Primeros escarceos (y roces) del futuro Fondo de Pensiones de Empleo de Promoción Pública (FPEPP)

Primeros detalles sobre los futuros fondos públicos de pensiones. El ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ya ha presentado a los agentes sociales su propuesta para aumentar el uso en España de los planes de pensiones de empleo con el fin de fomentar el ahorro de asalariados, empleados públicos y autónomos de cara a su jubilación mediante estas fórmulas de inversión colectiva. El texto, un anteproyecto de ley, prevé la creación de fondos de pensiones de empleo de promoción pública (FPEPP), cuya puesta en marcha estará pilotada por el ministerio de Inclusión y cuyo funcionamiento supervisará una Comisión de Control con 17 miembros, nombrados por los sindicatos (4), las patronales (4) y el departamento que dirige José Luis Escrivá (9). La norma también incluye un mecanismo para crear planes simplificados, que podrán promover las organizaciones económicas sectoriales, las instituciones públicas y las asociaciones de autónomos y que tendrán que integrarse en los fondos públicos.

Los nuevos fondos de promoción pública, según el texto del anteproyecto, se crearán por iniciativa del Ministerio de Inclusión a través de la Comisión Promotora y de Seguimiento, un nuevo organismo ministerial, integrado por cinco funcionarios de carrera y que no cobrarán remuneración por esta tarea. Su designación y remoción corresponderá al departamento que dirige José Luis Escrivá. Esta comisión establecerá y aprobará la estrategia de inversión común de los FPEPP y ejercerá las labores de supervisión sobre otra organización que será la que efectivamente dirija cada fondo público particular: la Comisión de Control Especial, con 17 miembros designados por la Comisión Promotora y de Seguimiento entre “cuatro […] propuestos por las organizaciones sindicales más representativas, cuatro por las organizaciones empresariales más representativas, y nueve [..] designados por el Ministerio de Inclusión”. La duración de su mandato será de seis años, con renovaciones cada tres, y cobrarán una retribución determinada reglamentariamente.

Estos fondos serán administrados por una entidad gestora con el concurso de una entidad depositaria, que tendrán límites a las comisiones de gestión y depósito que pueden repercutir sobre los partícipes: no podrán pasar del 0,4% “del valor de las cuentas de posición a las que deberán imputarse” (en el caso de las entidades gestoras) y del 0,1% en el caso de las depositarias. La política de inversiones de estos fondos tendrá que regirse “exclusivamente en interés de los partícipes y beneficiarios tomando en consideración la rentabilidad, el riesgo y el impacto social de las inversiones”.

Los planes de pensiones de empleo simplificados, que se integrarán en los FPEPP, se orientan a promover el ahorro entre asalariados, empleados públicos y autónomos. Podrán promoverlos “las empresas incluidas en los acuerdos sectoriales vinculados a la negociación colectiva, las administraciones públicas y sociedades mercantiles públicas y asociaciones de trabajadores autónomos, colegios profesionales y mutualidades vinculadas a estos”. Las comisiones promotoras de esos planes simplificados serán las que presenten su proyecto para su inclusión en alguno de los FPEPP abiertos, y será la Comisión de Control Especial la que decida si se puede integrar. La idea es extender la posibilidad de ahorrar para la jubilación a colectivos que hasta ahora no tenían acceso fácil a los planes de empleo, como los funcionarios de las entidades locales pequeñas o los autónomos, “de quienes se estiman que han suscrito más de un millón de planes personales, con comisiones elevadas”, mientras que esta iniciativa del ministerio, según su exposición de motivos, permitirá “que tengan acceso a planes de empleo, en condiciones económicas más ventajosas de las que ahora disponen”.

El ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, ha insistido a menudo en la conveniencia de favorecer los planes de empleo frente a los individuales, que considera regresivos fiscalmente, ineficaces a la hora de promover el ahorro y con elevadas comisiones. La promoción de los fondos públicos, anunciada desde hace meses, acompaña a otras medidas que se vienen tomando en el marco de los Presupuestos Generales del Estado, como la rebaja a los máximos de aportación a los planes individuales que pueden desgravarse del IRPF (1.500 euros anuales, según el proyecto de cuentas de 2022), mientras que se aumenta la desgravación máxima para los planes colectivos hasta 8.500 euros anuales.

Los sindicatos han criticado el anteproyecto por la forma (se ha presentado sin negociación y antes de lo previsto) y por el fondo (no comparten el diseño del sistema, que “se carga el actual modelo”, según una fuente sindical). En un comunicado, tanto Comisiones Obreras (CCOO) como la Unión General de Trabajadores (UGT) indican que el texto que se les ha entregado “es un desarrollo parcial” del fondo público de pensiones “que no aborda cuestiones esenciales en esa materia en relación a los derechos de las personas trabajadoras y que supone cambios sustanciales sobre la regulación actual de los fondos de pensiones de empleo que no compartimos”.

Además, consideran que esta cuestión no debe tratarse todavía, sino cuando se cierren los cabos pendientes de la reforma de las pensiones pactada en julio. Cabe recordar que todavía queda por desarrollar cuestiones como la cotización de prácticas no laborales, la incapacidad temporal de fijos discontinuos, la definición del Mecanismo de Equidad intergeneracional o cómo se desarrollará la cotización por ingresos reales de los autónomos. En palabras de Pepe Alvarez:” “El ministro es verdad que quizá hace un año planteó que el gobierno tenía esta idea, pero con la misma contundencia que lo planteó le dijimos que eso no va a ser objeto de negociación en el marco de los acuerdos de pensiones”, ha insistido el dirigente sindical.” A su juicio, se trata de poner en marcha un sistema de pensiones privado, aunque tenga titularidad pública, algo que UGT, según ha dicho, no contempla en España, porque “lo que queremos es asegurar, a través del sistema público, pensiones suficientes”.

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