Imagina por un momento que naciste en 1900, cuando nacieron tus abuelos o bisabuelos, estén o no todavía vivos.
La Primer Guerra Mundial comenzó cuando tenías 14 años y terminó cuando cumpliste 18 con 22 millones de muertes en todo el mundo.
Incluso antes de acabar la guerra, la denominada “gripe española” produjo 50 millones de muertes en todo el mundo. Duró hasta que tenías 20 años.
Cuando tienes 29 años, comenzó la Gran Depresión con el resultado de inflación, desempleo y miseria masiva en todos los países “desarrollados”.
Si vivías en España cuando tenías 36 años empezó la denominada Guerra Civil española, un cruel conflicto entre hermanos descerebrados. Duró hasta que cumpliste los 39 años y se contabilizó casi 1 millón de muertos entre los caídos en acciones de guerra y las represiones y hambrunas en la retaguardia.
Ese mismo año coincide con el inicio de la Segunda Guerra Mundial y continúa hasta que tienes 45. años. Cuesta la vida de 60 millones de personas y de 6 millones asesinados en el Holocausto.
Tras estos desastres de la humanidad, los ciudadanos se van reponiendo entre dolores y necesidades ahora inimaginables. Aunque lamentablemente sigue habiendo guerras e injusticias de todo tipo en demasiados lugares del planeta parece que la humanidad en su globalidad aumenta en civilización y dignidad en casi todo el globo.
Un joven en 2020 piensa que la abuela y el abuelo no tienen ni idea de lo difícil que es el mundo actual lleno de injusticias y conflictos sociales y laborales. Sin embargo, sus abuelos sobrevivieron a las guerras y a las no menos duras postguerras.
Hoy, con todas las comodidades modernas del mundo, estamos en una nueva pandemia que precisamente se ha ensañado con los abuelos/bisabuelos que se han ido sin el último adiós. Nos quejamos de no poder salir de casa por un par de meses. Tenemos, en general, electricidad, teléfonos móviles, internet, Netflix, suficiente comida, agua caliente y un techo seguro sobre nuestras cabezas. Las empresas y los trabajadores reciben apoyo del Estado. Nada de esto existía antes y, sin embargo, los abuelos y bisabuelos sobrevivieron y no perdieron su ALEGRÍA POR LA VIDA, y por eso, entre otras cosas nacieron nuestros padres y nosotros mismos.
No nos quejemos tanto y demos GRACIAS A TODOS LOS ABUELOS por TODO, pero fundamentalmente por saber sobreponerse con ALEGRÍA DE VIVIR
