La inflación subyacente está disparada y la inflación real de los alimentos cerca del 40%.
¡Calviño va a hacer la compra y además busca las ofertas del supermercado!
Al menos eso ha dicho sin sonrojarse este miércoles en el Congreso de los Diputados durante la sesión de control al Gobierno.
El Gobierno es inasequible al desaliento y continúa manoseando las estadísticas: cuando la inflación subyacente era menor que el IPC, había que fijarse en la subyacente y ahora que se ha invertido la curva, lo que tenemos que hacer es fijarnos en el IPC. Si cuando el IPC anualizado ofrecía avances menores que el IPC intermensual había que fijarse en él, ahora Calviño defiende que los precios están bajando.
Calviño dice que las acciones del Gobierno están funcionando porque, según dice, ella va al supermercado, busca las ofertas y los precios han bajado en los productos en los que el Gobierno ha bajado el IVA. “La compra de mi casa ya refleja esa bajada de los precios. Es cierto que, como todos los españoles, yo busco las ofertas y compro la fruta de temporada y he visto que en aquellos productos en los que ha bajado el IVA, han bajado los precios. Y esa es la información que nos transmiten también los grupos de distribución”, ha subrayado Calviño.
“La inflación bajó cinco puntos en cinco meses. De hecho, el dato adelantado de enero lo que indica es una bajada del índice de precios al consumo y también de la inflación subyacente”, señalaba Calviño. Pero Calviño es tramposa en su explicación pues según los datos adelantados, tanto el IPC como la subyacente siguen en tendencia alcista, siendo esta última, la inflación subyacente, especialmente preocupante, ya que avanza una tendencia alcista estructural de los precios en nuestro país.
Además, una cosa es que la inflación suba o baje y otra distinta que los precios bajen. Es decir, que haya más o menos inflación quiere decir que los precios suben a mayor o menor intensidad, pero siempre de manera alcista. Si los precios bajan, el efecto, es “deflación” y estamos lejísimos de esta posibilidad.
Por último, llama la atención que el ejemplo que ponga Calviño sea el de los supermercados y precisamente, según los datos consolidados del IPC de diciembre reflejan unos precios de la cesta de la compra en máximos históricos con alzas superiores al 15%. Si hacemos un “análisis de servilleta”, sencillo de dos o tres ticket de la compra del súper de una cesta de productos básicos, vemos que la inflación real estaría cerca del 24%. Algunos productos como el azúcar, ya sufre inflación cercana al 50%. La afirmación de la ministra es, directamente, de risa si no fuese porque es vergonzosa y falta a la realidad más evidente contrastable por todos los ciudadanos.
Según la OCDE, la organización que engloba a los países más desarrollados, las familias españolas son las que más han visto reducirse sus ingresos reales en el periodo que va desde el estallido de la pandemia de Covid al tercer trimestre de 2022. La renta real por habitante (un indicador en el que se descuentan los impuestos y las cotizaciones, y se añaden las ayudas sociales) en España disminuyó un 7,85% entre el cuarto trimestre de 2019 y el tercero de 2022. Un retroceso que contrasta con el avance global del 1,9% que se registró de media en la OCDE en ese periodo. Los expertos de la organización vinculan los malos resultados observados en España con la “lentitud de la recuperación” y del ingreso mixto de las familias desde los primeros días de la pandemia. España es uno de los pocos países de la OCDE en el que todavía no se ha vuelto a alcanzar el nivel de producción previo a la crisis de la covid. En concreto, entre el último trimestre de 2019 y el tercero de 2022 seguía arrastrando un descenso del 1,94% de su producto interior bruto (PIB), cuando en el conjunto de la OCDE se había producido una progresión del 2,73.