En el periodo que va de febrero a noviembre de 2020 se dieron de baja 67.837 pensiones de jubilación y viudedad, evidentemente por los estragos causados por el Covid en la población de mayores de todo el país ya que la causa para dar de baja este tipo de prestaciones es, básicamente, una: el fallecimiento.
La cifra todavía podría ser mayor ya que no está contabilizado el mes de diciembre, y al ritmo de los últimos datos, eso supondría sumar unas 2.000 muertes lo que dejaría la cifra en 70.000 pensionistas fallecidos. Esta cifra corresponde con el exceso de bajas detectado con respecto a 2019.
Los números muestran otro dato tétrico, pues esta cifra de bajas corresponde a 44.549 muertes de pensionistas de jubilación y 23.288 son pensiones por viudedad, hasta final de noviembre.
Estas cifras, además, encajan con las aportadas ya por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que hasta el mes de noviembre mostraban igualmente un exceso de mortalidad con respecto al año 2019 de 67.102 mayores de 65 años.
Todas las fuentes citadas, además, se centran en una misma fórmula de cálculo difícilmente alterable ni manipulable: calculan las bajas -o muertes- en un periodo del año y las comparan con el mismo período de tiempo del año previo. Puesto que la única causa de mortalidad extraordinaria en 2020 ha sido el coronavirus, ese es el factor que cuenta con todas las probabilidades de ser la causa de ese exceso de muertes, es decir no se deben, como algunos insinúan, a «infartos o accidentes de tráfico…».

La cifra todavía podría ser mayor ya que no está contabilizado el mes de diciembre, y al ritmo de los últimos datos, eso supondría sumar unas 2.000 muertes lo que dejaría la cifra en 70.000 pensionistas fallecidos. Esta cifra corresponde con el exceso de bajas detectado con respecto a 2019.
Los números muestran otro dato tétrico, pues esta cifra de bajas corresponde a 44.549 muertes de pensionistas de jubilación y 23.288 son pensiones por viudedad, hasta final de noviembre.
Estas cifras, además, encajan con las aportadas ya por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que hasta el mes de noviembre mostraban igualmente un exceso de mortalidad con respecto al año 2019 de 67.102 mayores de 65 años.
Todas las fuentes citadas, además, se centran en una misma fórmula de cálculo difícilmente alterable ni manipulable: calculan las bajas -o muertes- en un periodo del año y las comparan con el mismo período de tiempo del año previo. Puesto que la única causa de mortalidad extraordinaria en 2020 ha sido el coronavirus, ese es el factor que cuenta con todas las probabilidades de ser la causa de ese exceso de muertes, es decir no se deben, como algunos insinúan, a «infartos o accidentes de tráfico…».
Según las datos del INE este exceso de muertos en 2020 suponen 1.770 muertes por millón, es decir España es el país con mayor tasa de mortalidad de todo el planeta incluso por encima de los 1.753 fallecidos por millón de habitantes de Bélgica, la segunda más afectada en la UE y las 1.342 muertes de Italia.
La media de la Unión Europea en tasa de mortalidad se situaba en 704 casos por millón de habitantes, casi la tercera parte que España. Y España casi multiplicaba por cuatro la tasa de mortalidad de Alemania.
De hecho, países que han sido criticados internacionalmente por su mala gestión pueden alardear ante España, pues el Reino Unido muestra un dato al cierre de 2020 de 1.283, Estados Unidos, de 1.158 y Brasil de 963.
