La principal conclusión de los datos definitivos del padrón de 2022 publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) es que pese a los problemas demográficos, económicos, sociales y productivos, en julio 2022 había 182.141 habitantes, un 0,6% más que un año antes. En total 47.615.034 personas. Nunca ha vivido más gente en España.
Tenemos la natalidad por los suelos. Entre los años 2017 y 2021, la tasa de natalidad (nacimientos por cada mil habitantes) en nuestro país se situó de media en 7,6 nacimientos por cada mil habitantes. La cifra está por debajo de los 9,3 de la media europea. Pero decir eso no describe bien la situación: España es el segundo con peores cifras en este indicador de la Unión Europea. Italia es el primero.
La recuperación tiene una explicación clara: el aumento de la población extranjera. En términos agregados, hay menos españoles nacidos en España (71.257) pero los extranjeros nacidos fuera pero resientes en España han aumentado hasta 181.022.
Los extranjeros recién empadronados no solo han ‘disimulado’ la bajada general de la población, sino que suponen ya un 12% del total de la población. No hablamos de cifras récord, pero tenemos que irnos hasta 2013 para encontrar un año equivalente en la serie histórica del INE.
El dato clave es la edad media del saldo migratorio. Si nos fijamos en los datos, vemos que en los últimos años, España ha tenido saldos migratorios positivos con casi todo el mundo. Es posible que los jóvenes profesionales españoles sigan emigrando a Europa, pero los europeos vienen a España en mayor proporción. Mientras la edad media de los españoles es de 45 años, la edad media de los principales grupos migratorios europeos (británicos o alemanes) es bastante superior (54,1 y 50, respectivamente).
En cambio, los empadronados con nacionalidad hondureña (30,4 años), pakistaní (31,1) o marroquí (32) son las más jóvenes del padrón. Lo que ocurre es que, en este caso, sus estancias son menos largas que en las de los ciudadanos de la Unión Europea. Una de cada tres personas jóvenes que salieron de España en 2021 habían llegado al país en 2018 y 2019. Es decir, las cifras dan señales de “cierto fracaso del proyecto migratorio”; señales que no vemos en países de nuestro entorno.
Según los datos del Banco Mundial, el PIB per cápita español solo ha crecido el 5,7% en el periodo 2001-2021. Frente a ello, se puede ver un incremento del 15,6% en la eurozona y del 22,65% en la Unión Europea.
Si unimos todas estas cosas:
- las tasas de natalidad son las peores de la UE
- los emigrantes que más tiempo pasan en España son europeos y mayores
- en Europa la riqueza per cápita ha crecido hasta tres veces más que la española
el escenario es desalentador pues nuestra economía y nuestra sociedad sigue teniendo problemas a la hora de ofrecer oportunidades para desarrollar un proyecto de vida en las primeras etapas de la vida.