En noviembre sólo cobrarán los parados que presentaron la solicitud antes de ese día
El Servicio Estatal Público de Empleo (SEPE) lleva tres meses de retraso en el reconocimiento del paro y no ha pagado la prestación a ningún nuevo desocupado desde el 12 de agosto en la demarcación de Barcelona, según ha podido saber el ACN. Así, en noviembre sólo cobrarán los parados que presentaron la solicitud antes de ese día. El desfase nace de la avalancha de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) registrados durante el confinamiento.
En un inicio, la tramitación del paro iba al día y la de los ERTE no. El organismo decidió “equiparar el retraso” de ambos procesos y dedicar más personal a los expedientes. El ente está por arreglar multitud de errores de la primera ola, en la que el 70% de los ERTE no entraban en el sistema.
Una trabajadora del SEPE que se dedica a capitalización, es decir, el pago único del paro, ejemplifica esta problemática. “Todo el organismo está colapsado. Me viene una persona que me pide la capitalización y cuando voy a mecanizarlo resulta que no tiene prestación porque no le han reconocido aún que la solicitó a finales de agosto. Así, yo no le puedo pagar. Tengo hasta 20 expedientes esperando que se reconozca la prestación “, explica a ACN Margarita Rico, representante de CC.OO.en el SEPE de Barcelona.
Deyker Castillo es uno de los que se quedó sin trabajo en agosto y aún espera recibir noticias de su paro. “Cuando llamé me dijeron que estaban gestionando las solicitudes de junio y que se tramitaría en noviembre o en diciembre sin darme ninguna alternativa”, lamenta. Este trabajador de sector de los seguros se tuvo que “poner las pilas” y buscar “trabajo de cualquier cosa porque sino no podía vivir”. “Estuve viviendo un mes de la liquidación de la empresa anterior pero era una miseria. Me busqué la vida y tuve la suerte que encontré trabajo, pero imagínate que no”, explica.
El Ministerio de Trabajo asegura que el organismo trabaja “intensamente” para que se reduzca el tiempo de reconocimiento de la prestación y augura que la gestión se agilizará este mes de noviembre por que “se han adoptado medidas de refuerzo” y demarcaciones con menos carga de trabajo apoyan a los territorios que tienen más presión, como Barcelona. En concreto, el servicio estatal de empleo cuenta con 100 funcionarios de ocho territorios del resto de España que están ayudando a tramitar las prestaciones. De este modo, esperan deshacer el lío y asumir este trabajo y las incidencias detectadas de ERTE antes de finales de año.
El 70% de los ERTE no entraban en el sistema
Desde el inicio de la pandemia las listas del paro se han ido engordando en las comarcas barcelonesas. Una vez terminado en octubre, había 351.676 parados, casi 68.000 más que hace un año. En comparación con el mes anterior, había 1.079 personas más apuntadas a los servicios de empleo en Barcelona. El volumen del incremento es menor al número total de afectados por ERTE. A finales de mes la Seguridad Social contaba 105.850 personas afectadas por los primeros expedientes. A esta cifra hay que sumar los 79.826 incluidos en ERTE desde el inicio de las restricciones para combatir la segunda ola, que registra Treball.
El decalaje en las prestaciones ordinarias nace del colapso que provocó la avalancha de ERTE durante el confinamiento. A estas alturas, el organismo aún tiene pendientes de arreglar multitud de errores de la primera ola de expedientes, en la que el 70% de los ERTE no entraban en el sistema por errores elementales como el formato de los documentos. El 30% restante que sí eran admitidos también daban problemas ya que el seis de cada diez datos de los trabajadores tenían algún tipo de error.
En total, los empleados del SEPE tuvieron que gestionar cientos de miles de errores sólo en Barcelona. Por ejemplo, el servicio de empleo se encontró con que las empresas facilitaron hasta 60.000 cuentas bancarias que no existen.Según ha podido saber la ACN, aún faltan por arreglar “un volumen importante” de prestaciones que se deberían de haber denegado, cobros indebidos y comunicaciones erróneas de periodos de actividad del trabajador, pero, en cambio, todos los impagos de los que tenían constancia se han subsanado, porque han sido una “prioridad”.
Los empleados aseguran que el sistema para modificar una prestación ERTE es delicado y los cambios se aplicarán manualmente.
En la segunda ola se ha introducido cambios para simplificar el proceso. Desde el 16 de octubre, el organismo sólo ha identificado un 6% de errores en las prestaciones, que, según Treball, ya deberían cobrar 106.000 personas más a raíz del cierre de bares, restaurantes, centros de estética, espacios culturales o comerciales sí cobrarán este mes de noviembre.
Las 7.000 incidencias detectadas en la segunda tanda de expedientes se han repartido entre los trabajadores y se ha arreglado “todo lo que podía hacer el SEPE” antes del 31 de octubre. El sistema se cerró un sábado a las doce de la noche, ya que el organismo dejó la posibilidad de trabajar “voluntariamente” y sin cobrar para poder tramitar el máximo de trabajadores, según los sindicatos. “Aunque no te paguen nada sabes que las nóminas dependen de ti y te conectas”, afirma Rico.
Los trabajadores denuncian que sufren un nivel de estrés increíble “que tendrá consecuencias para su salud mental”, asegura Rico. Según dice, los empleados que trabajan desde casa lo hacen con su ordenador propio y pagan el coste de la línea de teléfono y del wifi. “Si no tienes medios, trabajas desde las oficinas”, señala la delegada sindical. Los empleados del SEPE denuncian que faltan “más manos” porque la plantilla está envejecida y ya era insuficiente antes de la pandemia.
Del mismo parecer es Enrique Medina, miembro de la Junta de Personal de la CGT y trabajador del SEPE. “La sensación es que esto no acabará nunca”, reconoce este empleado de Granollers. Reconoce que esta segunda ola ha enfocado “de una manera más razonable” y que hay “menos incidencias”. Sin embargo asegura que “el número de personas afectadas por ERTE es brutal y es imposible llevarlo al día”.
“Antes cuando presentabas el paro, cobrabas el mes siguiente. El cobro iba al día. Ahora se ha descontrolado totalmente por la avalancha de trabajo que hay y no somos suficientes para poderlo resolver. Esto nos presiona como trabajadores porque somos conscientes del trabajo que estamos haciendo”, remarca Medina. Según dice, los setenta empleados temporales que se contrataron en Barcelona “se han notado” pero se han dedicado a “cuestiones elementales” y no han podido trabajar al 100%. Con todo, alerta de que el contrato de estos eventuales termina en diciembre y “no está claro” que les renueven.
Por otra parte, esta semana empieza a funcionar una empresa que atenderá llamadas de los usuarios del SEPE. Medina se pregunta si esta medida será efectiva y cree que hubiera sido mejor destinar el dinero a contratar más personal cualificado. “Si no puedes solucionar el problema de mi prestación, no me sirve de nada que me cojas el teléfono”.Sin embargo, los sindicatos valoran esta contratación como un paso positivo.
“Los trabajadores se han visto sin ningún tipo de respuesta, gente que ha estado horas y horas llamando por teléfono intentando enviar mails, tener cita por vía internet y ha sido imposible contactar con ellos. Gente que no cobra, que no sabe porque no cobra ni cuando cobrará y encima sin tener ninguna respuesta. Era una situación límite”, explica Nuria Gilgado, secretaria de Política Sindical de UGT en Catalunya. “Llevan muchos meses diciendo que estaba todo solucionado y que sólo quedaban unas pequeñas incidencias y que todo el mundo estaba cobrando en tiempo y forma, y hemos detectado que no es real”, agregó Gilgado.
La plantilla del SEPE ha visto atónita las declaraciones optimistas del ministerio que encabeza Yolanda Díaz cuando ellos se veían obligados a hacer jornadas de 12 horas y todavía no daban abasto. “Para mí, el ministerio por un lado y la realidad va por otro”, resume Rico.
Fuente: La Vanguardia