CC.OO. y UGT se han movilizado este miércoles 6 de julio ante las sedes de las patronales de las principales ciudades españolas para exigir a CEOE y Cepyme que los convenios colectivos garanticen el poder adquisitivo de los salarios y la inclusión de las cláusulas de garantía salarial.
El IPC desbocado al 10,2%, el litro de la gasolina por encima de los dos euros, la luz y el gas se pagan a precio de oro y la creación de empleo es menor de lo que tenía que ser en estas fechas estivales, pero sin embargo Pepe Álvarez, secretario general de UGT, ha enviado a los trabajadores y mensaje claro e hiperventilado:
“El verano es nuestro, nos lo hemos ganado. A los que dicen un día sí y otro también nos dicen que vamos a entrar en una situación de crisis, que hay recesión, que la guerra, que después del verano vamos a saber qué es lo que pasa, quieren que hasta no pasemos bien el verano… ¡Qué se vayan a hacer puñetas! Vamos a disfrutar del verano porque es nuestro, porque nos lo hemos ganado. ¡Qué no nos quiten lo que nos hemos ganado! Y esto lo hacen porque quieren seguir acaparando riqueza unos pocos.”
La arenga se produjo el miércoles 6 de julio en el acto de concentración frente a la sede de la CEOE en Madrid, organizado para presionar en la negociación colectiva, en el que el líder de UGT se ha dirigido a la patronal para asegurar que “la batalla de los salarios se la estamos empezando a ganar, que los convenios colectivos que se han firmado en nuestro país en 2022, la gran mayoría, tienen cláusula de revisión salarial y salarios por arriba de las propuestas hechas por la CEOE”.
Álvarez ha acusado a los empresarios de querer “continuar acaparando riqueza unos pocos” y ha señalado que “en algunos sectores los beneficios son obscenos”. No obstante, el líder sindical ha asegurado que “no solo son las eléctricas, las petroleras, la banca” y ha apuntado a la hostelería.
En este acto, Pepe Álvarez advirtió de que se avecina un otoño presidido por las grandes movilizaciones de trabajadores para acabar con el bloqueo de la negociación para la revalorización de los salarios en un contexto de elevada inflación.
El líder de UGT advirtió severamente a la patronal de que «las organizaciones sindicales tenemos que movilizar a los trabajadores que están con los convenios bloqueados para que se llenen las calles, para que las fábricas y los centros de trabajo paren y consigamos romper esta barrera que nos impide poder mantener los salarios».
En declaraciones a los medios, Álvarez también ha acusado a las empresas de tener beneficios extraordinarios transmitiendo sus costes a los productos porque “si no, el IPC y, especialmente, el IPC subyacente no estaría en la situación en la que se encuentre. No es verdad que las empresas no ganen dinero ni que no estén en una buena situación para poder afrontar aumentos de salarios. Si no hay subida de salarios habrá conflictos”, ha avisado.
Por último, ha concluido que “hay que generalizar la movilización y coordinar los sectores para poder ir a conflictos muy amplios a partir de septiembre”. El líder sindical se ha despedido, no sin antes recordar que “se puede y tanto que se puede. Se debe de repartir la riqueza de este país y tiene que llegar a los trabajadores. La CEOE que luego no se queje si no atiende nuestras demandas”.
Sabido es que, según sus propias palabras, Pepe Álvarez entiende que la ciudadanía tenga recelos porque en este país hay muchos problemas y no se están dando las soluciones que hay que dar, pero que le parece un tópico el decir que no salen a la calle a protestar contra el actual Gobierno pues han estado saliendo a la calle para exigir, por ejemplo, la reforma laboral y la reforma de las pensiones y que, en realidad, los sindicatos pocas veces en la historia del país se han movilizado tanto (sin comentarios)
