Una de cada cinco empresas no podrá recuperar el empleo destruido en la crisis
El INE en su encuesta trimestral de confianza a las empresas muestra el impacto duradero que tendrá la crisis sobre el empleo. El 19% de las empresas españolas considera que no recuperará nunca los niveles de empleo que tenía antes del inicio de la crisis, es decir 1 de cada 5, dado el carácter estructural de algunas de las heridas provocadas por la crisis. Un mal presagio para los más de 200.000 empleos perdidos y los 750.000 trabajadores que siguen en ERTE.

Los peores datos se concentran en la pequeña empresa (menos de 10 trabajadores), que es la que más está sufriendo la pandemia por diversas razones: escasa capacidad financiera, baja diversificación, gestión poco profesional, bajo nivel de digitalización… El resultado es que el 25% de las pequeñas empresas cree que nunca recuperará su nivel de empleo previo a la crisis y además, un 11% adicional a ese 25% cree que no recuperará sus plantillas antes de 2022. No obstante, también es cierto que el nivel de supervivencia entre la pequeña empresa siempre es menor que entre las grandes, pero se regenera con mayor facilidad, pues mientras unas empresas despiden, o desaparecen, otras se crean, lo que supone la gran esperanza de cara a la recuperación
Según la encuesta de confianza, el 24% de las empresas de más de 1.000 trabajadores no prevé recuperar el nivel de empleo previo a la crisis nunca. Un tercio de la gran empresa encuestada prevé invertir en innovación de procesos a lo largo del primer semestre del año, y un 27% quiere incorporar nuevas tecnologías. Aunque las empresas del sector de la industria es una de las actividades que mejor está superando la crisis ya que apenas está afectada por las restricciones a la producción.
Es claro que hay casos de cierres de plantas (Nissan, Alcoa, Gamesa,…) se enmarcan dentro del proceso de repliegue de la industria en España por la deslocalización hacia Asia
La gran empresa ha recurrido más a los ERTE como vía para reducir su carga salarial sin hacer despidos. En el segundo semestre del año el 23% de las pequeñas empresas estaba acogida a ERTE, mientras que entre las grandes esta cifra supera el 50%. De esta forma, no solo han conseguido explotar las ayudas públicas, sino que han conseguido contener la destrucción de puestos de trabajo.

Por el contrario, los dos sectores más golpeados por la crisis del coronavirus, hostelería y transporte, prevén recuperar los niveles previos a la crisis de forma acelerada una vez se normalice la situación sanitaria. En concreto, el 26% de las empresas prevé recuperar el empleo en el segundo semestre de este año y el 37% espera conseguirlo en 2022. Únicamente el 16% cree que no recuperará nunca los puestos de trabajo destruidos, el mejor dato de todos los sectores.

Estas cifras confirman que el impacto de la crisis del coronavirus sobre la llegada de turistas internacionales será temporal, a pesar de su profundidad. En 2021 se recuperará una parte importante y,el resto, en 2022. Las empresas son conscientes de que ventaja competitiva que tiene España en el turismo (sol, playa, patrimonio histórico y cultural, gastronomía, comunicaciones, seguridad, sanitario,…) hará que el país vuelva a atraer visitantes más pronto que tarde.
Los “sindicatos de clase” mirando al tendido
Ante este tsunami de desempleo (de momento oculto en los ERTEs) los” sindicatos de clase”, para variar, no parece que aporten ningún planteamiento más allá de sus mantras de trinchera y sus “luchas entre amigos” para aproximarse al poder ejecutivo.
Por ejemplo, la dirección nacional de Comisiones Obreras ha prometido a Pedro Sánchez que la manifestación del 11 de febrero, la primera marcha de protesta contra el Ejecutivo rojo-morado, no representará un verdadero pulso al Gobierno. Nada parecido a las grandes movilizaciones que sacudieron al Gobierno de Felipe González en los ochenta. La marcha se celebrará bajo el lema “Ahora sí, los sindicatos instan al Gobierno a cumplir”.
En el mundo sindical se asiste a un cambio de papeles con respecto a la historia sindical. UGT, central históricamente afín al PSOE, va escorándose cada vez más hacia Podemos y CCOO, en cambio, liderada por Unai Sordo, ha establecido una buena relación con Sánchez, sobre todo gracias a la figura de la ministra de Trabajo Yolanda Díaz.
“Fueron los de UGT los que activaron la manifestación del 11 de febrero, y lo hicieron de manera unilateral, saltándose la unidad sindical, y Comisiones tuvo que sumarse”, explican fuentes sindicales. “Comisiones no va a apretar a sus delegados sindicales; les dirá que vayan a la manifestación, pero que todavía hay covid, así que cuidado”, explican.

Según las fuentes consultadas, es UGT quien “ha cogido la bandera del salario mínimo”, pero “Comisiones no”. La central de Sordo actúa desde su posición de fuerza pues es la principal central en la empresa privada y entre los funcionarios, mientras que la CGT está repuntando y la UGT “no tiene a su ministro en el Consejo y algo tendrán que hacer”, comentan esas fuentes sindicales.
Comisiones, en cambio, se siente fuerte gracias a la ministra de Trabajo, y el pacto al que ha llegado con Sánchez es que rebajará la tensión con los representantes de los trabajadores a cambio de que Díaz se mantenga en el Ejecutivo ya que piensan en CCOO que, en el entorno de traiciones internas de Podemos, las relaciones entre Díaz e Iglesias son mejorables, y teme que el “fuego amigo” de Podemos pueda debilitar a la ministra. Sostienen que el vicepresidente segundo maniobra para rentabilizar públicamente las victorias de Yolanda Díaz. Y “es ella quien lo permite, porque a cambio tiene asegurado el cargo”. Todos los movimientos de Díaz están pactados previamente con Sordo,
En la polémica sobre la reforma de las pensiones, por ejemplo, Comisiones mantuvo una línea más moderada que UGT y sectores del sindicato, de hecho, no consideraban la propuesta del ministro José Luis Escrivá sobre el aumento de los años para el cálculo de la pensión, como lesiva para los intereses de los trabajadores, aunque tuvieron que sumarse a la queja de UGT por razones de política interna.
Para Sordo la verdadera lucha que hay que librar es la de la negociación colectiva pues eso se traduce en recuperar poder de negociación y en ello les va la supervivencia como organización, puede que ya no “de clase” pero si “corporativista”, y eso es mucho poder…
COMO SE VE, LAS PREOCUPACIONES SINDICALES SON EVIDENTEMENTE LAS DE LA RECUPERACIÓN DE UN EMPLEO DIGNO, ¡FALTARÍA MÁS!


