La renta per cápita española cerró el 2022 en 24.580 euros, prácticamente al mismo nivel que en el año 2007. En la Eurozona es ya de 31.630 euros.
El Banco de España ha vuelto a alertar sobre la situación económica del país y los comicios “deberían servir para generar un debate profundo” sobre las reformas estructurales, las cuales deberían tener continuidad en el tiempo. Por eso, de ese debate deberían emerger unos consensos mínimos sobre cuáles son las políticas adecuadas” para afrontar los retos del país y “garantizar la mejora sostenible del bienestar” y la convergencia con Europa
España presenta, hoy en día, una renta per cápita inferior en un 17% a la de la Unión Económica y Monetaria (UEM)”, una cifra 8 puntos superior a la registrada en el año 2005, y según el Banco de España esto se debe, en buena medida, por “no haber sabido entender las obligaciones y las restricciones que surgen de formar parte del proceso de integración europeo”, lo que ha degenerado en “graves desequilibrios”.
En este sentido, debemos recordar que, según los datos ofrecidos por Eurostat, la brecha económica entre España y Europa se ha ampliado en lugar de reducirse. Así, como se ilustra en el gráfico inferior, nuestra renta per cápita ajustada por inflación cerró el 2022 en 24.580 euros, prácticamente al mismo nivel que en el año 2007 (anterior máximo), donde se alcanzaron los 24.380 euros por persona.
En cambio, nuestros socios de la Unión Europea sitúan ya su renta per cápita en 28.820 euros anuales, mucho más que los 25.510 registrados en 2007. Y por su parte, los ciudadanos que usan el euro tienen ya una renta media de 31.630 euros, frente a los 29.140 de 2007.
Todo esto ha llevado a que la brecha con Europa se haya disparado: la renta per cápita de los españoles es 7.050 euros inferior al de la Eurozona, y 4.240 euros menor que la de la UE. En contraste, antes de la Gran Recesión, nuestra diferencia de renta respecto a la Eurozona era de solo 4.760 euros, y de apenas 1.130 euros con el conjunto de los 27.
El grueso de la pérdida de convergencia respecto a nuestros vecinos proviene de la tortuosa salida de las principales económicas en España. En primer lugar, durante los primeros años tras la gran recesión de 2008, bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y, en segundo término, por la lenta recuperación tras la epidemia de coronavirus. De hecho, la España de Pedro Sánchez figura como la gran potencia del mundo desarrollado que más ha tardado en recuperar su PIB pre pandemia.