Un estudio demuestra que la brecha generacional se ha ampliado en unos 200.000 euros en dos décadas
El patrimonio de los jóvenes españoles se ha visto diezmado en los últimos años casi en paralelo al progresivo aumento de los ahorros de las generaciones mayores. En las últimas dos décadas, los hogares de personas mayores de 74 años han duplicado su riqueza total neta, mientras que la de los menores de 35 años ha caído un 73%. Ello implica que la brecha generacional se ha ampliado en unos 200.000 euros, en un momento en que la pensión media de jubilación supera ya el sueldo de los menores de 35 años y la mitad del país depende de una pensión, ayuda o salario público.
Lejos de resolverse, esta tendencia podría agravarse en el futuro, ya que no solo ha crecido la diferencia en la propiedad de los grupos de edad, sino también en sus ingresos: la renta mediana de los hogares con un cabeza de familia menor de 35 años ha descendido en 20 años un 20%, mientras que en los hogares más envejecidos se ha incrementado notablemente, a un ritmo del 40%, según una encuesta del Banco de España analizada por investigadores económicos de CaixaBank Research.
«La ratio de los jóvenes respecto a la población trabajadora ha pasado del 55% en 2002 al 26% en 2022, mientras que para los mayores ha pasado del 84%… ¡a casi triplicar en 2022 la riqueza de los hogares de entre 35 y 44 años!«, subraya el informe de la entidad financiera, que apunta a la vivienda como uno de los motivos principales de esta creciente brecha. España es país de propietarios, pero no tanto como antes, un cambio que ha afectado más a los menores de 35 años: en 2002, más del 65% de ellos vivía en un inmueble de su propiedad, mientras que ahora son solo el 30%.
El economista destaca que «uno de los principales mecanismos de ahorro en España es la vivienda». «El Banco de España calcula cuántos años de salario bruto se tendrían que destinar para comprar una propiedad y hemos pasado de tres o cuatro años a siete u ocho, prácticamente se ha doblado», señala Medina, que cree que aquellos con pensión e inmuebles en su cartera han salido ganando. Además, muchos jóvenes «han vivido su primer momento de entrar en el mercado laboral durante la crisis de 2007 y 2008, y después han tenido una situación muy adversa durante la pandemia», lo que ha retrasado su edad de emancipación y ha hecho que tengan «menos capacidad para tener hijos».
Más gasto en pensiones, menos en vivienda
Otro aspecto fundamental al que apunta Medina es el efecto que el envejecimiento de la población en países como España puede tener sobre el propio sistema democrático, pues los gobernantes tienen incentivos para fidelizar electoralmente a una bolsa creciente de pensionistas. Hace 20 años, el INE contabilizaba 10,4 millones de españoles de entre 20 y 34 años, cifra que ha menguado hasta los 7,8 millones del último dato (2022). En dos décadas, los mayores de 75 han pasado de ser 3,2 millones de personas a 4,7 millones.
«Es evidente que si uno mira a las políticas públicas, por ejemplo para mitigar la pandemia o los precios de la energía, siempre se pone énfasis en las personas jubiladas y pensionistas», explican desde el instituto. ¿Cuál es el impacto redistributivo de los descuentos tipo IMSERSO o las bonificaciones al transporte o al cine? «Estas medidas son probablemente regresivas y no progresivas», señala Medina, que recuerda que este esfuerzo económico del Estado se centra en personas que en muchos casos tienen propiedades o pensiones, y en muchos casos, ambas.
«El coste fiscal de indexar las pensiones a la inflación cuando hemos llegado a tener una inflación anual media del 8% ha comportado un gasto estructural enorme», alerta el economista, que cifra en 14.000 millones de euros el coste extra de revalorizar las de 2022, mientras que el presupuesto total de las políticas públicas de vivienda y de inserción laboral es «mucho más bajo». «Las personas jubiladas son una masa de votantes muy importante sin la cual no se pueden ganar elecciones», recuerda Medina, que se pregunta «por qué una persona joven no puede tener bonificada una misma cosa que el jubilado sí», y concluye que esta redistribución no responde a criterios de renta.
Más allá de las políticas públicas, el investigador de Ostrom ve importante «recuperar la cultura financiera» para mejorar la capacidad de ahorro, ya que en España la remuneración de las cuentas bancarias es relativamente baja, pero aun así la riqueza acumulada «se acostumbra a tener en depósitos bancarios y mecanismos de inversión no especialmente sofisticados», con rendimientos por debajo de la media europea y de los países desarrollados de la OCDE. El miedo al riesgo de perder es otro obstáculo añadido, aunque «a través de las acciones o los fondos de inversión se pueden conseguir carteras diversificadas a bajo coste», y hoy en día «no es necesario tener un gran capital» para poder invertir en renta fija (bonos y fondos con rendimiento predefinido) y variable (bolsa y fondos con rendimiento desconocido).
Fuente: Los jóvenes se empobrecen 100.000 euros de media en 15 años