«Las mariscadoras van a pie a las playas, y pasan varias horas metidas con el agua hasta el pecho en todo tipo de condiciones atmosféricas: haga frío, calor, niebla…» explica Abad, que reivindica por ello también otras mejoras para este colectivo, como incentivos fiscales para el inicio de la actividad o la revisión del catálogo de enfermedades profesionales para incluir las dolencias características en este sector. En España, el número de mariscadores se sitúa en torno a los 4.000, el 70% de ellos, mujeres.

Fuente: La Nueva España