El Banco de España cree que la incidencia de la reforma de pensiones de 2011, desde la perspectiva de la edad de jubilación, todavía es «limitada», según ha señalado en un artículo, en el que, no obstante, señala que la edad efectiva de jubilación ha tendido a aumentar en los últimos años.
En este sentido, recuerda que una de las medidas más relevantes de la reforma de 2011 fue el incremento paulatino de la edad legal de jubilación, con un aumento desde los 65 años en 2013 hasta los 67 en 2027.
En concreto, en el artículo titulado ‘Tendencias recientes en la edad de acceso a la jubilación’, el Banco de España pone de relieve que esta medida ha sido «limitada» por el notable porcentaje de altas que acceden a la jubilación según la normativa previa a la de 2011, así como por las disposiciones que permiten mantener en los 65 años la edad legal de jubilación para las personas con carreras de cotización suficientemente largas.
El organismo señala que la edad de acceso a la jubilación ha mostrado una tendencia creciente desde 2006. En concreto, entre ese año y septiembre de 2018 aumentó alrededor de nueve meses, de 63,5 a 64,2 años. Además, los últimos datos publicados, correspondientes a junio de 2020, indican que ese mes alcanzó un nivel aún más alto, hasta llegar a los 64,6 años.
Sin embargo, apunta que este incremento de la edad efectiva de jubilación no ha sido constante a lo largo de los últimos años. En 2013, cuando entró en vigor la reforma de 2011, la edad de jubilación creció considerablemente y se situó en 64,3 años. En los años siguientes descendió y a partir de 2016 repuntó de nuevo.
En consecuencia, actualmente las jubilaciones que se producen a una edad inferior a la ordinaria representan todavía un porcentaje elevado del total de las altas de jubilación; en concreto, casi un 40%.
No obstante, destaca que en este grupo las altas por debajo de los 62 años vienen experimentando un descenso acusado, mientras que las jubilaciones entre 63 y 64 años han aumentado considerablemente. «Esto supone un impulso al alza en la edad media de jubilación en el grupo de jubilaciones anticipadas», subraya el Banco de España.
La institución también ha constatado que los trabajadores que se jubilan anticipadamente y quienes se jubilan parcialmente ostentan, de media, una edad de jubilación más temprana. No obstante, ha señalado que estos trabajadores también acreditan periodos de cotización más prolongados y bases reguladoras más altas.
Respecto a la edad de jubilación, ha recordado que esta ha aumentado hasta los 64,6 años en junio de este año y ha puesto de relieve que el incremento de la edad efectiva de jubilación durante los últimos años sería el resultado de un aumento neto de la edad media de acceso a la pensión dentro de cada modalidad de jubilación, «compensado parcialmente por el peso de las modalidades de jubilación cuya edad de jubilación es menor».
También cita el artículo ‘El retraso efectivo de la edad de jubilación: el impacto sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones’, en el que varios autores coinciden en que el retraso de la edad efectiva tiene varios efectos sobre el saldo del sistema de pensiones.
De hecho, ponen de relieve que, por un lado, retrasar la edad efectiva incrementa la suficiencia de las pensiones, al aumentar el porcentaje por años cotizados y disminuir los coeficientes reductores por edad, y que, por otro lado, disminuye el periodo medio de disfrute de las prestaciones y la Seguridad Social recauda cotizaciones adicionales.
Según los datos de los autores del artículo al que hace mención el Banco de España, en términos netos, un aumento de un año en la edad efectiva de jubilación se traduce en un ahorro, desde el punto de vista actuarial, de un 0,9% en el gasto asociado a las nuevas altas de jubilación, «siempre que la edad ordinaria y, por tanto, los coeficientes reductores por edad que establece la normativa no cambien».
No obstante, el Banco de España cree que este ahorro no sería homogéneo por modalidades de jubilación. Según el artículo recogido por el Banco de España, un aumento de la edad efectiva, implicaría un mayor ahorro en el gasto en pensiones si se acompañase de un incremento de coeficientes reductores por edad.
También ha recordado que, desde un punto de vista agregado, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) estima que, a partir de su modelo de pensiones, que cada año de aumento de la edad efectiva de jubilación, supone un ahorro aproximado de 0,4 puntos porcentuales del PIB en el gasto en pensiones.
Fuente: Las Provincias