Nunca antes en los últimos 29 años se había encarecido tanto el coste de la vida como en la recta final de este 2021. Según la última estimación del Índice de precios del consumo (IPC) que ha publicado el Instituto Nacional de Estadística (INE) este lunes, los precios de los bienes más habituales de consumo fueron en noviembre un 5,6% más caros que en el mismo mes del año pasado.
En los PGE 2022 y en otras disposiciones varias se modificaron los indicadores económicos de las prestaciones y ayudas sociales , que ahora con la estratosférica subida del IPC han quedado absolutamente superados
Pensiones contributivas
La subida anual de estas prestaciones será del 2.5 % (si se confirma el dato del IPC de noviembre del 5,6% que de momento es sñolo una dato «estimado») pues la revalorización anual se realiza con la subida media del IPC de los 12 meses previos a cada diciembre, es decir, entre noviembre de 2020 y noviembre de 2021. No obstante, si los factores que están impulsando la inflación no remiten en el corto plazo (y nada indica que vayan a hacerlo hasta el año próximo) 2021 cerrará con un incremento del IPC cercano al 3% en promedio del año, es dcir, estos pensionistas también perderán poder adquisitivo pues además el IPC segurá probablemente subiendo a lo largo del 2022.
Las pensiones mínimas se revalorizarán según los PGE para 2022 un 3%, lo que «se come» la subida real del IPC de 2021 (desde enero a diciembre)
Salario Mínimo Interprofesional (SMI)
Los esfuerzos del Ejecutivo por elevar la cuantía del salario mínimo interprofesional (SMI) ya han sido contrarrestados por el alza de precios. En octubre se aprobó una subida, con efectos retroactivos desde el 1 de septiembre, que elevó el SMI de 950 a 965 euros mensuales en 14 pagas, un incremento del 1,6%. Por tanto, si el año cierra con una inflación promedio del 3%, quienes perciben este ingreso habrán perdido poder adquisitivo pese al incremento salarial. En concreto, el alza de precios provocará a estos trabajadores una pérdida de poder adquisitivo de 29 euros mensuales que la subida de 15 euros de octubre no logra compensar.
Además, hay que tener en cuenta que el incremento del SMI solo se ha aplicado a las pagas de septiembre en adelante, por lo que la pérdida de poder adquisitivo es todavía mayor. Si no se hubiera subido el SMI, estos trabajadores habrían perdido 400 euros de poder adquisitivo durante este año, una cantidad que solo se ha visto ligeramente amortiguada por la mejora del salario mínimo.
El Gobierno descarta por el momento vincular el SMI con el IPC y remite al objetivo de que alcance el 60% del salario medio en 2023.
Pensiones no contributivas y el Ingreso Mínimo Vital (IMV)
Las personas y hogares que reciben el IMV perderán también algo de poder adquisitivo. Esta prestación social está vinculada de forma directa al valor de las pensiones no contributivas, que este año asciende a 470 euros mensuales aunque estos 470 euros de base pueden aumentar en función de la tipología del hogar y a ellos hay que descontarles los ingresos que obtienen los beneficiarios por otras vías. En septiembre de 2021 el IMV promedio ascendía a 436 euros mensuales por hogar, según datos de la propia Seguridad Social.
La pérdida de poder adquisitivo de quienes reciben el IMV está sujeta, por tanto, a la revalorización de las pensiones no contributivas, que no están vinculadas directamente al IPC. En los PGE 2022 el Gobierno aprobó una subida del 1,8% para estas prestaciones, una cifra sensiblemente más baja que el 3% de inflación promedio esperado. Para un beneficiario que recibiera esos 470 euros de base, el efecto de la inflación habrá reducido su poder adquisitivo un 1,2%, es decir, casi seis euros al mes y 68 en un año.
Subsidos de desempleo del SEPE y Rentas mínimas autonómicas
Las cuantías de los subsidios de desempleo del SEPE como la inmensa mayoría de las Rentas mínimas autonómicas estan vinculadas al Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) que tras cuatro años congelado el Gobierno lo elevó hasta los 564,9 euros para 2022, una subida del 5% suficiente como para compensar el efecto de la inflación prevista en 2021. No obstante, si los precios siguen altos en 2022 y el IPREM no se revisa, quienes cobren rentas que dependan de él perderán poder adquisitivo.
Ver: LAS AYUDAS AUTONÓMICAS Y EL IPREM
Salarios
Queda la incógnita de qué pasará con el poder adquisitivo de los asalariados en general, cuyos sueldos en la amplia mayoría de los casos no se revalorizan automáticamente conforme al IPC. Según un estudio oficial del Gobierno solo el 15% de los convenios colectivos tenían cláusulas de revisión del salario vinculadas al IPC. No obstante, aunque la mayoría de los salarios no se revisen automáticamente de esta forma, es de esperar que los trabajadores presionen para lograr subidas salariales que compensen, aunque sea solo en parte, el encarecimiento en el coste de la vida lo que puede producir un efecto de aumentar el IPC abriendo el camino a una hiperinflaccion de efectos demoledores en la economía general del pais.
Empleados públicos
Los empleados públicos son otro de los colectivos más perjudicados por la elevada inflación. El año pasado el Ejecutivo aprobó una subida salarial del 0,9% para este colectivo que quedará lejos del 3% de incremento de inflación promedio esperado este año. Para el sueldo medio de un funcionario, que en 2019 promedió los 2.761 euros brutos mensuales, esto supone una pérdida de poder adquisitivo de 58 euros al mes, que en el conjunto del año ascendería a 696.
Además, es de esperar que este colectivo vuelva a perder poder adquisitivo de nuevo el próximo año. El Gobierno se comprometió a subir los salarios de los empleados públicos un 2% en 2022, un incremento que no compensa la pérdida de poder adquisitivo de este año y que podría ser insuficiente si la inflación en 2022 se mantiene por encima del 2%, como vaticinan algunos analistas.
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