Los datos de la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, son demoledores para el desempeño económico del gobierno español durante la pandemia. Con los datos delante, puede entenderse la enorme reticencia de algunos socios europeos a que España recibiera ayudas europeas a fondo perdido en el gran reparto para el que en España ya prepara grandes despilfarros,
LA DEUDA
Las cifras que recoge Eurostat refleja el incremento de deuda pública experimentada por los distintos países del continente desde el tercer trimestre de 2019 hasta finales del tercer trimestre de 2021. España es, de manera indiscutible, el país que con más intensidad vio crecer su deuda pública, con 26,3 puntos porcentuales más en dos años.
Todo ello, nos lleva a que desde que gobierna Sánchez la deuda se ha incrementado en 264.357 millones de euros. Se ha disparado el gasto público, incrustarlo en la estructura de gasto (enterrando la posibilidad de que sólo fuera coyuntural) y acompañarlo de un crecimiento récord de deuda pública y déficit.
PIB
España será de los pocos países europeos que todavía no habrá recuperado su nivel de PIB anterior a la pandemia. Algo que no es una sorpresa a ojos de la amplísima mayoría de análisis macroeconómicos que se han publicado a lo largo del año.
Sin embargo, la economía española -que se hundió un 10,8% el año pasado por el efecto de la pandemia, la mayor bajada de toda la UE- está mostrando unos niveles de crecimiento preocupantemente lentos en comparación con la de sus vecinos europeos. Los datos de la contabilidad nacional muestran una realidad decepcionante. La economía española sigue todavía 6,6 puntos de PIB por debajo del nivel del tercer trimestre de 2019, el último que no se vio afectado por la crisis del coronavirus.
Las cifras de España quedan muy lejos de las de las grandes economías de la UE. Francia cerró el pasado trimestre solo una décima de PIB por debajo del nivel previo a la pandemia y Alemania está a solo 1,1 puntos de recuperarse por completo. Incluso Italia, con una estructura sectorial de la economía más parecida a la española, está solo a 1,4 puntos de volver al PIB previo a la crisis. En conjunto, la media de los países de la UE están solo a dos décimas de volver a la senda precovid. La economía española representaba a finales de 2021 sólo el 8,4% del Producto Interior Bruto europeo, el peor dato en 20 años, y hay ya 16 estados miembros que la rebasan en renta per cápita, más de la mitad de los 27.
Que España se esté recuperando más lento que las economías más potentes del viejo continente tiene sentido hasta cierto punto. Su economía depende más directa e indirectamente de los servicios por el turismo, uno de los sectores más lastrados por la crisis en todo el mundo. Lo que resulta más sorprendente es que países como Grecia (que ya se había recuperado por completo en el segundo trimestre), Chipre (1,2 puntos por debajo en el segundo trimestre), Portugal (5,8 puntos) o Malta (6,7) con pesos relativos de este sector en el PIB incluso superiores al de España, se estén recuperando a mayor velocidad.
LA RENTA PER CAPITA
El discurso que vincula incremento de gasto público con mejoría de la riqueza de sus ciudadanos y de la justicia social en la salida de la crisis, que tanto le gusta a la izquierda, se cae por su propio peso si vemos los efectos sobre la renta per cápita y a España ya nos supera Eslovenia en renta per capita. España, siendo el país que más se ha endeudado durante la pandemia, donde más han crecido los impuestos y donde el gasto público se ha disparado en mayor medida estamos a la cola de la UE en renta per cápita. Recordemos que España es el país de la OCDE que más ha subido los impuestos durante la pandemia.
En el tercer trimestre de 2021, la renta per cápita de España, a precios corrientes, se situó en 5.969 €, mientras que el tercer trimestre de 2019 era de 6.480 €. En términos absolutos, el PIB per cápita en España fue de 26.420 euros en 2019, de 23.690 en 2020 y de 25.409 en 2021. Es decir, que seguimos en 2021 casi un 4% en renta per cápita por debajo de 2019.