VERGONZOSO: “LOS VIEJOS”, EL OTOÑO Y LAS RESIDENCIAS

En España se ha dado mucho eso de responsabilizar de todo a las instituciones, a las residencias, e incluso descaradamente se ha utilizado su gestión en la maldita pandemia como argumento para atacar al adversario político en busca del “voto perdido”

Pero para que las residencias funcionen es fundamental que los familiares también sean parte e integrarse en dichas instituciones Pensamos que desde el momento que el anciano se va a vivir a la residencia todo lo que le pasa, en términos de salud y afectivamente, es 100% responsabilidad de la institución. Ese es un problema básico pues los trabajadores de la residencia son cuidadores y tienen que hacer su trabajo, pero hay un vínculo social y cultural con la familia que no es responsabilidad de las instituciones.

 

Las residencias se deben entender como un espacio de sociabilidad, donde las personas están cuidadas y tienen independencia y no en pasar de una vida social y familiar activa a romper todos los vínculos. Es como una muerte simbólica.

 

Tenemos que empezar a preguntarnos cuáles son las dificultades que viven hoy las personas mayores, cómo se sienten en esas residencias y por qué no estamos construyendo las residencias que queremos juntos. En España estábamos acostumbrados a que los mayores vivían en las casas, con las familias y pasamos de esto a vivir en viviendas muy pequeñas donde es imposible que la abuela viva en la casa y que tenga los cuidados especiales que precisa. Hemos pasado abruptamente a la residencia, sin tránsito, a pesar ser una cultura acostumbrada a vivir todos juntos.

La representación de los mayores siempre está asociada a la falta de salud, pero hay tantas historias como personas mayores existen. Cada persona es un mundo y hay muchas formas de vivir la vejez. Es una etapa de la vida en que se tiene experiencia, se tiene tiempo y se es consciente de estar viviendo los últimos años.

 

‘Somos pasajeros en la noche

pensamos que aceptar eso con resignación significa asumir una humillante derrota, la derrota de la finitud y la muerte

 Pero el mismo otoño, gran maestro de las estaciones,

encarga de enseñarnos que envejecer y declinar puede ser bello

 El otoño no se hace implantes ni liposucciones a sí mismo

No busca prolongar artificialmente la primavera

 ¿Por qué hay que sacar la flor del florero porque se marchitó?

¿Por qué no podemos ver lo bello que tiene también esta otra etapa?

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