Ahorrar o invertir 100 euros al mes durante 20 años son 50.000 euros de diferencia
Los españoles guardan más de un billón de euros en depósitos y efectivo
Si pusieran este dinero a trabajar podrían generar riqueza con su ahorro
En España nos cuesta generar riqueza con nuestro ahorro. Es una realidad que se puede palpar de muchas maneras, como por ejemplo a través de la cantidad de dinero que los españoles aparcan históricamente en productos que apenas generan rentabilidad, como son los depósitos bancarios, o incluso mediante el que dejan varado en su cuenta corriente. En ambos instrumentos, junto al dinero que también mantienen en efectivo, los españoles guardan más de un billón de euros. Ese billón de euros representa nada menos que el 37% de la riqueza financiera, según los últimos datos disponibles en Inverco. “El inversor español sigue invirtiendo poco en activos financieros si se compara con otros países del euro”, recordaba recientemente Monserrat Martínez Parera, vicepresidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Y mientras esto siga así, y no dé el salto hacia otros activos financieros algo más sofisticados que el depósito, como puede ser la bolsa, la renta fija, los fondos de inversión o los planes de pensiones, el ahorrador español se está privando de la oportunidad de generar riqueza con su ahorro y de incluso protegerlo simplemente de la inflación, que es el objetivo básico de cualquier inversión para evitar perder poder adquisitivo.
La diferencia entre ahorrar e invertir es notable. Se observa en cualquier ejercicio teórico. Por ejemplo, alguien que sea capaz de apartar 100 euros cada mes en una hucha durante 20 años acabará con 24.100 euros una vez transcurra este tiempo. En cambio, si invirtiera esos mismos 100 euros al mes en un activo conservador que genera rentabilidades constantes del 2% al año durante esas dos décadas, esos 24.100 euros se convertirían en 29.900 euros. La brecha entre ambas cifras se agranda lógicamente a medida que crece la rentabilidad.
Así, si en vez de un 2% el inversor es capaz de lograr una rentabilidad anualizada del 7%, más propia de la bolsa, esos 24.100 euros se duplicarían con creces, hasta transformarse en 53.000 euros. Y si en lugar de obtener un 7% se consigue una rentabilidad anual del 10%, posible invirtiendo en productos de capital riesgo, estaríamos hablando de que esos 24.100 euros que se habían conseguido ahorrando en una hucha se habrían convertido en más de 77.000 euros. Es decir, habría una diferencia de casi 53.000 euros entre ahorrar e invertir .
Es solo un ejemplo que por supuesto no se ajusta a la realidad (ni a la necesidad) de todos los ahorradores. Por eso, elEconomista.es ha diseñado una calculadora que permite personalizar estas variables y adaptarlas a cada caso en particular. Con esta herramienta, el ahorrador puede simular qué pasaría con su dinero si en lugar de ahorrar da el paso de invertir, eligiendo la cantidad que desea aportar cada mes, el periodo que duraría esa inversión, y también permite añadir tres supuestos de rentabilidad para que pueda observar cómo crece su dinero en cada uno de ellos en comparación a lo que sucedería si simplemente deja el dinero parado en la cuenta corriente. Para realizar los cálculos se ha asumido que la rentabilidad que obtendría el inversor se mantiene constante durante todo el periodo elegido, algo que no es real puesto que en toda inversión existe volatilidad. Pero permite hacerse una idea de la importancia de poner el dinero a trabajar.
A largo plazo está demostrado que el activo más rentable es la bolsa. Mientras los españoles guardan un billón de euros en depósitos y cuentas corrientes, hay un gráfico histórico que explica cuánto valía un dólar en 1800 y cuánto vale hoy, 200 años después, en función del activo en el que has invertido. Si inviertes en renta variable, ese dólar vale hoy 2 millones de dólares. Nadie va a vivir 200 años, pero ejemplifica muy bien qué es rentable en la inversión, y por qué los anglosajones generan mucha más riqueza de su propio ahorro. En Europa en general, y en España en particular, no generamos riqueza de nuestro propio ahorro, y es un tema de información, y de ganar seguridad. Ahora los ahorradores españoles han dado un primer paso, al invertir en Letras, y es probable que se produzca una migración de ahorradores a inversores, pero será un proceso muy lento”, ilustraba Javier Galán, director de Inversiones Renta Variable de Renta 4, recientemente en declaraciones a este periódico.
¿Qué conocimientos financieros tenemos los españoles?
Evidentemente la renta variable no es apta para todos los perfiles de inversor, y más en España, donde la mayoría se define como conservador por ahora. Pero existen diferentes alternativas acordes a cada tipo de inversor. Por ejemplo, para los más reacios a asumir riesgo son aptas las Letras del Tesoro, la renta fija a corto plazo, o los fondos de inversión de sesgo más conservador como pueden ser los monetarios. También se puede combinar este activo con otra parte de renta variable y maximizar las rentabilidades si el perfil de riesgo del inversor lo permite. Las opciones son múltiples. Lo que falta para que el ahorrador se convierta en inversor tiene que ver más con la propia cultura financiera.
El Banco de España es uno de los organismos que mide cuál es el grado de competencias financieras de la población española a través de una encuesta que evalúa la comprensión de conceptos financieros básicos, el grado de conocimiento de distintos vehículos financieros de ahorro, su tenencia y adquisición, así como el uso de estos vehículos por parte de la población española de entre 18 y 79 años.
Entre los conceptos financieros a examen está el de inflación, el de interés compuesto y el de diversificación del riesgo. Responder correctamente a la pregunta sobre la inflación precisa entender que una cantidad de dinero a percibir en el futuro pierde capacidad de compra cuando suben los precios, explica el Banco de España en su Encuesta de Competencias Financieras. Responder correctamente a la pregunta sobre el interés compuesto requiere darse cuenta de que la evolución de una cantidad ahorrada en una cuenta bancaria durante cinco años depende no solo del tipo de interés anual aplicado a la cantidad ahorrada el primer año, sino también de los intereses acumulados desde entonces. Y responder correctamente a la pregunta sobre la diversificación del riesgo requiere entender que el riesgo asociado a invertir en renta variable disminuye si se adquiere una amplia gama de acciones en lugar de un único tipo. “Solo un 19% de los encuestados respondió correctamente a las tres preguntas propuestas sobre estos aspectos. Estos resultados muestran que hay mucho margen de mejora”, señala el Banco de España en su blog.
La inflación, un ‘ladrón’ silencioso
Según este mismo sondeo, sólo el 65% de los españoles encuestados entiende bien cómo afecta al ahorro la inflación, cuando es el principal enemigo del bolsillo. “Sí, la inflación hace que pierdas dinero. Pero, ¿cuánto? Entre 2021 y 2024, el IPC (Índice de Precios al Consumo) acumulado en España fue del 17,9%. Es decir, que los precios subieron prácticamente un 18% en ese periodo. Imaginemos que a principios de 2021 ingresaste 10.000 euros en una cuenta bancaria a modo de ahorro. Haciendo el cálculo inverso al del IPC, tenemos que ese dinero para junio de 2024 perdió más de un 15% de poder adquisitivo. Es decir, si ahorraste 10.000€, la inflación te hizo perder más de 1.500 euros”, explican en Cobas AM. “El gran problema es que millones de personas en el mundo tienen cantidades importantes de ahorros en cuentas bancarias. En general son personas con ingresos medios y bajos, que no tienen el conocimiento financiero para invertir su dinero. La vía para evitar que la inflación se coma nuestros ahorros, e incluso para obtener una rentabilidad por encima de la subida de precios, es la inversión”, desarrollan.
Según datos del Banco Central Europeo, España es el segundo país de la Unión Europea con un mayor porcentaje de dinero de sus ciudadanos depositado en cuentas corrientes, sólo por detrás de Alemania. “A finales de noviembre del año pasado, los españoles contaban con 866.000 millones de euros en cuentas corrientes, por 847.000 millones de los italianos y 589.000 de los franceses. La cifra resulta realmente sorprendente si tenemos en cuenta que la renta media nacional en nuestro país es sensiblemente inferior a la de estos dos países, lo cual hace que si corregimos esos datos por nivel de riqueza veamos claramente que existe un problema serio de acumulación de capital sin generar ningún rendimiento. Este concepto, apodado por algunos medios como dinero nini, que ni genera rendimientos ni contribuye a reducir el endeudamiento, no hace sino reflejar con más fuerza el hecho de que somos una de las economías donde el dinero es más improductivo para sus ciudadanos”, señala XTB en un informe titulado El futuro del ahorro en España.
Recientemente “ha habido una concienciación de que hay que ser inversor. Fuera de España, en países como Londres y Francia tienen mayor cultura financiera y una aversión al riesgo mejor entendida porque, evidentemente, el riesgo ahora mismo, cuando hay inflación, es no invertir”, señala Tomás Pintó, director de Renta Variable Internacional de Bestinver, que confía en el papel que jugarán las nuevas generaciones, a las que ve con una concepción de invertir mucho mayor.
“El dinero está en las generaciones más mayores, y esas generaciones están muy bancarizadas y es difícil que salgan de ahí. Pero confío en las generaciones más jóvenes, confío en que hagan preguntas y, si todo va bien, esas generaciones irán teniendo dinero y poco a poco cambiarán las cosas”, coincide David Ardura, director de inversiones de Finaccess Value. “¿Que a lo mejor el proceso dura 20 años? Bien empleados estarán si conseguimos que nuestros hijos se den cuenta de que hay que invertir, y de que hay que vivir de ese ahorro capitalizado”.
Guía básica: rentabilidad de la bolsa, renta fija…
Tener una idea aproximada de qué rentabilidad se puede conseguir con cada activo también es esencial a la hora de ponerse a a planificar cualquier inversión. A modo de guía básica, entre las opciones más conservadoras, una Letra del Tesoro a un año ofrece un tipo de interés medio del 3,37% -esta rentabilidad va cambiando en cada colocación, y lo esperable es que tienda a la baja a medida que el BCE baje más los tipos-. Con un depósito, en cambio, el rendimiento medio que paga el sector ronda el 2,4% a un año. Si se asume algo más de riesgo, la expectativa de rentabilidad de una cartera diversificada de renta fija se encuentra ahora en el 3,73% según los índices de Bloomberg y Barclays; mientras que la de bolsa alcanza el 6,29% -esta cifra se calcula teniendo en cuenta el multiplicador de beneficios esperado para la bolsa americana y europea el año que viene-.
Fuente: El Economista Ahorrar o invertir 100 euros al mes durante 20 años son 50.000 euros de diferencia (eleconomista.es)