LAS MEDIDAS de protección aprobadas en el marco del escudo social, muchas de ellas caracterizadas por su enorme impacto de género, se están viendo entorpecidas en su aplicación efectiva. Desde CCOO contemplamos este problema con preocupación y demandamos soluciones urgentes. La secretaria confederal de Mujeres e Igualdad, Elena Blasco Martín, denuncia: “Tenemos constancia de retrasos y obstáculos inexplicables tanto en el cobro de los ERTE como en el de dos tipos de subsidios que afectan de manera especial a mujeres que están en una situación muy desfavorecida: las trabajadoras del hogar y el Ingreso Mínimo Vital (IMV). Se trata de dos logros sociales que celebramos, aunque ya advertimos en su momento de algunas carencias que debían corregirse. Ahora añadimos que debe resolverse y con celeridad. Miles de mujeres, tras seis meses de pandemia, ya no pueden más. Urge dar una respuesta económica y social a su situación y que se afronte con medidas específicas a las más expuestas a la pobreza. Extender la protección social con perspectiva de género es un imperativo y acelerar el procedimiento administrativo para que las prestaciones lleguen a sus destinatarias una urgencia social”.
Desde la Secretaría Confederal de Mujeres e Igualdad de CCOO observamos con gran preocupación los retrasos y obstáculos, así como instamos a una rápida aprobación de la prórroga de los ERTE, una herramienta del diálogo social con un importante impacto de género. Según un estudio del Gabinete Económico Confederal de CCOO durante estos meses de pandemia han llegado a sostener cuatro empleos femeninos por cada nueva mujer en paro. También vemos con gran inquietud los retrasos en el cobro de los dos tipos subsidios antes señalados, que afectan de manera especial a mujeres que están en una situación muy desfavorecida: las trabajadoras del hogar y el IMV. En el caso del IMV, según nota del Ministerio de Inclusión del 20 de agosto (última que dedican a esta cuestión), se ha reconocido la prestación a: “Más de 80.000 hogares, de las más de 143.000 solicitudes, es decir, al 56%”. Sin embargo, esos datos suponen que apenas se ha llegado al 10% de la previsión inicial.
Y en lo que respecta a las trabajadoras del hogar, desde agosto venimos denunciando en CCOO que a tres meses de su puesta en marcha (recordemos, se aprobó a finales de marzo y se abrió a trámite el 5 de mayo), las trabajadoras del hogar seguían sin cobrar el subsidio extraordinario. El Ministerio de Inclusión publicó una nota de prensa con la aprobación del subsidio extraordinario (31 marzo), pero no ha vuelto a hacer ningún balance del mismo: ni el número de solicitudes, ni el alcance dentro del colectivo de trabajadoras del hogar, ni los pagos realizados, ni las principales causas de las denegaciones.
Fuentes del sindicato de funcionarios CSIF en el SEPE ponen cifras a este retraso: hasta el momento, se han recibido 55.000 solicitudes y solo se han podido resolver el 40%. El Ministerio de Trabajo no concreta cuántos de esos expedientes han resultado en prestaciones concedidas y efectivamente abonadas, aunque fuentes no oficiales apuntan a unos 18.000 subsidios.
A estas dificultades se añaden, señala la responsable confederal, las derivadas de los riesgos para la salud y la sobrecarga en cuidados de un teletrabajo sin regular o la falta de consenso y respuesta laboral sobre mecanismos de compensación económica hacia progenitores (madres, padres) a quienes afecten situaciones de cuarentena de sus hijas o hijos en edad escolar, aunque no tengan resultado positivo de COVID-19, entre otros problemas que se añaden a las dificultades estructurales, fruto de la peor posición de partida de las mujeres en el ámbito laboral y social.
Por eso, señala Elena Blasco Martín: “Es imprescindible integrar la perspectiva de género en el análisis, gestión y propuestas de solución a la COVID-19, lo que significa la adopción de medidas excepcionales para hacer frente a las necesidades, así como hacer efectivas en el corto plazo y sin trabas burocráticas las permanentes. Porque de poco sirven si no llegan a sus destinatarias, como en el caso de os ERTE, el IMV o las trabajadoras del hogar”.
Fuente: CCOO Mujeres