España tiene un PIB per cápita 15 puntos inferior a la media europea
Europa ya sabe cuál es la economía que ha perdido más PIB per cápita –el que define la riqueza de la población y el valor de los bienes y servicios producidos por cada habitante– desde 2020: España. La crisis inflacionista ha golpeado con más fuerza a los hogares españoles, que sufren una pérdida de poder adquisitivo más acusada que la de sus homólogos europeos porque los salarios no han crecido al mismo ritmo que lo han hecho los precios, ensanchando la brecha que ya existía desde la Gran Crisis Financiera entre España y la Unión Europea. Incluso en el último año se ha visto superada por países con mucho menos peso económico, como Eslovenia, Lituania y Estonia.
Tomando como base la media de la Unión Europea (100), España marcó un 85% de la media de PIB per cápita del conglomerado en 2022. Sin embargo, la diferencia con las grandes potencias de nuestro entorno es clara: Alemania, la locomotora europea, estuvo 17 puntos porcentuales por encima de la barrera europea en 2022. Francia marcó un 102% e Italia, un 96%.
Si nos fijamos en el PIB per cápita medio de la Unión Europea y lo comparamos con el de nuestro país, podemos ver que el diferencial en este indicador ya supera el 15% o, lo que es lo mismo, solamente alcanzamos el 85% del promedio comunitario. Por comparación, Italia está un 4% por debajo de los niveles observados en la UE, mientras que Alemania se sitúa un 17% por encima.
Aunque el tamaño de nuestra economía es el cuarto más grande de la UE, lo cierto es que, en términos de PIB real per cápita, Estonia viene de superar recientemente a España, lo que nos ha relegado al puesto 18 de un total de 27 economías. Lo vemos en el siguiente gráfico, elaborado por Eurostat, la oficina estadística de la UE:
Los datos revelan, pues, el progresivo deterioro de los niveles de renta y de la capacidad de consumo de los españoles. Estamos cada vez más lejos del promedio europeo y muchas de las viejas economías comunistas o de los miembros más jóvenes de la UE han superado ya los indicadores que exhibe nuestro país. Esta circunstancia es mucho más acusada desde que gobierna Pedro Sánchez, puesto que España lleva cinco años a la cola de la OCDE en términos de crecimiento y de renta.
La dispersión en términos de PIB per cápita entre los estados miembros de la UE es notable y hay dos casos remarcables: Luxemburgo, que en 2022 representó un 261% de la renta per cápita de la Unión; e Irlanda, que alcanzó el 237%. El caso de Luxemburgo se explica en parte por el hecho de que una gran parte de los residentes extranjeros están empleados en el país y, por ello, contribuyen al PIB, en tanto que no son parte de la población censada. En el caso de Irlanda, la razón detrás es «la presencia de grandes empresas multinacionales con propiedad intelectual como Google o Apple que disfrutan del régimen fiscal aportan a la economía irlandesa, a pesar de que «gran parte de los ingresos que reciben de esa producción vuelve a sus propietarios últimos en el extranjero.
La situación es igualmente preocupante cuando medimos el consumo real por habitante. Este indicador mide todos los bienes y servicios que compran las familias, ajustando después el dato para reflejar los distintos niveles de renta y de precios observados en la UE. Pues bien, este indicador revela que el ciudadano medio de nuestro país se sitúa a la par con Portugal y por detrás de Polonia, Rumanía Eslovenia, Lituania o Chipre. Nuevamente, Eurostat ilustra esta circunstancia con el siguiente gráfico:
Por otro lado, en términos de Consumo Individual Real, una cifra que el INE europeo detalla como mejor para definir el bienestar material de los hogares, España sigue con una brecha de 15 puntos con respecto a la media de la Unión, en términos similares a Estados como Polonia, República Checa o Portugal.
Pero estos datos cobran otro cariz cuando se compara la dimensión de los precios. De acuerdo con términos comparativos, de nuevo estableciendo la base de los Veintisiete (100), España está a apenas dos puntos de la media de precios Europea (97,9%). Alemania tiene un índice de precios del 109,6%; Francia, de 106,1%; e Italia, 101,3%. Muy lejos de nuevo de los cabezas del precio, como Luxemburgo (153%) e Irlanda (148%), de nuevo muy influidos por los mismos factores que en la renta per cápita.
Estas cifras muestran que; en primer lugar y sin que resulte sorprendente, la dispersión de precios es mucho menos pronunciada en la zona euro que en el conjunto de los Veintisiete o en los 36 países comparados, lo que puede estar parcialmente afectado por la volatilidad de los tipos de cambio. En segundo lugar, en estos tres años los niveles de precio están lentamente convergiendo para los 36 países, analiza Eurostat. Unos niveles de precios que convergen, frente a unos niveles de riqueza que permanecen estancados.
El Banco de España ya puso sobreaviso de la brecha insalvable entre España y Europa en el PIB per cápita en su informe anual publicado en mayo. En él determinó que este índice fue en 2022 un 17% inferior a la media de los países de la UE, una brecha que no se ha logrado nunca enjugar y que se disparó tras la pandemia. Pero los datos de este trienio no son solo consecuencia de la crisis pandémica, sino que simplemente han amplificado los problemas que ya venía padeciendo España desde hace más de una década, y que no ha sido capaz de superar ese desfase de PIB per cápita con respecto al resto de países de la región.
El gasto de personal del Estado español es el más caro de Europa
El gasto de personal sobre el total de los gastos de nuestro Estado español, que comprende la Administración Central del Estado, los organismos autónomos que dependen de esta administración, la Seguridad Social, con sus pensiones, las comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas, las diputaciones provinciales y los cabildos insulares y los 8.109 ayuntamientos.
Como no somos los que pagamos los salarios más altos, por lo tanto debe ser que somos los más ineficientes en la labor que desempeñan nuestros empleados públicos, y por eso necesitamos muchos más para hacer unas labores equivalentes a las que desarrollan en los otros países.
Lo primero que podemos ver es que el total del gasto público en la UE es de 7,877 billones de euros. Los salarios suponen el 20,3 % del gasto total. Si miramos la zona euro, vemos que el gasto público es de 6,800 billones. Los salarios alcanzan la cifra de 1,332 billones, y parece que la zona euro es más eficiente que la Unión Europea, al consumir el 19,6 % del total del gasto, frente al 20,3 %.
Si este análisis lo realizamos con los 6 grandes, nos encontramos que los 6 países suman un gasto público de 5,88 billones; los gastos de personal suman 1,118 billones de euros, y podemos decir que los 6 son los más eficientes, dado que solo consumen el 19 % del total de los gastos, y dejan disponibles el 81 %. España tiene el honor de ser el peor de los 6 grandes con un 24,3 % mientras que Alemania es del 16%, Italia el 17,3%, Países Bajos el 19%, Francia el 21,3% y Polonia el 22,4%.
Se acercan épocas de cambios, y sería imprescindible un plan para bajar el gasto público. Una de las maneras más claras sería hacer un análisis de la necesidad de 664.723 efectivos a que están dedicados. Porque, entre ustedes y yo, creo que muchos de ellos son simplemente «votantes» pagados con nuestros impuestos, y lo que no podemos permitirnos es pagar con nuestros impuestos a empleados que no han pasado un control en la contratación.
¿Cuántas horas trabajan a la semana en otros países europeos?
En 2021, la diferencia entre el país con la jornada más larga y el de la jornada más corta fue de 5,5 horas. En un extremo de la escala, encontramos a Grecia, donde los trabajadores registraron jornadas semanales de 43,2 horas. Finlandia, en cambio, tuvo las jornadas laborales más cortas, con un promedio de 37,8 horas semanales. En España, la jornada laboral semanal promedio en 2021 fue de 40,2 horas, ligeramente por debajo del promedio de la UE. Los empleados españoles trabajaron un promedio de 1.641 horas al año y el promedio de la UE, que fue de 1.566 horas.
Alemania, Países Bajos y los países nórdicos son en los que menos se trabaja junto con Italia, bajando en algunas de sus regiones de las 35 horas semanales.
En España, los empleados que más horas trabajan a la semana son los que se dedican a la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, con 44,1 horas. En contraste, aquellos involucrados en actividades relacionadas con la educación trabajan 37,1 horas semanales, lo que representa una diferencia de siete horas semanales.
España se sitúa a la cola en el ranking mundial sobre seguridad jurídica y calidad normativa
El último ranking del Banco Mundial publicado en el Worldwide Governance Indicators– deja a España en mal lugar por la baja puntuación de su marco institucional, en lo relativo a los indicadores de gobernanza, relacionados en este caso con la calidad regulatoria o normativa y, la seguridad jurídica o cumplimiento de la ley. Dos variables que están estrechamente unidas a la ecuación del desarrollo económico del país y a su nivel de PIB.
La encuesta del Banco Mundial coloca a España en el puesto 25 de 30 países, en cuanto a calidad regulatoria y, en el puesto 23 de 30 en seguridad jurídica, poniendo de relevancia que la situación de España no está en línea con los promedio de la UE, que ocupa los puestos 19 y 18 respectivamente. Una caída, por cierto, que ha sido significativa a partir del año 2018, y que no ha vuelto a remontar en los últimos registros.