¿Cuánto se trabaja en cada país?

México y Costa Rica son los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en los que los trabajadores acumularon más horas trabajadas a la semana en 2018. Ambos superaron las 40 horas por trabajador, frente a la media de 33 horas registradas por el conjunto de la OCDE en ese mismo año. En el extremo opuesto, Alemania y Dinamarca se mantuvieron por debajo de las 27 horas semanales.

Este desequilibrio no es casual. En los países con economías más avanzadas los límites legales de trabajo son de 40 horas semanales, mientras que en los Estados en vías de desarrollo estos se sitúan en 48 horas. Así, el sur y el este de Asia son las regiones en las que las jornadas son más extensas —en la mayoría de casos, sin límites legales—, mientras que en Europa los trabajadores disfrutan de más tiempo libre. En el caso de América Latina, existen diferencias a la hora de regular la jornada máxima legal. Sin embargo, en algunos países donde la economía sumergida está más asentada esta regulación apenas influye en el número de horas trabajadas por sus empleados. 

Las diferencias reflejadas en el gráfico demuestran, asimismo, que la extensión de la jornada de trabajo no influye de manera tan directa en la productividad de un país: en México, el lugar en el que más horas se trabajan en la OCDE, la producción por trabajador apenas supera los 35.000 dólares —PIB en paridad de poder adquisitivo—, mientras que en Alemania, el Estado con la jornada semanal más corta, esta supera los 90.000 dólares. 

En su lugar, la productividad laboral, más que de la extensión de la jornada, depende de la formación de los trabajadores y el equipamiento técnico. En América Latina, donde la baja productividad siempre ha sido un gran lastre, el problema no es tanto que sus economías estén centradas en sectores menos productivos sino, de nuevo, sus altos índices de economía sumergida.

Fuente: EOM

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