LA IZQUIERDA PIERDE LA BATALLA CULTURAL POR SU CINISMO

 

Transitamos tiempos en los que apartarse de la norma no se tolera, se castiga, pero la gente ya no se calla ni baja la cabeza. Hay un repudio al dogma oficial como resultado de la polarización impulsada por el sanchismo

 

El sanchismo está siendo catártico. La polarización obscena que fomentan las izquierdas ha provocado una reacción cada día más vigorosa en defensa de la libertad. Sí, es una reacción.

 

Las izquierdas –que se hacen llamar «progresistas»–, basan la política en el enfrentamiento, en buscar la lucha para derribar e imponer. Es lógico que aquellos que se sienten damnificados, engañados y expulsados por su rodillo reaccionen y traten de conservar aquello que aman de su modo de vida y creencias.

 

Esos ataques desde las instituciones provocan que haya cada vez más personas orgullosas de su hogar y de su sexo aunque no coincidan con la «modernidad». Esa reacción no se está produciendo solo en el mundo intelectual, sino entre las personas de la calle.Y no reaccionan solo animados por los sentimientos, sino que lo hacen con datos y argumentos. La gente ya no se calla ni baja la cabeza. Hay un repudio al dogma oficial como resultado de la polarización impulsada por el sanchismo y el wokismo en nuestro país.

la nueva generación no está dispuesta a asumir acríticamente los dogmas progresistas. Y aquí es muy importante no caer en la trampa dialéctica de la izquierda: ser de derechas no es ser antidemócrata  sino simplemente amar la libertad y desear la conservación de aquello que uno cree libremente que funciona.

 

La tarea conservadora debe ser la reconstrucción cono la labor de recuperar todo lo bueno que construyeron las generaciones anteriores y sobre lo que se asienta la civilización y el verdadero progreso.

 

Ocurrió después de que Pedro Sánchez dijera que jamás de los jamases había felicitado a un Premio Nobel de la Paz. Era mentira. Lo había hecho seis veces antes. La negación de la realidad y la mentira se han normalizado en el discurso y mentalidad sanchista. Les sale de forma natural, sin pensar. Es automático.

 

No importa la cuestión que sea. Si antes era necesario que hubiera presupuestos generales del Estado porque lo indica la Constitución, ahora afirman que se puede vivir sin ellos. Si Sánchez está rodeado de imputaciones judiciales en su familia y círculo de confianza, dicen que es el Gobierno más limpio de la historia galáctica. El motivo es que mentir no les pesa porque el cinismo se ha convertido en su conciencia.

 

El cinismo es una manifestación de las situaciones de decadencia, cuando todo está perdido se recrea una conciencia falsa de la realidad, del entorno y de los demás, de los acontecimientos. En su lugar, forja un relato alternativo para sobrevivir un poco más. Ese cinismo acaba siendo una forma de vivir, incluso de sentirse superior porque la negación de la realidad evita tanto la mala conciencia como la discusión y la crítica

 

El cinismo es una muestra de la fase agónica del sanchismo, propia de cualquier organización en decadencia. En su sentimiento de autoconservación,  se creen víctimas de un ataque cruel y un ideal que sus enemigos no comparten.

 

Ese cinismo, que se manifiesta como una clara desvergüenza en el mentir y en la defensa de ideas y prácticas vituperables. Quieren dar la sensación de que la ley y su cumplimiento, la ética y la honestidad, son ajenos a ellos

 

 

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