La diferencia entre paro registrado y demandantes con relación laboral supera las 636.000 personas
La polémica sobre la fiabilidad de los datos de desempleo que publica el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y la brecha entre el paro registrado y el efectivo (que suma los demandantes con relación laboral) sigue creciendo y superó en enero las 636.000, un 67% más que hace un año.
El concepto de paro efectivo ha sido acuñado por el investigador de Fedea, Florentino Felgueroso, como una forma de acotar el peso en el desempleo de los demandantes con relación laboral: personas que no trabajan pero siguen vinculados por un contrato. En esta categoría se integran los trabajadores afectados por ERTE y, especialmente a partir de la reforma laboral, los fijos discontinuos cuando no trabajan a la espera de que su empresa vuelva a llamarles.
Felgueroso plantea dos fórmulas para calcular el paro efectivo: contando a los inmersos en ERTEs , que han caído en el último año un 88%, hasta suponer apenas 15.000 en enero o descontándolos. Así se acota el posible impacto de los trabajadores fijos discontinuos inactivos que no cuentan como parados registrados, aunque son dados de baja en la Seguridad Social (a diferencia de lo que ocurre con los afectados por ERTE), y pueden cobrar una prestación por desempleo.
Esto implica que en el último año el paro registrado por el SEPE ha descendido un 6,8%, hasta las 2.908.397 personas, mientras el paro efectivo (descontado los afectados por ERTE), ha aumentado un 1,19%, hasta las 3.544.509 personas.
Aunque Trabajo no clarifique cuántos de estos 636.112 demandantes de diferencia son fijos discontinuos, la evolución no se puede explicar sin ellos. A pesar de que los fijos discontinuos tienen menos incentivos para inscribirse en los servicios públicos de empleo, ya que muchos no han cotizado lo suficiente para cobrar una prestación, este auge es significativo.
Y esto empieza a distorsionar otras métricas, como la tasa de cobertura de las prestaciones. En comunidades autónomas como Baleares, ya hay más del doble de personas cobrando prestaciones que parados registrados.
Fuente: El Economista