Lo cierto es que en el mes de marzo ha habido un crecimiento de la afiliación y reducción del desempleo, gracias al empuje de la hostelería (+5,67% frente al +1,20% del total de sectores de actividad)”.
En marzo de 2023 se han contado 20,38 millones de afiliados a la Seguridad Social, lo que implica 206.410 más que hace un mes. En cuanto al número de parados registrados, es de 2,86 millones de personas, pero a esa cifra deben sumarse 525.800 con “disponibilidad limitada” y otras situaciones. Si también se suman las personas en ERTE y los fijos discontinuos que no trabajan, la definición más amplia de paro llegaría a 3,73 millones de personas.
Tipos de contratos
Llama la atención que en la contratación temporal la segunda modalidad, por detrás de los contratos formativos en alternancia, con mayor crecimiento son los contratos de relevo por jubilación parcial. Aún así, apenas representa 1.714 contratos.
El “misterio” de los fijos discontinuos en inactividad
Los datos de marzo reflejan que el problema de la temporalidad en el mercado de trabajo español sigue sin superarse y que solo se ha “cambiado de nombre» el problema. Los contratos fijos discontinuos se han disparado en un 70,67% respecto al mes de marzo del año pasado, subiendo en 74.907. De hecho es una mejora estadística pero no de horas de trabajo. Se está troceando el empleo. Además, más de la mitad de los contratos indefinidos realizados, un 53,9%, no realizan una jornada completa de trabajo.
Al mantener un contrato vigente, estos trabajadores no se computan como parados, aunque realmente es como si lo estuvieran. De hecho, cuando estos contratos eran temporales, en la campaña de baja actividad se iban directamente al desempleo. De ahí que se haya considerado como un paro oculto que no figuraba en las estadísticas, al igual que ocurre en otros países con modalidades contractuales similares.
Al cierre de 2022 había 2,83 millones de parados, de modo que, si se suman los 443.078 fijos discontinuos en fase de inactividad a finales de 2022 que el Ministerio acaba de desvelar, aumentaría el número de desempleados en algo más de un 15%. Según los registros de la Seguridad Social, en diciembre hubo 833.648 trabajadores activos con contrato fijo discontinuo, de modo que, si se suman los 443.078 inactivos, da un total de 1,28 millones de personas con un contrato fijo discontinuo, de los cuales algo más de un tercio (el 35%) estaba inactivo a final de año.
A partir de ahora, debería ser posible hacer un seguimiento de los fijos discontinuos en periodo de inactividad todos los meses como se hace con los que están activos. Servirá para comparar la evolución de este paro efectivo con la estadística de paro registrado oficial y así comparar si la reforma laboral tuvo efectos a la hora de estabilizar el empleo en términos de conseguir que los trabajadores pasen más tiempo activos que inactivos.
Horas extras
De acuerdo con la encuesta del cuarto trimestre de 2022, en España se realizan 6.783.900 horas extra cada semana, el equivalente a 170.000 jornadas a tiempo completo y solo el 57% de ellas son remuneradas. Es decir, tres años y medio después de que se obligase a las empresas a registrar el horario desempeñado por sus trabajadores, se realizan un número de horas extra no pagadas que equivale al trabajo que desempeñarían 72.430 personas contratadas por 40 horas. El mayor número de ellas se realizan en el sector de la educación, seguido del comercio y la Administración Pública
La productividad se desploma cuatro puntos en la era Sánchez y se aleja de la media UE
Cuanto mayor es la productividad de un país, mayores son los salarios, más se puede recaudar en impuestos y mejor estado del bienestar se puede financiar. La base del bienestar se encuentra siempre en la productividad.
La productividad laboral según datos de Eurostat, España se situó en 2022 a 16,5 puntos de la media de la eurozona de productividad laboral por hora trabajada y a 8,2 puntos de la media de los 27 países de la UE. Esto se traduce en una puntuación de 91,8 respecto al 100 que representa la media de la unión.
Nuestro país ya marcó un nivel de producción de riqueza por hora trabajada más bajo que la UE en el año 2015, con 98,9 puntos, aunque la diferencia se hizo más grande en 2018, año en el que comenzó el primer Gobierno de Pedro Sánchez, al descender a los 95,8 puntos. Desde entonces, la productividad ha caído cuatro puntos, marcando su mínimo en 2021, 90,4, tras la crisis sanitaria. La productividad por empleado entre 1985 y 2022, ha crecido en España un 28%, mientras que «en las siete economías europeas más avanzadas el crecimiento ha sido casi el doble, del 54%».
España es el estado con mayor tasa de paro de la Unión Europea, del 12,87% muy alejada de la media de la UE, del 6,1%. A esto se suma una elevada tasa de fracaso escolar y abandono temprano, ya que las personas con menor formación participan en empleos menos productivos. Según los últimos datos del Ministerio de Educación, el 13,9% de los alumnos no continúa estudiando tras la educación obligatoria, porcentaje que ha aumentado por primera vez en 2022 tras trece años de descenso.