El Gobierno francés ha aprobado este lunes su reforma, contra la que se manifestaron más de un millón de personas el jueves, y empezará su trámite parlamentario en el pleno de la Asamblea Nacional (cámara baja) a partir del 6 de febrero, antes de su llegada al Senado (cámara alta). Tanto la izquierda como la extrema derecha ya han adelantado que votarán en contra.
España y Francia son los dos de los países del entorno europeo con la edad ordinaria de jubilación más baja, según los últimos datos publicados por Eurostat. Al mismo tiempo, en sus economías destaca la baja productividad en comparación con los países del norte de Europa, las bajas tasas de empleo y excesivo peso de las pymes en el tejido productivo. Algo que provoca que los dos territorios se parezcan mucho en la cuestión de las pensiones públicas. En la misma línea, Francia se coloca como el tercer país que más destina a estas partidas, con el 14,3% del Producto Interior Bruto (PIB), sólo por detrás de Grecia e Italia. Mientras que España, con el 11,6%, si bien no llega a tanto, también se sitúa por encima de la media de la OCDE (8,5%).
A ello se suma que la edad efectiva de jubilación es de 60,8 años, según el Ministerio de Trabajo francés. Mientras que en España la cifra está en 62,1 años para los hombres y 61,3 para las mujeres, según datos de las Seguridad Social. Este hecho, unido a que ambos países tienen una esperanza de vida altísima, provoca que sean los dos países en los que un nuevo pensionista tiene más tiempo por delante para cobrar su prestación: más de 26 años para las mujeres y del orden de 22 años para los hombres.
El problema es que a esta situación no le acompaña un mercado laboral lo suficientemente solvente como para compensar a través de las cotizaciones la elevada inversión en estas retribuciones. En otras palabras, ninguno de los dos sistemas tiene suficientes trabajadores como para pagar las pensiones actuales (en España ya hay dos trabajadores por cada pensionista), mucho menos para pagar las jubilaciones futuras que, en consonancia con la subida de los salarios, serán más altas Todo ello a pesar de que los impuestos al trabajo en Francia y España ya están entre los más altos del mundo. Si se observan las cotizaciones sociales medias (entre empresas y trabajadores), se puede ver que los galos contribuyen con el 27,5% del salario y los españoles con el 28,3%.
Según la legislación actual, el periodo de cotización debe establecerse en 43 años a partir de 2035, pero el Gobierno de Macron quiere adelantar este calendario y exigir 43 años cotizados a partir de 2027. Todas aquellas personas que no hayan cotizado todo este tiempo verán su pensión reducida. Un cambio con el que aspiran a ahorrar 18.000 millones y que podría llevar a cincuenta mil personas a aplazar su salida este año. También el texto establecerá en 1.200 euros las pensiones de jubilación mínimas para todos aquellos jubilados con una carrera completa. En España la pensión media de jubilación, que reciben 6,32 millones de ciudadanos, es de 1368 € y la pensión media en el RGSS son 1528 €. Un poco más de 400.000 pensionistas reciben el complemento a mínimos
En España el Gobierno de Pedro Sánchez alcanzó un acuerdo el pasado 2021 sobre la reforma de las pensiones pero la segunda fase de la reforma de las pensiones lo protagonizan, en buena parte, las rentas más altas. Se plantea el aumento de las bases de cotización máximas para que los salarios más altos aporten más a la Seguridad Social, lo que conlleva el aumento progresivo de las pensiones máximas. Si bien el origen del desencuentro lo desencadenó la propuesta de ampliación del periodo de cálculo de la pensión de 25 a 30 años.