PEDRO SÁNCHEZ “PRESUME” DE LOS DATOS DE EMPLEO CON DATOS NO REALES SEGÚN SUS PROPIOS MINISTERIOS

Pedro Sánchez, ha sacado pecho de la reforma laboral y de sus políticas sociales y ha presumido en la inauguración de las Jornadas Confederales de Acción Sindical de UGT, de haber sacado de la economía sumergida a 285.000 trabajadores aflorados“, cifra que se remitió a Bruselas en el Plan Presupuestario, y de haber “recuperado a 500.000 trabajadores del desempleo estructural”. En definitiva presume que ha sacado del paro y la economía sumergida a 800.000 españoles

 

Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Económicos que dirige Nadia Calviño ya reconoce el efecto positivo que los fijos discontinuos están teniendo en las cifras de paro registrado y advierte de ello en sus boletines semanales: Nótese que el favorable comportamiento del paro registrado tiene su contrapartida en la fuerte subida de los demandantes no parados al incluir éstos los fijos discontinuos que se encuentran en periodo de inactividad”

 

Ya en noviembre el SEPE publicó los datos de paro del mes de octubre y afloraron en las estadísticas 157.500 nuevos demandantes de empleo con relación laboral (el cajón donde se incluye a los fijos discontinuos inactivos) y en diciembre, cuando el SEPE publicó los datos de paro y demandas de empleo de noviembre, se repitió la historia: los demandantes de empleo con relación laboral (encuadrados, a su vez, en una casilla más grande denominada demandantes no parados) crecieron en 114.500 personas. El cambio estadístico es tal que en los meses de octubre y noviembre, de haberse contabilizado estos demandantes como desempleados,  el paro habría pasado a crecer. 

 

En definitiva, los fijos discontinuos inactivos afloraron de manera más intensa en la estadística de demandantes de empleo durante los últimos tres meses del año 2022. Tras publicar el SEPE el detalle de esta estadística esta semana informó de que los fijos discontinuos inactivos volvieron a repuntar en 46.000 personas en diciembre y son ya más de 600.000. En todo caso, estos 600.000 trabajadores fijos discontinuos inactivos que se desprenden de las estadísticas del SEPE de manera ‘extraoficial’ son sólo una parte de la fotografía, pues hay trabajadores con un contrato de este tipo que están ‘parados’ y no se apuntan en las oficinas de empleo, por lo que quedan totalmente fuera de las estadísticas.

 

Esto ha llevado a BBVA Research y Fedea a crear un nuevo indicador, denominado “paro efectivo” y si se hubieran sumado los fijos discontinuos inactivos deducibles de las estadísticas, el 2022 se habría cerrado con 3,44 millones de parados (frente a los 2,84 millones que comunicó Trabajo).

 

Si ojeamos los números, la conclusión es demoledora: Sánchez nos está haciendo más pobres:

 

1.-Sánchez nos hace sufrir una merma enorme de poder adquisitivo. Los precios han subido seis puntos más que los salarios. Pero curiosamente, España es el único país de su entorno donde no se ven protestas de trabajadores ante esa pérdida de riqueza pues los sindicatos están domesticados por el dinero gubernamental y anteponen sus servidumbres ideológicas a los intereses de los trabajadores.

 

2.-Sánchez mete mano al bolsillo de lo que llama «la clase media trabajadora» (el IRPF es un 8,8 % más alto que la media de la UE) y en proporción a nuestros ingresos medios pagamos ya más al fisco que los escandinavos y también ha subido las cotizaciones a la Seguridad Social.

 

3.-Sánchez está arruinando a los jóvenes: 4 de cada 10 parados menores de 25 años en la UE son españoles. Además España es líder de paro en la UE y casi dobla la media comunitaria (y eso amañando los datos con el truco de los fijos discontinuos de Yolanda).

 

4.-Sánchez está desaprovechando la inmensa oportunidad de los fondos europeos, concebidos para relanzar el país tras la pandemia. Calviño y Montero han sido convocadas a explicar en Europa qué están haciendo –o más bien no haciendo– con las ayudas.

 

Sánchez no aspira a crear más riqueza pues en resumen cada vez tenemos menos dinero contante y sonante en nuestros bolsillos. Su modelo consiste en crear una sociedad de mediocridad igualitaria y comprar voluntades electorales con más empleo público y subvenciones que al final pagamos todos fiscalmente y produce la ruina del Estado.

 

 

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