LOS DATOS “AGRIDULCES” DEL PARO DE FEBRERO 2023

La afiliación repunta en los primeros meses de 2023 tras frenar su ritmo de crecimiento a finales del pasado año y el dato de nuevas afiliaciones de febrero, que roza las 89.000, es el mejor para este mes desde 2015. Además, el avance registrado en términos desestacionalizados, eliminando el efecto estacional y de calendario, es muy superior al promedio de los tres meses anteriores.

 

Lo cierto es que los datos de empleo de febrero de 2023 son algo mejores que los de 2022, aunque prácticamente desde el final de la pandemia, 70.000 empresas han tenido que cerrar, a lo que se suma la caída de empleo de los autónomos. También es de destacar el descenso de las tasas de permanencia en la empresa de los trabajadores con contrato indefinido ordinario y una antigüedad inferior al año y las tensiones en el mercado de trabajo por un aumento de las vacantes

En el segundo semestre no se creó empleo o el avance fue mínimo y el “paro efectivo” creció en cerca de 400.000 personas en el segundo semestre del año 2022. El “paro efectivo” se calcula sumando a la cifra de paro registrado ofrecida por el SEPE la de colectivos incluidos en los llamados ‘Demandantes de empleo con relación laboral’ que comprende, entre otros, a los trabajadores fijos discontinuos en situación de inactividad y según los cálculos de Fedea, habría alcanzado a finales de 2022, los 3,4 millones, 600.000 más que el dato oficial de paro registrado.

 

Curiosamente en la segunda mitad de 2022 se firmaron más de dos millones de contratos fijos discontinuos pero el número de afiliados que trabajaban con este tipo de contrato apenas se movió, lo que se asocia a “las elevadas tasas de baja” de estos trabajos, que se producen fundamentalmente cuando pasan a la inactividad.

 

El contrato fijo discontinuo ya existía antes de que el Gobierno aprobara la reforma laboral en diciembre de 2021. Este tipo de contrato está diseñado para empleos en los que la actividad se concentra en periodos determinados del año con parones en otros. Sin embargo, después de que la reforma restringiera el uso de la contratación temporal, su uso se ha multiplicado. En concreto, en la segunda mitad de 2022 se firmaron hasta diez veces más contratos de este tipo que en el mismo periodo de 2019.

 

Como hasta este año el número de parados (en inactividad) fijos discontinuo era residual, este tipo de demandantes de empleo quedaba fuera de la cifra oficial de parados que Trabajo publica cada mes. Realmente no dejan de ser personas con un contrato en vigor aunque no estén trabajando en ese momento e incluso puedan estar recibiendo una prestación o subsidio de desempleo, para lo cual es condición inexcusable estar en situación legal de desempleo.

 

Lo cierto es que el “objetivo primario” de la reforma laboral, es decir, reducir la excesiva contratación temporal en España, “se está alcanzando con éxito”. Prueba de ello es que, mientras que en 2019 el 91% de los contratos que se firmaron fueron temporales, este porcentaje se redujo al 56% en 2022. En todo caso a finales de 2022 todavía quedaban en España 12 ocupaciones con una tasa de trabajadores temporales de más del 25%, con un fuerte protagonismo de la administración pública y la sanidad.

 

Los expertos consideran que hay que mantener la cautela de cara a la evolución del mercado laboral en los próximos meses y a los posibles efectos de la desaceleración en la creación de empleo pues se aprecia un incremento en la rotación de la contratación indefinida y en el número de fijos discontinuos, que se han triplicado respecto del mismo mes del año anterior..

AQUÍ PUEDES DESCARGARTE LA FICHA COMPLETA

Descarga la ficha en PDF

 

Deja un comentario