La economía española, cada vez más lejos de Europa. y estamos “perdiendo el tren de la prosperidad”… los indicadores muestran que, en efecto, vamos cada vez peor.
PIB REAL PER CÁPITA
El siguiente gráfico muestra que España es la segunda economía europea con peor desempeño de PIB real per cápita para el periodo 2019-2022. Con una caída del 2,4%, nos situamos lejos del promedio de la Eurozona (1,7%) y a años luz de otras economías de nuestro entorno como Grecia (5,9%), Italia (2,3%) o Portugal (3,3%).
Incluso ampliando el foco para evaluar más de medio siglo de historia económica se encuentra que el PIB per cápita observado en España se compara de forma cada vez más negativa con la Eurozona, hasta el punto de que este diferencial alcanza hoy la misma distancia que la observada en 1975, coincidiendo con el inicio de la Transición.
Mirando a 2024 el crecimiento no llegará siquiera al 2% (de hecho, el consenso de analistas revisado por Funcas lo sitúa en el 1,6%), el déficit presupuestario apenas se reducirá (pasará del 4,1% del PIB esperado en 2023 al 3,8% previsto para 2024) y la inflación seguirá siendo alta (IPC medio del 3,2%).
PARO FICTICIO Y PARO REAL
Además de la falta de productividad, con un alza oficial del empleo del 15%, el PIB solamente mejora un 8%. Y, no lo olvidemos, los mismos datos del mercado de trabajo están distorsionados, puesto que la cifra oficial de parados es de 2,8 millones pero el número real, despojado de maquillaje estadístico, ronda los 3,4 millones. Hay, por lo tanto, en torno a 600.000 personas que no están trabajando pero sí figuran como ocupadas, merced a las trampas contables del Ministerio de Trabajo y su “contrarreforma laboral”.
DEUDA PÚBLICA
Las medidas incluidas por el gobierno en los pactos de investidura que ha suscrito el PSOE con sus ocho socios de legislatura amenazan con mantener la deuda pública enquistada en el entorno del 110% del PIB, impidiendo su esperada reducción. Si el endeudamiento de las finanzas públicas españolas era insostenible antes de los pactos de investidura, los compromisos de gasto asumidos por el Gobierno para lograrla las colocan en una situación que sólo cabe calificar de explosiva