Mientras los ingresos de los hombres apenas se ven afectados por la paternidad, las madres reducen intensamente su tiempo de trabajo, sobre todo si no tienen estudios.
El ‘gap’ entre los sueldos de los hombres y las mujeres ha sido objeto de discusión desde varias perspectivas, como el papel del capital humano y las opciones de carrera, la discriminación basada en el género o las responsabilidades de crianza de los hijos. Pues bien, los autores de este informe se basan en un estudio danés que llega a la conclusión de que la mayor parte de la brecha salarial entre los géneros está vinculada a los efectos de la maternidad y extrapolan sus resultados al mercado laboral español. Así, constatan que la penalización que sufren las mujeres por tener hijos en España es similar a la que se da en países como Suecia y Dinamarca e inferior a la de Reino Unido, Estados Unidos, Alemania o Austria.
De este modo, los economistas Alicia de Quinto, Laura Hospido y Carlos Sanz certifican que la brecha salarial de género sigue siendo, hasta la fecha, una innegable realidad en todos los países. En concreto, con datos de 2017, el salario bruto medio de las mujeres en España representaba el 78,4% del de los hombres, según la Encuesta Anual de Estructura Salarial del INE. Analizando la Muestra Continua de Vidas Laborales y la base de datos de la Seguridad Social, comprueban que los empleados femeninos y masculinos siguen una tendencia similar hasta el nacimiento de su primer hijo, sin embargo, un año antes del nacimiento, la progresión de sus ganancias se aleja abruptamente y no vuelve a converger después de una década.
Los investigadores determinan que al año siguiente del nacimiento del primer hijo, las mujeres se enfrentan una pérdida de ingresos del 11,2% respecto al nivel pre-natalidad, mientras los ingresos de los padres aumentan un 0,15%. En el año siguiente, los ingresos de las mujeres siguen disminuyendo un 19,5% y la tendencia divergente continúa incluso diez años después del primer parto. De este modo, el BdE deja una conclusión demoledora y es que “los ingresos de las mujeres nunca volver a los niveles anteriores a la maternidad”. De hecho, diez años después del nacimiento del primer hijo, los ingresos de la mujer se estabilizan en un 33% menos, mientras que los de los hombres se reducen en solo un 5%. De este modo, la estimación de la penalización infantil a largo plazo es del 28%, lo que confirma “un efecto negativo significativo y persistente”.
Hay varios factores que explican por qué las mujeres se quedan atrás después de la maternidad. Los investigadores especifican en su informe que ellas reducen considerablemente su trabajo días después de su primer parto, mientras que las jornadas de los hombres no se ven afectadas. Segundo, las mujeres tienen más probabilidades de trabajar a tiempo parcial justo después de tener el primer hijo, mientras que la probabilidad apenas cambia para ellos. En tercer lugar, la probabilidad de que las mujeres trabajen con un contrato indefinido aumenta constantemente con el tiempo, mientras que, una vez más, la de los hombres no se ve afectada.
Por último, el estudio del Banco de España proporciona resultados por nivel de educación de los padres y demuestra que la disminución de los ingresos y los días de trabajo son sustancialmente mayores para las mujeres sin educación universitaria que para las que tienen estudios universitarios. Por el contrario, el incremento del trabajo a tiempo parcial es superior para las universitarias que para las que no lo son, mientras el trabajo indefinido es mayor para las no universitarias. En general, estos resultados sugieren que las mujeres con estudios superiores reaccionan a la maternidad trabajando a tiempo parcial, mientras las que no tienen esta educación son más propensas a hacerlo trabajando menos días.
Los hombres cobran 612 euros más
Tras un exhaustivo seguimiento a la Muestra Continua de Vidas Laborales y a los registros de la Seguridad Social -la estimación abarca a más de medio millón de trabajadores (264.391 madres y 279.437 padres) y casi 95 millones de observaciones mensuales desde 1990 hasta 2018- los analistas llegan a la conclusión de que los salarios mensuales medios son más altos para los hombres que para las mujeres (1.893 euros frente a 1.281 euros) por varias causas: de media, los hombres trabajan aproximadamente 4 días más al mes que las mujeres; en ellas la incidencia del tiempo parcial es del 23%, frente al 4% para los hombres; y todo ello mientras son las mujeres las que tienen más educación universitaria (63% frente a 53%).
Igualmente, en el largo plazo se dan varios motivos para la brecha salarial, como por ejemplo que 10 años después del parto, las mujeres han reducido el número de días trabajados en un 23%, mientras el cambio para los hombres es insignificante. Además, la probabilidad de trabajar a tiempo parcial para los hombres disminuye después de la paternidad, mientras aumenta considerablemente para las mujeres (de hecho, la brecha relativa equivale al 34% después de10 años); y las mujeres son más propensas al contrato fijo después del parto (un 32% más), mientras que la probabilidad de los hombres de acceder a empleos indefinidos es un 5% inferior.
ENLACE AL INFORME (sólo en inglés)
Fuente: La Información