El plan de transición incluye la privatización de activos y, sorprendentemente, está impulsado por socialdemócratas, liberal-demócratas y verdes.
Dentro del paquete de medidas que ha presentado el Gobierno alemán para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones y asegurar una tasa de reemplazo de al menos el 48% en el futuro, Alemania creará un fondo, cuya dotación se espera que alcance los 200.000 millones de euros, que invertirá en los mercados y que a partir de mediados de la próxima década contribuirá a sostener la financiación de las pensiones.
El proyecto para la creación del Capital Generacional contempla la financiación del fondo mediante préstamos del presupuesto federal y la transferencia de fondos propios del Gobierno para constituir un capital social, cuyos ingresos contribuirán en el futuro a estabilizar las cotizaciones al seguro de pensiones. En este sentido, se contemplan en 2024 préstamos por importe de 12.000 millones de euros, con un aumento anual del 3%, y la disposición hasta 2028 de activos federales por valor de 15.000 millones de euros, con vistas a alcanzar para mediados de la próxima década un capital social de 200.000 millones.
«Para que el sistema de pensiones tenga futuro, creamos Generationenkapital. Creemos que esto provocará un verdadero cambio de paradigma. Hace mucho tiempo que deberíamos aprovechar las oportunidades que nos brindan los mercados de capitales para el seguro de pensiones obligatorio».
El Ministerio de Finanzas subraya que el nuevo fondo representa una inversión de capital del Gobierno federal para estabilizar las tasas de cotización, añadiendo que las inversiones en los mercados tienen como objetivo generar ingresos para aliviar la evolución de las tasas de cotización, beneficiando así a los contribuyentes al frenar el aumento de las contribuciones a las pensiones en el futuro de lo que sería el caso sin los ingresos del fondo. Actualmente, el gobierno federal cubre alrededor del 25% del gasto en pensiones a través de transferencias fiscales.
Este vehículo inversor deberá ser administrado profesionalmente e invertido globalmente a través de una fundación pública independiente de nueva creación y tiene como objetivo invertir en el mercado los fondos puestos a su disposición «de forma orientada a la rentabilidad y globalmente diversificada», y en lo que respecta a los préstamos federales, aprovechará la diferencia de rendimiento entre las inversiones en el mercado de capitales y los títulos federales de menor interés.
Se espera que solo a partir de 2036 se realizarán distribuciones al seguro de pensiones por un importe medio esperado anual de unos 10.000 millones de euros para estabilizar las cotizaciones al seguro de pensiones. Según los cálculos de Berlín, la cotización al seguro de pensiones aumentará desde el 18,6% actual al 22,3% para 2035, debido al envejecimiento de la población. En este sentido, el Gobierno advierte de que sin la aportación esperada de este vehículo inversor, la cotización rondaría el 23% para 2045.
Altos cargos del Ministerio de Finanzas expresaron al Financial Times su esperanza de que este primer paso hacia la capitalización venga seguido después de un modelo individualizado de cuentas de ahorro, a la manera del sistema de Chile y que hoy opera de forma total en países como Australia y de manera parcial en economías como Suecia o Noruega.
El Ministerio de Finanzas ha enfatizado que esta reforma es «urgente. Deberíamos haber comenzado a aprovechar las oportunidades de los mercados de capitales para el sistema de pensiones hace mucho tiempo«. Aunque reconoció que esta no es una solución mágica para el desafío de financiar las pensiones a largo plazo, recalcó que es «un primer paso importante».