¡LOS CARBURANTES ABRASAN A PEDRO SÁNCHEZ, “EL REY RESILIENTE” QUE VENCIÓ A LA PANDEMIA Y A SU PROPIO PARTIDO DESPUÉS DE CREAR UN CISMA!

Flota en el ambiente político una sensación de momento crítico, con el presidente noqueado y un socio que cada vez con más frecuencia se sitúa no en su esquina del ring, sino en la de enfrente

 

En julio 2021, tras la tarjeta roja entre otros a Iván Redondo, Carmen Calvo y José Luis Ábalos, según el propio presidente a causa de que ““Necesitábamos cargar las pilas y rejuvenecer”, Pedro Sánchez interpretó que había llegado el momento de humanizarse y pisar la calle de entonces en adelante para escuchar los problemas de los españoles.

 

Sin embargo, en agosto el precio de la electricidad empezó a batir récord tras récord, se encarecieron también los carburantes y la cesta de la compra y el descontento fue creciendo en la sociedad, y ya no era tan recomendable que “el futuro rey de la III República española”, se paseara por la España real. Llegó el otoño y, con él, las primeras señales en la calle: los trabajadores del metal en Cádiz y la gran manifestación de policías y guardias civiles.

 

Ahora la inflación salvaje y el empobrecimiento de las clases trabajadoras han provocado un cráter gigantesco en el Gobierno al que el presidente no quiere asomarse más de la cuenta para no caer en él. La inflación puede ser la criptonita de Pedro Sánchez “el resiliente” y ya nadie se acuerda de los Fondos Next Generation ni de su reforma laboral. El encarecimiento de la cesta de la compra se lo ha comido todo.

 

«Ya hemos afrontado otras crisis», recordó la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, tras el Consejo de Ministros del pasado martes 15 de marzo, en alusión a la pandemia. «El problema es el precio de los carburantes, y ante eso…», señaló encogiéndose de hombros el ministro de Agricultura, Luis Planas, al término de ese mismo Consejo de Ministros. Ese encogimiento de hombros es la viva imagen de un Gobierno que se muestra impotente, sentado a esperar que el Consejo Europeo del jueves 24 y el viernes 25 de marzo obre un milagro: acceder a desligar el gas del precio de la electricidad, cosa que probablemente no va a pasar.

 

De entre las opciones que tiene sobre la mesa el Gobierno para anuncia “urbi et orbe” el 29 de marzo , la que va cobrando más fuerza es la de las ayudas directas (bonos de descuento), más que una bajada generalizada de impuestos, pero los bonos a sectores más afectados y colectivos vulnerables supondrían mayor carga burocrática y «ralentizarán» mucho la solución. Hay que recordar los problemas que tuvo en su despliegue el Ingreso Mínimo Vital, y los que sigue arrastrando.

 

Pero cada día que pasa hasta el 29 de marzo es un suplicio para muchos trabajadores y empresas. En el colmo de la insensatez han cometido “errores no forzados” como el de criminalizar a los transportistas que han parado sus camiones esta semana, acusándolos de ultraderechistas y hacer el juego a Putin en su guerra con Ucrania. Hasta el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha reconocido que los problemas de esos sectores son «reales» y que el Gobierno debe resolverlos.

 

Con el presidente contra las cuerdas del ring su socio de Gobierno, Unidas Podemos o lo que queda de esa formación, ya no se sitúa en su esquina sino en la de enfrente. Ya sea con el aumento del gasto en defensa, exigiendo nuevos impuestos para el sector energético o poniendo el grito en el cielo después de que Sánchez decidiera, por sorpresa, asumir el plan de autonomía para el Sáhara de Marruecos.

 

De momento, la inflación ya está siendo la gasolina de la calle en el inicio de una primavera que trae reminiscencias del 15-M de 2011, salvando las distancias. Entonces eran la izquierda y los sindicatos los que incendiaban la calle. Podemos no quiere inmolarse con Sánchez y Sánchez da por amortizado a Podemos, no en vano Pablo Iglesias lleva meses apostando a que las elecciones generales serán antes de las autonómicas y municipales de mayo de 2023.

 

«Inconcreción, humo y propaganda». Así es como definen desde la oposición los primeros contactos dados por el Gobierno presidido por Pedro Sánchez con los grupos para tratar de recabar propuestas y consensuar las propuestas del Plan Nacional de choque a la guerra en Ucrania, que verá la luz el próximo 29 de marzo y del que no se detalló medida alguna en los primeros contactos con PP, Ciudadanos y PNV. El Ejecutivo, representado por el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y las tres vicepresidentas (Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera) no concretaron medida alguna, más allá de las iniciativas energéticas en el plano europeo, pero no se especificaron detalles sobre las medidas que podrán ver la luz en materia energética y de otra índole.

Tras la reunión, la portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Cuca Gamarra, lamentó que no se cubrieron las expectativas de la necesidad de «inmediatez y concreción» de medidas ante la coyuntura que afecta a los ciudadanos por el alza de precios energéticos, criticando que el Gobierno no les plantease «ninguna medida concreta» más allá del posicionamiento gubernamental en materia energética.

 

De su lado, el portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, también denunció «promesas inconcretas y vagas» ha pedido el ajuste de la tarifa del IRPF a la inflación, así como la disminución de los impuestos de los combustibles, prorrogar a final de año el IVA reducido de la luz, echar a Podemos del Gobierno y a medio plazo convocar una mesa de la energía en la que se incluyan a las nucleares: «No hubo nada absolutamente concreto, fue todo propaganda política de Moncloa», señalan, tras afear que el Gobierno haya «abusado» de los reales decretos con 115, unos tres al mes, y ahora rehúse de utilizarlos pese a la urgencia bajo la excusa de esperar a Europa.

 

En cuanto al encuentro con el PNV, Aitor Esteban e Idoia Sagastizabal se han reunido con el ministro Félix Bolaños y la vicepresidenta Teresa Ribera pero fuentes del partido explican que duró menos de media hora, y aunque fue con «actitud de escucha y ánimo constructivo», el Gobierno solo trasladó los principales ejes del plan sin concretar medidas, por lo que se emplazaron a un diálogo para intercambiar propuestas.

 

De esta forma, las medidas temporales y selectivas se demorarán dos semanas a pesar del reclamo unánime de bajar los precios realizado por la oposición y sectores como el del transporte, el comercio, la construcción, la agricultura o la ganadería ante el impacto del alza de los precios energéticos. «Podemos bajar impuestos e incrementar ayudas pero si no desacoplamos el precio del gas y el de la electricidad poco margen tendremos. Por eso confiamos en una gran reforma del mercado energético que debería acordarse en el Consejo Europeo y después plantearemos las medidas del plan nacional«, explicó Sánchez, pidiendo «unidad», tal y como reclamó a los grupos en la sesión de control al Gobierno en el Pleno del Congreso ante sus críticas, exigiéndoles un «ejercicio de patriotismo europeo», el mismo mensaje que está trasladando para convencer a sus homólogos europeos de que respalden las propuestas de España.

 

El Gobierno trabaja en las distintas opciones en el marco de la Comisión Europea y a nivel nacional, como ayudas de Estado, ayudas fiscales, topar el precio o incluso el establecimiento de un precio único de la energía a nivel europeo y nacional. Tampoco se descartan medidas dirigidas a extraer recursos de las grandes empresas o rentas dentro de un paquete «muy amplio y ambicioso» para bajar la gasolina, la luz y el gas a los ciudadanos haya o no consenso a nivel europeo.

 

Fuentes gubernamentales confirman  que aunque no hay nada decidido del todo, sobre la mesa se contemplan bajadas fiscales selectiva, como una bajada del IVA de los hidrocarburos del 21% al 10% y rebajar también el gasóleo mediante subvenciones para los transportistas y agricultores, colectivos que se están viendo impactados de lleno por la crisis energética derivada del conflicto bélico, así como posibles bonos y cheques directos a los colectivos más vulnerables. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, avanzó que se usarán los «grandes beneficios» de las eléctricas para «paliar» la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores ante el aumento de la factura de la luz de los consumidores. Sin concretar medida alguna, Díaz criticó que las «tres grandes» compañías eléctricas aumentaron un 47% sus beneficios antes de impuestos el año pasado, superando los 10.222 millones de euros.

 

Así las cosas, tras reunirse con el primer ministro croata en La Moncloa, hizo lo propio con el primer ministro eslovaco, Eduard Heger, en Bratislava. La gira se completa con una visita a Rumanía y otra a Italia, donde coincidirá con representantes de los gobiernos de Portugal y Grecia, así como con visitas a Alemania e Irlanda. Entre las propuestas que España ha realizado para que la Unión Europea las adopte figuran desacoplar el precio del gas del de la fijación del precio de la electricidad, topar los precios de la energía en el mercado mayorista, reforzar las interconexiones energéticas, la compra centralizada de gas a nivel europeo y reducir la dependencia del gas ruso a través de la diversificación de suministradores y del despliegue de las energías renovables.

 

Da la sensación de que el Gobierno se ha convertido en un campo de minas en el que una mala pisada en cualquier momento puede hacer que todo salte por los aires, pues hasta los gatos tienen un límite de vidas, por muchas veces que hayan caído de pie anteriormente.

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