El sostenimiento del sistema público de pensiones será uno de los retos más importantes del próximo Gobierno de España
El gasto en pensiones contributivas (jubilación, viudedad/orfandad e incapacidad) ascendió a 9.710 millones este pasado mes de octubre 2019, lo que supuso un incremento del 4,9 % respecto al mismo mes del año pasado. Y lo que se ha convertido en una cifra récord para la Seguridad Social.
La pensión media del sistema alcanza ya los 994 €/paga (14 pagas al año), un 3,7% más que hace un año, mientras que la de jubilación sube a 1.141 €, un 3,34% más.
Ahora el problema de la sostenibilidad de las pensiones es “manejable”, siempre que se aborde con tiempo suficiente.
Por ejemplo, vincular las pensiones al IPC supondrá entre 3 y 4 puntos del PIB, eso significa entre 35.000 y 40.000 millones de euros que es algo más de la mitad de lo que hoy recauda el IRPF, que es el impuesto más recauda.
Si el Parlamento decide que hay que indexar al IPC entonces habrá que explicar a la población que o bien se aumentan los ingresos vía impuestos a empresas y trabajadores o bien se recortan los gastos aumentando la edad de jubilación o recortando las prestaciones sociales.
La sociedad española no es consciente de la magnitud de las cifras del sistema público de pensiones pues las pensiones supondrán la tercera parte del gasto público y si no se acometen en breve, habrá que hacer ajustes de forma urgente y dolorosa.
En España se han tomado medidas solo desde un punto de vista asistencial pero la mitad de los españoles no toma medidas extras en su jubilación, pese a que el 77% dice estar preocupado por su retiro
En estos momentos, en España hay 33 personas mayores de 65 años por cada cien individuos en edad y condiciones de trabajar, pero de acuerdo con las proyecciones de población de las Naciones Unidas, en 2050 habrá en España 78 personas mayores de 65 años por cada 100 activos, sin reflejar los movimientos migratorios. Es decir, por cada persona que tenga entre 20 y 64 años.
Nuestro sistema de pensiones se basa casi exclusivamente en el pilar público de reparto (“el primer pilar” de las pensiones) basado en las cotizaciones de los trabajadores, aunque apoyado en España cada vez más por pseudos créditos, a coste cero y sin necesidad de devolución, del propio Estado, es decir financiado a través de los impuestos (IRPF, IVA, Sociedades,…). Según datos contrastados más del 70% de los pensionistas viven sólo de la pensión pública.
Este pilar es muy sensible a las cuestiones demográficas (natalidad y esperanza de vida, en definitiva del número de potenciales “cotizantes”) y variables económicas del mercado de trabajo (se basa en definitivamente en el empleo y en los sueldos)
Curiosamente los salarios más bajos son los más afectados por las reformas pasadas y, muy probablemente, las reformas futuras si éstas son “fáciles y cobardes”. Además, esos salarios son los que más problemas tienen para utilizar el tercer pilar basado en Planes Privados de Pensiones individuales y también son menos sensibles al segundo pilar (Planes de Empresa o similares) pues éste se basa fundamentalmente también en el salario.
Se muestra el impacto de las sucesivas reformas del Sistema Público de pensiones sobre la tasa de sustitución (relación pensión pública respecto al último salario)
Como se ve el mayor impacto ha sido sobre los salarios más bajos (desde casi el 100% al 60%).
Las pensiones de los salarios más altos están afectadas por el “tope” de la pensión máxima y, además, este colectivo tiene más fácil acceso a los Planes de Pensiones Privados (el tercer pilar de las pensiones) y el segundo pilar (Planes de Empresa o similares) también les beneficia dados sus salarios.
El segundo pilar de las pensiones son fundamentalmente los Planes de Empleo en los que intervienen las empresas, o similares, son más o menos obligatorios y están basados en el sistema de capitalización individual (capitalización que puede ser pública, privada o mixta). En España sólo han tenido cierto éxito en el País Vasco (EPSV: Entidades de Previsión Social Voluntarias) y, sorprendentemente, tienen mala prensa en algunos grupos y partidos que se autocalifican de “progresistas”.
El tercer pilar es el basado en la capitalización individual y voluntaria de los ahorros/inversión en los Planes de Pensiones o productos financieros similares. Suelen estar dotados de incentivos fiscales de cierto atractivo. Por su parte los Planes de Pensiones del Sistema Asociado (PPSA) son aquellos promovidos por una asociación o sindicato y en los que los partícipes son asociados, miembros o afiliados de esas asociaciones. También este tercer pilar está denostado por los ya mencionados grupos y partidos “progresistas” a los que todo lo que “huela” a capitalización (¡menos sus propias finanzas!) queda demonizado de raíz, por ejemplo, en España, el Plan de Pensiones de la UGT fue creado en octubre de 1992 y el de CCOO se constituyó en 1989.