Tras los maquillajes detectados y denunciados por los expertos sobre las estadísticas del paro del SEPE y de la afiliación en la Seguridad Social, ahora el Gobierno manipula los datos del IPC para ocultar la realidad en un periodo electoral
La inflación subyacente escala hasta el 7,5% en enero pese a la rebaja del IVA de los alimentos
El Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha situado un 5,8% por encima del año anterior en enero (una décima más que la tasa anual de diciembre), tras la entrada en vigor de las nuevas medidas del Gobierno, entre las que destacan la rebaja del IVA a los alimentos básicos y la extinción de la bonificación de 20 céntimos en los carburantes para todos los ciudadanos. El hecho de que los precios sean más altos que un año antes es lo que nos lleva a aumentar la preocupación por la inflación
Por su parte, la inflación subyacente (menos volátil al excluir los precios energéticos y los alimentos frescos) ha escalado al 7,5% en enero, frente al 7% en el que se situaba en diciembre. Esta tasa refleja el contagio de la subida de precios, inicialmente concentrada en la energía, a la mayor parte de la cesta de consumo de los hogares. De momento el INE no detalla qué productos siguen encareciéndose. Estos datos se publicarán ya en el mes de febrero.La inflación subyacente alcanza su nivel más alto en casi 40 años
El INE incluye por primera vez en el IPC las facturas de la luz y el gas del mercado libre
El INE ha informado en un comunicado de que ha modificado la estructura de las ponderaciones para adaptarla a la reglamentación europea: disminuye tres puntos el peso del grupo de alimentos y bebidas alcohólicas, y baja un punto y medio el peso de la vivienda (que incluye la electricidad) en la cesta de la compra. Los precios de los alimentos son los que estaban disparando la inflación. En el plano contrario, aumenta 0,8 puntos el peso del transporte y 0,2 puntos el de hoteles, cafés y restaurantes. Cada año se actualiza el peso o importancia de los componentes del IPC y cada cinco años se actualiza la estructura completa para todos los niveles de desagregación.
Según explica el INE, a partir del año 2023 la fuente principal utilizada para la actualización de las ponderaciones ha pasado a ser la contabilidad nacional, en lugar de la encuesta de presupuestos familiares (EPF) como hasta ahora.
OJO: los datos de Contabilidad Nacional no salen del INE, salen de un conjunto de fuentes de información para evaluar la evolución económica. Dentro de estas fuentes destacan, por ejemplo, la Agencia Tributaria, la DGT (Ministerio del Interior), el Ministerio de Transportes, la Intervención General de la Administración del Estado, Loterías y Apuestas del Estado (Hacienda), el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social o el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, es decir, del propio Gobierno
Un tercer cambio anunciado por el INE tiene que ver con el procedimiento utilizado para la realización de la encuesta. A lo largo de 2023 se ampliarán los sectores en los que se recolectan precios por medio de dispositivos electrónicos para simplificar el proceso de obtención de información.
Con todo, la principal novedad está en la fórmula con la que se mide los precios de la electricidad y el gas y desde este enero, el INE monitoriza también los precios que pagan los clientes de estos servicios en el mercado libre y no solo en el regulado, como ocurría hasta ahora. Hasta mediados de 2021, los precios energéticos del mercado libre y el regulado habían ido a la par y hasta ahora, el IPC solo tenía en cuenta el mercado regulado eléctrico, donde el importe que paga el consumidor está vinculado muy directamente al precio de la luz mayorista, a diferencia del mercado libre, donde lo habitual son las tarifas planas anuales. Esto provocó que el IPC estaba reflejando la situación de solo el 40% de los consumidores de electricidad (mercado regulado) y dejaba de lado al 60% restante (mercado libre), donde los precios se mantuvieron más bajos. El INE mantuvo contactos con las grandes empresas energéticas para obtener la información sobre las facturas y cuando los datos ya estaban disponibles, los técnicos del INE tuvieron que afinar la información que llegaba para que encajara con la compleja metodología del IPC.
Los expertos del INE no han calculado qué efecto ha tenido este cambio sobre el dato de inflación de enero, y arguyen que la causa del aumento en la inflación se debe al alza en el precio de las gasolinas tras la desaparición del descuento de 20 céntimos al repostaje y no a los cambios metodológicos. De igual manera, señalan que las modificaciones introducidas han sido avaladas por Eurostat
Más allá del mercado eléctrico, el INE ha introducido novedades importantes en el sistema de ponderaciones que utiliza para estimar qué peso tiene cada producto o servicio en el cálculo del IPC, pues los alimentos, la ropa y la vivienda pierden peso en el nuevo cálculo. Una modificación que, con toda probabilidad, ha contribuido a reducir el índice general en el mes de enero.En 2023 el peso de los alimentos, el vestido, y el menaje en la cesta de consumo se ha reducido significativamente, mientras que los productos y servicios sanitarios, el ocio, las bebidas alcohólicas o el transporte han ganado protagonismo.
Conviene recordar que el INE diseña cada año una cesta de consumo en función del comportamiento de los españoles. Una cesta que tiene en cuenta las cantidades que se consumen de cada producto o servicio para determinar cómo contribuye su precio al índice general. Por ejemplo, no tiene la misma influencia a la hora de determinar el IPC, el precio de los alimentos (que suponen dos de cada diez euros de gasto en consumo de los españoles) que el de la ropa (que apenas llega al 6%).
Este mangoneo del Gobierno con el INE solivianta hasta a Miguel Sebastián
El antiguo gurú económico de Zapatero decía enfadado en Twitter que “este cambio metodológico se debería anunciar ANTES de publicar el dato. Los datos no son vuestros, son de los ciudadanos”. Además se quejaba de que el cambio en materia energética lo hacen “justo cuando la PVPC (Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor, la tarifa regulada) baja intensamente, pero la tarifa libre sube.
“Cuando la PVPC subía intensamente y la libre no, no lo cambiásteis“, añade. Y es que el Gobierno está empeñado en culpar a las empresas, tanto energéticas como de otra índole, de estar disparando los precios a placer para enriquecerse. Por último Sebastián infiere que “al menos deberíais publicar cuál sería el dato del IPC con la metodología antigua para que podamos enlazar las series”.