LA BOLA DE CRISTAL: EN LOS PRÓXIMOS 25 AÑOS ESPAÑA NO QUEDA BIEN PARADA

 

Deutsche Bank ha publicado una estudio donde analiza el impacto de la demografía en la economía y los mercados financieros e intenta descifrar qué pasará en el futuro y España no sale bien parada.

España perderá casi 8 millones de población en edad de trabajar hasta el 2049

 

Aunque el informe se dedica principalmente a estudiar y realizar proyecciones de los grandes bloques (Europa, EEUU, China o la India), también aparecen unas pocas líneas dedicadas a la economía española, que junto a países como Japón o Italia ocuparán los últimos puestos del ranking en cuento a crecimiento económico y rendimiento de los activos financieros.

 

el PIB total de una economía suele presentar tasas positivas de crecimiento, casi sin querer cuando la población aumenta. Al fin y al cabo, más personas en edad laboral supone más trabajadores y más producción, suponiendo que todo lo demás permanezca constante y además este crecimiento de la población está relacionado de forma positiva con el crecimiento del PIB per cápita (uno de los indicadores más importantes para medir la prosperidad) y con el buen rendimiento de los activos en los mercados financieros, sobre todo de las acciones. Ahora que Occidente y buena parte del mundo se enfrentan a un invierno demográfico, los economistas de Deutsche Bank estudian qué puede pasar con la economía y los mercados.

 

Ahora mismos estamos en medio de una transición demográfica sin precedentes, en la que el crecimiento de la población mundial está disminuyendo de manera continua, sin señales evidentes de que esta tendencia vaya a cambiar. En unos pocos años, las tasas de crecimiento poblacional caerán a niveles más bajos de lo que se ha observado desde antes de 1900. Aunque esta tendencia es global, hay grandes diferencias entre regiones y países. Mientras que África va a ser el gran motor del crecimiento demográfico, Occidente va a ser el gran lastre del motor global. Dentro de Occidente, Europa queda mal parada. Dentro de Europa, España aparece en mala posición.

 

En el caso de la economía de España se puede apreciar una clara desaceleración del crecimiento medio medido por cuartos de siglo:

  • 1925-1949, con la destructiva guerra civil de por medio, el PIB solo creció un 0,6% en términos reales (de media cada año).
  • 1950-1974, se produjo el gran despegue de la economía nacional con un crecimiento medio cada año del 6,3%.
  • 1975-1999 la tasa de variación real anual del PIB promedió un 2,6%
  • 2000- 2024 este dato ha sido solo del 1,6%.

 

Teniendo en cuenta el comportamiento demográfico de España, el descenso de la población en edad de trabajar y otros parámetros como la productividad, no se puede esperar que el próximo cuarto de siglo vaya a ser el de la recuperación.

 

Todo hace indicar que países como Italia, Japón, España y Alemania se enfrentarán a una cuesta arriba para evitar quedar al final de la lista de crecimiento y rentabilidad de la renta variable para el período 2025-2049, en igualdad de condiciones», advierten desde Deutsche Bank.

 

Los analistas del banco germano calculan que hasta 2050 España perderá casi 8 millones de personas en edad de trabajar. De modo que, si todo lo demás se mantuviera constante, el PIB sufriría una caída extremadamente drástica y la renta variable también se vería lastrada: «Existe una correlación entre el crecimiento de la población en edad de trabajar y los rendimientos reales de las acciones

 

No obstante, una fuerte caída del PIB no parece el escenario central en España ni en ningún otro país desarrollado, puesto que se prevé que la productividad se incremente con fuerza a medida que la inteligencia artificial se aplica de forma masiva a la economía. Esto permitiría amortiguar parte del golpe y que las economías produzcan más con menos (sean más productivas). La perspectiva de que la inteligencia artificial general llegue cuando lleguemos a la segunda mitad del ciclo industrial 2025-2049 es real y podría revolucionar por completo el mundo.

 

La población va a caer de forma natural, no obstante, este declive demográfico planteará importantes desafíos para Europa, ya que intentará mantener su influencia económica y geopolítica a pesar de enfrentarse a una desventaja demográfica significativa, y colocan a España, Japón, Italia y Alemania en una situación peliaguda de cara al futuro. En tierra de nadie se encuentran países como Francia.

 

En el lado opuesto, los economistas de DB colocan a países como Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y Australia que tienen una ventaja demográfica. Los países anglosajones no solo presentan unas tasas de fertilidad ligeramente más elevadas, sino que además se encuentran entre los países con capacidad para atraer a una inmigración cualificada en la ‘guerra’ por la mano de obra que se está gestando a medida que envejece la población y algunos perfiles cualificados empiezan a escasear.

 

En vista de lo anterior y en igualdad de condiciones, Italia, Japón, España y Alemania se enfrentarán a una ardua batalla para evitar ocupar las partes finales de la lista de crecimiento y rentabilidad de la renta variable en el período 2025-2049.

 

El hecho de que la economía de Japón haya pasado de representar el 48% del PIB de Estados Unidos en 2000 a menos del 15% en la actualidad, se debe principalmente a una demografía más débil. ¿Puede salvarse la economía de una ‘japonización’ global? «Si la IA se convierte en un impulsor de la productividad debería aumentar la marea para toda la economía global.

 

Fuente: Deutsche Bank saca la bola de cristal para ver los próximos 25 años y España no queda bien parada

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