EL SALARIO FLEXIBLE SE DESPLOMA EN LOS NUEVOS CONVENIOS

La modernización de la negociación colectiva es una de esas tareas eternamente pendientes entre las empresas y los sindicatos. Desde hace décadas ambas partes aspiran a que los convenios colectivos no sean solo una guía salarial, sino que recojan un amplio abanico regulatorio de las relaciones laborales; abarcando desde las condiciones del empleo y la contratación; la jornada de trabajo, la igualdad; la salud laboral, la jubilación o la formación entre otros aspectos de un puesto de trabajo asalariado.

 

 

Todas estas cuestiones se ven reflejadas en las denominadas cláusulas especiales en los convenios colectivos. Los negociadores tienen para elegir más de 150 de estas cláusulas para incorporarlas a los acuerdos colectivos; y el análisis de a cuantos trabajadores afectan y su evolución son un reflejo de las tendencias de las relaciones laborales.

 

Pero en materia de retribuciones, los salarios variables –tan demandados históricamente por las organizaciones empresariales en la negociación–, que están vinculados en parte a la productividad de los trabajadores, están claramente de capa caída.

 

Así, según la estadística de Convenios Colectivos del Ministerio de Trabajo, mientras que en 2019 los complementos salariales relacionados con la cantidad o calidad de los trabajadores afectaban a uno de cada cuatro empleados con convenio nuevo (el 24%), el pasado año este porcentaje bajó significativamente hasta el 16%, con lo que estos trabajadores con salarios variables pactados en 2022 no llegan al medio millón.

 

Estas cláusulas también reflejaron cierto fracaso de los primeros meses de vigencia del nuevo macrofondo de pensiones de empleo de promoción pública puesto en marcha por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Es cierto que, aunque este fondo se aprobó en junio y parte de su reglamento, en octubre, aún no está en marcha en la práctica. Los negociadores han obviado esta posibilidad y los nuevos convenios apenas recogen complementos relacionados con fondos de pensiones para el 6% de los trabajadores (183.281), frente al 5% de 2019, cuando no existía el fondo de Escrivá.

 

Por el contrario, sí ha impactado en los nuevos convenios la prohibición de incluir cláusulas de jubilación forzosa que permiten a las empresas obligar a sus trabajadores a jubilarse cuando llegan a la edad legal. Con la reforma laboral llegó esta prohibición.

 

Los beneficios sociales y fiscales de la retribución flexible

La retribución flexible es un sistema retributivo que permite que parte de una nómina se pague en especie sin que suponga un mayor coste salarial para la empresa y garantizando ventajas fiscales para aquellos empleados que se acojan a la misma.

 

A través de la contratación de determinados productos y servicios por medio de la empresa, entre los que se encuentran planes de jubilación, tarjetas de transporte, cheques restaurante o de guardería, seguros de salud privados (tanto para los empleados como para sus familiares más cercanos) o programas de formación, esta opción salarial puede aumentar el nivel de compromiso de la plantilla e incrementar su motivación.

 

La retribución flexible es un sistema con el que ambas partes ganan, ya que el empleado logra recibir unos servicios a más bajo coste y tener una exención fiscal en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y, al mismo tiempo, las compañías no tienen que destinar más recursos para aumentar los salarios.

 

Un empleado aumenta su poder adquisitivo dado que el beneficio fiscal hace que con los mismos ingresos perciba un salario superior y optimiza su salario neto disponible mensual a través de una exención fiscal del IRPF de hasta el 30% del salario bruto anual, recibiendo unos servicios que le generan un valor añadido a más bajo coste. Desde el lado de la empresa, no es necesario invertir más dinero en aumentar los salarios, ya que con este sistema consigue incrementar su atractivo diferenciándose de sus competidores, atraer más talento y potenciar la implicación de los trabajadores y su productividad.

 

La contratación de productos o servicios dentro de la retribución flexible es una decisión voluntaria del trabajador que no afecta a su base de cotización a la Seguridad Social. De hecho, es el propio empleado quien puede ajustar esta opción salarial a sus preferencias.

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