Su empleo también crece tres puntos más
Los camareros siguen ganando menos de la mitad pese al SMI
La Legislatura concluye con un repunte del 6,2% de los cotizantes al Régimen General de la Seguridad Social, que además han visto mejoradas sus retribuciones en una media de 234 euros al mes. Pero existe un grupo de trabajadores que se han visto especialmente beneficiados: los funcionarios. Han elevado el número de asalariados un 9,23% y sus bases de cotización en 274 euros. Es decir, un 19,3% más que la media de asalariados.
Los últimos datos publicados de la Estadística de Cotizantes y Bases de Cotización que elabora la Tesorería General de la Seguridad Social revelan que, pese al discurso sobre la equidad y la defensa del poder adquisitivo que ha esgrimido el Gobierno para avalar a lo largo de estos años medidas como las subidas del SMI, los trabajadores del sector público han salido mejor parados que la mayoría.
La base de cotización agrupa todas las retribuciones, monetarias y en especie, que recibe un trabajador y sobre las que se calculan sus cuotas y supone uno de los indicadores más actualizados para estimar la evolución salarial real en España.
Y lo que revelan es que la retribución de un funcionario alcanza los 2.658,36 euros y desde 2019 ha crecido, por ejemplo, más del doble que la de un trabajador de la hostelería, que solo han sumado 126,64 euros en estos cuatro años y siguen siendo la actividad que menos gana en nuestro país (con 1.261,08 euros al mes).
Los funcionarios que cotizan en el Régimen General se clasifican en la sección de actividad “Administración Pública y Defensa”, aunque no son los únicos trabajadores públicos. También se reparten en otros colectivos como la educación o la sanidad, que suman 1 millón y 1,7 millones de cotizantes, respectivamente. Sin embargo, aunque la Tesorería no desagrega cuáles de ellos trabajan en la empresa privada y cuántos lo hacen para las administraciones.
Las bases de cotización
Lo que sí permite determinar es que, pese que la pandemia provocó una crisis sanitaria sin precedentes en nuestro país, los cotizantes en estas actividades no son los que más se han incrementado. Los cotizantes quedan un 8%, por encima de la media, pero por debajo de los funcionarios. Además, el alza de su base de cotización es un 21% inferior que la de los funcionarios propiamente dichos y se queda en 216,74 euros. Llega así a los 2.304, 53 euros, 350 euros menos que los funcionarios.
Por su parte, los educadores sí crecieron con fuerza, un 14% más que en diciembre de 2019, cuando PSOE y Unidas Podemos sellaron su acuerdo para crear el Gobierno de coalición. Igual lo hicieron sus bases de cotización, que repuntaron 316,20 euros, un 15% más que los funcionarios, aunque el saldo, 2.351,24 euros sigue muy por debajo.
Las actividades que más han crecido en número de trabajadores son las relacionada son la informática y las telecomunicaciones (el sector TIC), que han repuntado un 22%, hasta los 606.000 cotizantes. Su retribución también ha crecido, en 303 euros, un 9% más que la de los funcionarios, hasta superar los 2.850,34 euros. Una evolución que responde a la creciente demanda de estos profesionales ante el avance de la digitalización.
Sin embargo, la mayor subida salarial se la anota un tipo especial de funcionario, tan especial que tiene su propia sección de actividad: son que trabajan en organizaciones y organismos Internacionales, como la ONU, el FMI, el Banco Mundial… Su sueldo ha crecido en 426 euros, un 55% más que los funcionarios nacionales y un 84% más que la media de asalariados. Eso sí, apenas llegan a 3.100 personas y su número se ha reducido un 12% desde diciembre de 2019.
Con estos datos, tenemos una foto fija a cierre de Legislatura en la que las retribuciones de los funcionarios siguen superando con creces las de las actividades con mayor número de cotizantes, como Comercio, Industria manufacturera, Sanidad y servicios sociales y hostelería. Los que la superan son sectores con muchos menos trabajadores.
Sin impacto del SMI
Lo que se confirma es que, al cierre de la Legislatura, la brecha retributiva entre los funcionarios y la media de trabajadores sigue en los mismos niveles que al inicio: un 27%. Y se ha mantenido estable en los últimos años.
Algo que suscita una pregunta adicional, ya que apunta que la subida del SMI no parece haber afectado a esta diferencia. Es decir, no parece haber acelerado la subida de los salarios más bajos, que se concentran en sectores como la hostelería, respecto a la de los funcionarios. Algo que ya se apreciaba al analizar la variación acumulada durante la Legislatura.
La base de cotización de un funcionario superaba en un 110% a la de un camarero en diciembre de 2019, la misma diferencia que marcaba en los últimos datos publicados, tras cuatro subidas del SMI.
Aunque hay que tener en cuenta que la volatilidad de las retribuciones de estos empleos es mucho mayor al estar ligada a la estacionalidad, que su evolución sea menos intensa que la diferencia con los trabajadores mejor pagados no se haya reducido sustancialmente es revelador acerca de la manera en la que las subidas del SMI han sido absorbidas por el empleo (y las cotizaciones)
En cualquier caso, la estadística confirma un repunte de la actividad (en número de asalariados) y las bases de cotización, es decir, las retribuciones. Pero también apunta a que no se ha producido de una forma que reduzca la inequidad entre los trabajadores que menos ganan y los que más perciben, que son precisamente los que dependen del Gobierno y las administraciones públicas.
Sin embargo, esto no ha impedido que el Ejecutivo haya afrontado una rebelión de estos trabajadores en la recta final de la Legislatura, descontentos con sus subidas salariales, pero también con sus condiciones laborales. Desde los funcionarios de Justicia a los inspectores de Trabajo, muchos cuerpos han protagonizado movilizaciones y huelgas que, a buen seguro, seguirán manteniendo la intensidad en la próxima Legislatura.
Fuente: El Economista