produjo en cualquiera de los años de la crisis financiera global de 2008. España afronta el mayor golpe económico de su historia en medio de un silencio atronador por parte del Gobierno.
Fuente: Libre mercado

Hoy, 22/04, Sánchez ha destacado en el Congreso que el impacto económico de las principales medidas tomadas es algo más de 134.496 millones de euros, de los que 4.624 millones se han destinado a medidas sanitarias, 124.877 millones a medidas económicas, 3.816 millones a medidas laborales y 1.184 millones de euros a medidas sociales.
Sin embargo, el grueso del montante son los 100.000 millones de euros en avales del Instituto de Crédito Oficial de los que en realidad el Estado no desembolsará nada a no ser que las empresas financiadas gracias a estas garantías incurran en impagos a la banca
Quizás esos datos no se refieren a medidas “a futuro” para intentar laminar la Gran Recesión que ya tenemos encima.