Lo público como elemento salvador de la sociedad en su conjunto en una falacia. Tener más funcionarios, más gasto público y más burocracia no garantiza más protección o mejor cobertura social. Más bien parece ser todo lo contrario, es certeza de más impuestos y más trabas burocráticas- administrativas que dificultan el desarrollo tanto personal como común.
Si uno reflexiona en lo que está sucediendo en estos tiempos convulsos se da cuenta de que es el sector privado, con su esfuerzo de investigación es el que crea y produce una vacuna en tiempo récord en la historia de la humanidad y es el sector público el que colapsa en la parte que le toca, su distribución y administración. ¿Competencia o incompetencia?.
Después de la ola de desconfianza que ha barrido España entera, tras haberse difundido de manera continua datos poco fiables sobre los muertos e infectados por coronavirus, el toque de gracia un país diezmado ya en su moral colectiva, es el maquillaje o, directamente el falseamiento, de las estadísticas del desempleo.
En España hay 14 millones de personas dependientes del Estado entre pensionistas (9 millones), empleados públicos (3) y receptores de prestaciones diversas (2 millones) frente a 13 millones de cotizantes. No es sostenible en ninguna manera que cada trabajador privado sostenga de forma directa a más de una persona.
Además, en España hay 72.000 cargos públicos, 5.000 altos cargos y 20.000 asesores lo que da un total de unos 100.000 “políticos”. A ello se suman asesores del sistema sanitario y educativo, 17.000 y 130.000 empleos en empresas titularidad pública Las patronales cuentan con 31.000 “liberados” frente a 65.000 de los sindicatos. España se ha convertido en el primer país de la UE que, para 2021, crea el mayor número de plazas para funcionarios -28.000-. La decisión de aumentar plazas y de subir el sueldo de los funcionarios de manera generalizada -0,9%-, en un país plagado de ERTEs, fue criticada incluso por el gobernador del Banco de España (otro “empleado público”)
En 2020 se han perdido en España 360.000 empleos, todo el empleo destruido se da en el sector privado. ¡El sector público ha generado empleo! Mientras los trabajadores del sector privado están en ERTE, en el paro o ven reducido su salario, los del público ganan un 0,9% más de salario que en 2020 a costa del esfuerzo fiscal de los trabajadores del sector privado.
Gastar más no es gastar mejor. “El dinero público no es de nadie” (Carmen Calvo) o “El dinero público no existe, es de los contribuyentes” (Margaret Thatcher). Entre un extremo y otro, los datos, indiscutibles de nuestro país: en aplazamientos de impuestos y cotizaciones a la Seguridad Social, Francia ha dedicado el 8,7% de su PIB, Alemania el 7,3%, USA el 2,6%, UK 2% y España 0,4%.
No necesitamos gastar más, necesitamos gastar menos, mejor y cambiar la escala de valores. El esfuerzo merece reconocimiento, ser puesto como ejemplo, no ser señalado como extractivo de impuestos. Gastar más a menudo es fomentar el clientelismo, estrategia política de la que en España sabemos mucho desde los tiempos galdosianos, pasando por el franquismo, el felipismo,…
Y hablando de gasto público, este país está catalogado entre los países menos eficientes de la OCDE , según el IEE. Tanto es así, que España se sitúa en el puesto 26 de los 36 países de la OCDE.
¡Veremos cómo se “gasta” el maná de los Fondos europeos de Recuperación!
