Los dos últimos años han acelerado transformaciones sociales que se vislumbraban a medio y largo plazo. Entre ellos, el trabajo a distancia; poco o nada desarrollado antes de ese momento y que hoy en día es una de demandas más solicitadas por la población de España. Entre otros beneficios se ha desvelado como una herramienta de conciliación de la vida laboral y familiar.
En estos dos años, España ha pasado de ser el país europeo con menor implantación de teletrabajo –tres de cada cuatro adultos no habían trabajado nunca a distancia– a ser el tercero con mayor preferencia por esta modalidad a la vuelta a la normalidad. El 83,7% desearía teletrabajar de alguna manera, y el 23,6%, a diario, el segundo porcentaje más elevado de la UE.
Las encuestas que se han realizado en este informe demuestran que la población española quiere teletrabajar más a menudo, pero no siempre les es posible hacerlo, bien por la naturaleza de su trabajo bien por otros motivos, como podría ser la políticas de los empleadores. Muchas empresas están retomando la situación anterior a la pandemia.
Las demandas de las personas que trabajan y la respuesta de las compañías o instituciones de las que forman parte, ante sus peticiones, pueden ser un punto a tener en cuenta. La retención de talento, así como su captación pueden estar muy ligadas a esta circunstancia. Es un reto que previsiblemente fortalecerá a las compañías e instituciones que mejor lo gestionen.
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