Según un reciente informe de la OIT, dado a conocer el pasado día 17 de septiembre de 2021, a lo largo de los años, se ha invertido un esfuerzo considerable en mejorar el nivel educativo de las personas en todo el mundo, sin embargo, los enormes avances logrados en el aumento de los niveles de educación, especialmente entre las mujeres y las niñas, no se han traducido en las correspondientes mejoras en los resultados del mercado laboral.
Muchas personas trabajan en empleos que no se corresponden con su nivel de estudios. Al mismo tiempo, muchos empresarios afirman tener dificultades para encontrar trabajadores con las competencias que necesitan para ampliar su negocio e innovar con éxito. Este fenómeno comporta una importante desconexión entre el mundo de la educación y el mundo del trabajo.
A partir de los datos de las encuestas de población activa sobre el nivel de educación y las ocupaciones de todos los trabajadores empleados en más de 130 países, la OIT estima que sólo alrededor de la mitad de estos trabajadores ocupan puestos de trabajo correspondientes a su nivel de educación. El resto está sobreeducado o infraeducado para su Trabajo:
- Los trabajadores de los países con mayores ingresos tienen más probabilidades de ocupar puestos de trabajo acordes con su nivel de estudios.
- En los países de renta alta, este es el caso de alrededor del 60% de los empleados.
- Los porcentajes análogos para los países de renta media-alta y media-baja son del 52% y el 43%, respectivamente.
- En los países de renta baja, sólo uno de cada cuatro trabajadores ocupa un puesto de trabajo correspondiente a su nivel de estudios.
Las anteriores observaciones sugieren, pues, que la tasa de adecuación aumenta con el nivel de desarrollo de los países. En los países de renta alta y media-alta, alrededor del 20% de todos los empleados están sobreeducados (es decir, tienen más educación de la requerida para sus trabajos); la proporción correspondiente para los países de renta media-baja es de alrededor del 12,5%, mientras que en los países de renta baja es inferior al 10%. Es probable que las tasas más altas de sobreeducación en los países de renta alta se deban a la composición de la mano de obra, que se caracteriza por un nivel de educación relativamente alto.
Siempre existirá un cierto grado de sobreeducación porque algunos individuos aceptan trabajos por debajo de su nivel de educación, ya sea porque estos trabajos ofrecen ventajas específicas (como un trabajo menos exigente y estresante, una mejor conciliación de la vida laboral, una mejor protección social, tiempos de desplazamiento más cortos y una mayor responsabilidad social) o porque carecen de experiencia. Para algunos de estos trabajadores, la sobreeducación puede ser sólo una situación temporal.
Sin embargo, cuando la sobreeducación se debe a distorsiones del mercado laboral en las que la oferta de trabajadores con un nivel de educación superior supera la demanda, suele ser un fenómeno a más largo plazo y suele requerir intervenciones políticas.
La infraeducación también se observa tanto en los países de renta baja como en los de renta alta. Los países de renta baja son los que presentan la mayor proporción de trabajadores infraeducados: aproximadamente el 70% de los ocupados tienen menos estudios de los que se requieren para su trabajo. La proporción análoga para los países de renta media-baja es de alrededor del 46%, mientras que en los países de renta media y alta es de alrededor del 20%.
La principal razón de la infraeducación es el nivel relativamente bajo de estudios de la mano de obra existente y/o la falta de cualificaciones formales, especialmente en los países de renta baja. Algunos de estos trabajadores infraeducados pueden seguir haciendo su trabajo correctamente porque han adquirido las competencias necesarias a través de la formación en el puesto de trabajo, la experiencia, el autoaprendizaje, las actividades sociales o el voluntariado.
En los países de renta alta, la tasa de sobreeducación es mayor para las mujeres que para los hombres; en los países de renta media-alta, no hay diferencias significativas; y en los países de renta baja, las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de estar infraeducadas para los trabajos que realizan.