Ni legislación ni la ‘lucha obrera’ son los responsables de que trabajemos menos
La mejora en las condiciones laborales ocurre al calor del desarrollo económico y no del desarrollo legislativo.
La legislación que limita el horario de trabajo en España tuvo tres grandes momentos en el siglo XX:
- En 1919, bajo el reinado de Alfonso XIII, se aprobó un Real Decretoque limitaba la jornada laboral a 8 horas al día y 48 horas a la semana.
- En 1931, bajo el gobierno de la República, se redujo la jornada laboral a 40 horas semanales, aunque apenas duró unos pocos años la medida por el estallido de la guerra civil española.
- En 1983, en la todavía joven democracia española, se modifica el Estatuto de los Trabajadorespara reducir la jornada laboral a 40 horas semanales (y establecer vacaciones anuales mínimas de 30 días).
Pero esta legislación, probablemente bienintencionada, tuvo un efecto prácticamente nulo sobre las horas que el trabajador promedio realizaba.
La tendencia al final del siglo XIX fue la caída en el número de horas trabajadas a pesar de no existir una ley específica que limitara el horario laboral (sólo existía una limitación legal para los funcionarios).
En 1919, cuando se aprueba la jornada laboral de 48 horas, los trabajadores españoles ya trabajaban aproximadamente este número de horas a la semana. De forma curiosa, aunque la legislación estableció un límite máximo de 48 horas, el promedio de horas trabajadas continuó disminuyendo durante todo el siglo XX (con la excepción del periodo de posguerra). Esto muestra que la legislación laboral, sino otro motivo, es el que empujaba a la caída en las horas trabajadas de los españoles.
En 1983 aparece una dinámica idéntica. Los españoles ya trabajaban menos de 40 horas a la semana (35 horas para ser exactos) antes de que se aprobara la jornada laboral de 40 horas.Existe una desconexión enorme entre la publicación de nueva legislación que restringe las horas de trabajo y el número de horas promedio que dedican a trabajar los españoles.
El desarrollo económico como variable clave
La principal variable, aunque no la única, a la hora de determinar el número de horas de trabajo es el desarrollo económico de un país. A igualdad de condiciones, un mayor ingreso por hora trabajada provoca una caída en la disposición a trabajar.
El argumento es relativamente sencillo: cuando eres muy pobre, no puedes permitirte el lujo de dejar de trabajar, porque el coste de hacerlo puede llegar a ser dramático pero cuando el salario es más alto trabajar menos quizá implica una reducción de gastos “superfluos” pero no esenciales. Por tanto, las personas tienden a elegir disfrutar de más ocio cuando sus ingresos incrementan.
Otra forma de ver la misma relación es con la productividad del trabajo: a mayor productividad por trabajador, menor número de horas trabajadas.
Aunque el promedio de horas trabajadas en España sea de 32,4 horas en la actualidad, muchas personas trabajan más de 37,5 horas. De hecho, sabemos que el porcentaje de trabajadores que trabajan 40 o más horas a la semana en España en su trabajo habitual (a pesar de la legislación) es del 61% y era del 87% en 1987.
Si la reducción de la jornada laboral se implementa en España, podemos esperar que ese 61% que trabaja más horas le ocurra una de estas tres posibilidades:
- Parte de ellos verán suscondiciones de trabajo inalteradas, aunque la legislación cambie pues mucha gente en el sector privado, especialmente entre los mejor pagados, tienen responsabilidades y trabajan por la consecución de unos objetivos (no en función de un número de horas). Esto no hay ley que lo pueda modificar.
- Otra parte de ellos sí verán reducida su jornada efectiva y son los actualmente se encuentran percibiendo un salario inferior a su productividad marginal. También es posible que la productividad laboral incremente ligeramentecon la caída del número de horas de trabajo,
- Por último, otra parte verán comosu sueldo disminuye o, alternativamente, pueden llegar a ser despedidos. La reducción de la jornada de 40 horas a 37,5 horas semanales implica una reducción del tiempo de trabajo del 6,25%. Todos aquellos trabajadores que ya se encuentren en el límite entre el salario que perciben y el valor que aportan a la empresa (y no puedan compensarlo con un incremento de productividad) pueden ver su puesto de trabajo peligrar.
El mercado de trabajo español es uno de los que peor resiste las recesiones económicas. España acumula legiones de desempleados de forma mucho más rápida que otros países del entorno cuando la economía empeora como se puede ver en la siguiente gráfica (que une crecimiento económico y crecimiento del desempleo).
Conclusión
Reducir la jornada de trabajo, así como otro tipo de iniciativas similares que hacen frágil al mercado laboral español, es lo que explica que, cuando el crecimiento económico se resiente, el desempleo se dispare en España.