Los salarios acceden al paro con salarios más altos, lo que eleva la cuantía media
El Gobierno garantiza un 70% de los últimos salarios durante los seis primeros meses
El desempleo se mantiene como una de las principales sombras de la economía española mientras se anotan niveles récord en términos de empleo. El año 2025 arrancó con un incremento de más de 70.000 personas en el registro de parados que opacó el hecho de que se había superado una nueva barrera. La prestación contributiva de paro ya supera de media los 1.000 euros en términos brutos, en concreto lo hace desde el pasado diciembre y en el arranque del año se produjo un nuevo avance por el que alcanzó los 1.019,8 euros al mes, según los datos compartidos por el Ministerio de Trabajo, que siempre acumulan un mes de retraso.
«Han aumentado los salarios y por ende las prestaciones contributivas» apunta el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador asociado a Fedea, Marcel Jansen. En enero el número de beneficiarios de esta prestación, a la que acceden los desempleados que han cotizado al menos un año en los últimos seis, ascendía a 958.000 personas (un 5,1% más que en 2024). En cambio el gasto destinado a cubrir estas ayudas superaba los 1,5 millones de euros tras crecer un 8,5% respecto al último enero. Esto refleja que los salarios de los profesionales que se quedan en paro son más elevados que en años anteriores, a raíz de las revisiones pactadas tras la crisis de inflación del año 2022 y los últimos incrementos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Los registros del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) explican que en el mes de enero hubo cerca de 500.000 altas como perceptores de la prestación contributiva, de las que la mayoría (66%) eran reanudaciones tras haber dejado de recibir la ayuda por unos meses. Es decir, el 51% de los beneficiarios habían entrado al sistema en el último mes con la finalización de un contrato temporal como causa principal para empezar a cobrar el paro, seguido por los despidos individuales y la suspensión de la relación laboral en el caso de las reanudaciones.
No obstante, el impulso de las últimas nóminas de los nuevos parados no es el único factor que está detrás de estos datos. La prestación media avanza con fuerza desde el año 2023 como consecuencia de la modificación del porcentaje de la base reguladora (la media del salario cotizado durante los últimos seis meses). Esta proporción estaba situada en el 50% desde el año 2012, pero el departamento encabezado por Yolanda Díaz lo elevó al 70% durante los primeros seis meses en los que se percibe la prestación y al 60% para el periodo restante al que se tenga derecho hasta alcanzar el límite de dos años.
Además, en los últimos años han crecido las cotizaciones como consecuencia de la última reforma de pensiones, lo que también ha llevado a incrementar el presupuesto destinado a cubrir cada una de estas prestaciones. De hecho, el gasto medio por beneficiario en el que se incluyen las aportaciones a la Seguridad Social ha crecido mucho más que la cuantía media. En concreto lo ha hecho un 13,4% para situarse de media en 1253,4 euros por parado; frente al 3% que había avanzado la prestación bruta que excluía las cotizaciones sociales. Y a su vez, esta ayuda se ha ampliado a colectivos que antes no estaban protegidos como las empleadas del hogar o los artistas, lo que también podría haber tenido efectos en la cuenta.
La última reforma del subsidio por desempleo, fraguada en 2024 y que entró en vigor a finales de año también introdujo la compatibilidad entre la prestación y un puesto de trabajo cuando se cumpliera un año recibiendo esta ayuda, lo que dará pie a que más personas sigan figurando como beneficiarios al coger un empleo por un periodo determinado en lugar de salir y entrar de los listados de desempleados. El primer mes del año reflejó una reducción del 15% en el número de perceptores del subsidio frente a la subida de la prestación contributiva. No obstante, el gasto también creció un 5% y supone más de medio millón de euros al mes. Si bien, todavía es pronto para certificar una tendencia, puesto que esta norma también sacó a varios colectivos de esta ayuda para propiciar su paso al Ingreso Mínimo Vital (IMV) al entender que su problema no era de empleo, sino que respondía a otros factores sociales.