EPA DEMOLEDORA PARA LOS SÉNIOR MAYORES DE 55 AÑOS
Los mayores de 55 años continúan sufriendo, mucho más que el resto, las dificultades para encontrar trabajo. Así, según los datos de la EPA, los sénior son el único grupo de edad con más desempleados que hace un año. Algo sobre los que no se esperan cambios, ya que la mayoría de los sénior se ven abocados al paro de larga duración ante la desidia de las empresas que se niegan a contratarlos. Esto podría indicar que la reforma laboral puesta en marcha hace casi 2 años, no está funcionando del todo para los sénior.
En concreto, el número de personas mayores de 55 en desempleo ha vuelto a crecer entre julio y septiembre en mil personas (+0,20%), llegando a un total de 536.100 personas sénior en paro. Esto supone el 18% del total de los 2.855.200 personas millones de desempleados contabilizados en España. Pero el dato preocupante es que respecto a hace un año, esta cifra se ha incrementado un 9,3% en el caso de los sénior.
Este crecimiento de los desempleados sénior – en 45.600 personas en un año– denota según la Fundación Adecco «las dificultades añadidas que los más veteranos afrontan para competir en el mercado laboral. En este punto es importante destacar el declive de algunos sectores tradicionales que dejan en desempleo a personas sénior, que no disponen de los recursos ni de la capacitación para competir en los sectores emergentes” «El estigma que acompaña a los profesionales mayores de 55 años continúa arraigado en el pensamiento colectivo, a través de creencias obsoletas (menor flexibilidad, obsolescencia de competencias, choques intergeneracionales…) disparando las reticencias a la hora de incorporarles a las empresas. En este sentido, es fundamental acompañar a las personas sénior en desempleo para conectar con el mercado laboral en el menor tiempo posible, evitando su cronificación en el paro. Las políticas activas de empleo se alzan como un elemento imprescindible», añaden.
El verdadero drama se encuentra en los resultados que afectan al paro de larga duración – es decir, las personas que llevan más de un año buscando trabajo– que vuelve a ser un indicador clave que refleja no solo las barreras de las personas sénior para encontrar trabajo, sino también su riesgo de cronificación. Así, según los datos extraídos de la última EPA, del total de mayores de 55 años en desempleo, más de la mitad, (un 59,1%) supera el año de búsqueda activa de empleo, porcentaje que supera en 20 puntos porcentuales al de la población general (39,7%). Y es que las mayoría de ellos, cree que no podrá volver a trabajar nunca, según las encuestas. Tal como refleja un informe de Asempleo sobre el paro de larga duración esta situación es doblemente peligrosa porque al drama de estar en desempleo se une que estas personas se encuentran en su última etapa de cotización para la jubilación, entre otros riesgos».
Las mujeres las que más lo padecen
Por sexo, un trimestre más, la brecha de género vuelve a manifestarse con especial intensidad entre las personas sénior. Así, según datos de la EPA, el número de desempleadas mayores de 55 años experimenta un crecimiento interanual del 13%, frente al 5% registrado entre los hombres. Y no solo eso, sino que ellas representan el 56% (299.000 personas) del total de personas sénior en desempleo. Según los expertos, los estereotipos socioculturales son un factor subyacente que explica esta brecha, con roles tradicionalmente asociados al cuidado del hogar y de familiares.
Además, tal como recuerdan desde la Fundación Adecco, su presencia tiende a concentrarse en el sector servicios que, aun siendo más dinámico, tiene un carácter más estacional y presenta unos índices de rotación más elevados. Por último, el estigma que acompaña a las personas sénior se incrementa en el caso de las mujeres, que pueden experimentar además de discriminación por edad, la de género, con prejuicios sobre sus habilidades, compromiso o adaptabilidad. «La mujer sénior sigue situándose en desventaja con respecto a los hombres, siendo fundamental aglutinar todos los recursos disponibles para acompañarlas hacia un empleo sostenible, a través de capacitación para conectar con el mercado laboral y los sectores emergentes».
EL PARO DE LOS JÓVENES SE ESTANCA CERCA DEL 30%
En el tercer trimestre de 2023 había 518.000 jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 24 años que están desempleados mientras que la tasa se mantiene en el 27,82% a pesar del impacto de la reforma laboral. Más de medio millón de jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 24 años están en situación de desempleo en España, lo que sitúa la tasa de paro en el 27,82%, según los datos del tercer trimestre publicados por el INE. Se trata de una realidad gris que ha pasado a caracterizar el mercado laboral español, que encabeza la comparativa europea prácticamente cada mes, según la información recopilada por Eurostat. De manera que los menores de 25 años no consiguen dejar atrás la losa del 30% del paro -superada por última vez entre enero y marzo- desde hace quince años, a pesar de que el porcentaje de jóvenes de esta edad se ha reducido bastante en un año, ya que en el mismo periodo de 2022 era del 31,01% del total de activos.
El marco mejora si se amplia el foco hasta los 30 años, como celebraba el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital puesto que en este caso las cifras se sitúan en mínimos desde 2008. Pero, en contrapartida, se agrava cuanto menor es la edad de los parados de forma que la tasa para los menores de 19 años se sitúa por encima del 40% y en el primer trimestre del año superaba incluso el 46%. Así, los más jóvenes quedan a la cola de la recuperación del empleo registrada en los dos últimos años. En términos absolutos suponen un número reducido pero no por ello desdeñable de 142.000 personas, un grupo en el que se mezclan diferentes contextos personales desde los comúnmente denominados ‘ninis’ -que ni estudian ni trabajan- como aquellos que buscan un empleo que compaginar con sus estudios.
Si tomamos como referencia la fotografía de los meses de julio, agosto y septiembre en los que en términos generales ha aumentado el número de ocupados en 209.000 trabajadores, la situación de los jóvenes es bastante diferente en función de su lugar de residencia. En Andalucía la tasa de paro de los menores de 25 años es del 40,56% mientras que en las Islas Baleares es de apenas un 10,52%, es decir, inferior a la tasa nacional de desempleo (11,84%). Si bien, este problema es especialmente grave en las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, dado que en la primera de ellas se roza el 60%.
Desempleo juvenil como tarea pendiente
Tras estos esfuerzos y el Plan de Garantía Juvenil 2021-2027, la tasa de paro de los menores de 25 se reduce en 3,33 puntos porcentuales desde el tercer trimestre de 2021. Sin embargo, este grupo no ha dejado de estar expuesto a los cambios estacionales del mercado de trabajo español, por lo que presenta sendas diferencias respecto a los datos del primer trimestre -en 2021 la tasa era del 39,53%-
Los datos muestran un incremento del número de ocupados en esta franja de edad, pero sobre todo una caída drástica de la temporalidad de sus contratos, especialmente en el sector privado. En el caso de los trabajadores con edades inferiores a los 30 años, la tasa de temporalidad se ha reducido desde el 53% al 22% en cuestión de dos años que se explica por las caídas registradas en los sectores de la construcción y la hostelería, aunque algunos expertos advierten de que este indicador no es suficiente para describir la situación, como consecuencia del auge del contrato fijo discontinuo, por lo que han comenzado a hablar de «temporalidad contractual«. El empleador no está obligado a garantizarles unas horas mínimas de trabajo a la semana o al mes, no obstante el trabajador puede ser despedido sin ningún coste en el caso de no acudir a una de estas llamadas, por lo que la caída de la temporalidad sobre el papel no los libra de condiciones precarias o imprevistas