España tiene la tasa de paro más alta de toda la UE, un 12,2%.
Sánchez, con su política económica, está rezagando a Europa de manera clara. No sólo España no ha recuperado su nivel de PIB en términos reales previo a la pandemia, sino que, por otra parte, se produce una pésima evolución del empleo en España, que confirma que la recuperación en la economía española no sólo no remonta más que el resto de la UE, sino que pierde intensidad.
Eurostat confirma que se destruyó empleo en España en el segundo trimestre de 2022 (el empleo descendió un 1,1% intertrimestral ajustado de estacionalidad, que enmienda completamente los cálculos desestacionalizados de Escrivá que elevaban el empleo en el mismo trimestre).
Así, España es el país que más empleo destruye de toda la UE -sólo otros tres lo destruyen, y mucho menos que España-.
Mientras, en la eurozona el empleo crece un 0,4%, al igual que en la UE; crece un 0,3% en Alemania; crece un 0,4% en Francia; crece un 1,2% en Italia; y crece un 1,6% en Irlanda. En tasa interanual, crece más el empleo en España -aunque menos que en Irlanda-, pero por mero efecto estadístico, al venir de peores niveles de empleo:
- Zona euro: 2,7%.
- UE: 2,4%.
- Alemania: 1,5%.
- Francia: 2,6%.
- Italia: 2,2%.
- Irlanda: 8,8%.
- España: 3,7%.
Eso hace que España tenga en julio de 2022 la tasa de paro más alta de toda la UE, un 12,2%, el doble que la UE (6%), casi el doble que la eurozona (6,6%), casi el triple que Irlanda (4,2%), más del cuádruple que Alemania (2,9%), casi 5 puntos más que Francia (7,5%) ó 4,3 puntos más que Italia.
Todo ello, corrobora lo que hace unos días mostraban los datos de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social de agosto. La rigidez introducida con la reforma laboral sólo está cambiando nominalmente el nombre de unos contratos por otros, pero no está logrando el incremento de los contratos indefinidos por actividad real, en términos generales, sino sólo por el cambio normativo producido.
Esto, junto a la pérdida de competitividad de la economía española, hacen todavía más frágil al mercado laboral español y profundizan en el problema estructural español de baja productividad, baja competitividad y elevada tasa de paro.
Sánchez cree que podrá sujetar indefinidamente la economía y el empleo basándose en el ingente dinero público con el que trata de anestesiar la economía, pero, desgraciadamente, la inacción de Sánchez a la hora de realizar reformas estructurales, el incremento de impuestos que está estableciendo Sánchez y la inseguridad jurídica que generan sus constantes cambios de opinión y el enfrentamiento en el seno del Gobierno, está deteriorando a la economía española a pasos agigantados y, como consecuencia de ello, también al empleo. Urge un cambio de rumbo en política económica, en el sentido contrario de la que aplica Sánchez.
Los salarios reales caerán el doble en España que en la OCDE
El poder adquisitivo de los sueldos en España es, actualmente, un 3,1% inferior a lo que se registraba en el 2008.
La inflación en el conjunto de los países de la OCDE es del 10,2%, mientras que en España se ha situado en el 10,4% en el mismo periodo – el mes de agosto de 2022 –. Esto hace que en nuestro país, los salarios reales, que se entienden como aquellos sueldos una vez que se descuenta la inflación y su impacto en el poder adquisitivo, se reduzcan un 4,5%. Un dato que hace que España se convierta en el segundo país de toda la OCDE donde mayor pérdida de poder adquisitivo se producirá.
Este 4,5% de caída hace, a su vez, que en España los salarios reales caigan el doble que en el conjunto de la organización. Y es que, en el informe anual, llamado ‘Perspectivas del Empleo’, muestran la dramática situación española. Ya que solamente Italia, quitando a España y a Grecia, sufrirá una perdida superior al 3%. En Reino Unido la caída será ligeramente inferior al 3%, en Alemania será del 2,5% y en Estados Unidos tan solo será del 0,5%.
«Esto representa uno de los descensos más fuertes de los salarios reales observados entre los países de los que se dispone de datos, y un recorte sustancial del poder adquisitivo de los trabajadores, ya que los precios de consumo españoles están subiendo en máximos históricos», señala la OCDE en el texto en referencia a España.
Así las cosas, el poder adquisitivo de los sueldos en España es, actualmente, un 3,1% inferior a lo que se registraba en el 2008. Una cifra que viene dada por la alta inflación, que se ha comido toda la subida y ha provocado una merma en la riqueza de las familias españolas.
«El aumento de los precios de los alimentos y de la energía se está cobrando un alto precio, en particular en los hogares con bajos ingresos», ha afirmado el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann. «A pesar de la escasez generalizada de mano de obra, el crecimiento de los salarios reales no aumenta al mismo ritmo que las elevadas tasas de inflación. En este contexto, los Gobiernos deben valorar la adopción de medidas de apoyo temporales, sujetas a una comprobación de recursos y debidamente enfocadas. De este modo, ayudarían a amortiguar el impacto en los hogares y empresas más necesitados, limitando a la vez los efectos de la inflación y el coste fiscal de estas políticas», ha afirmado.