El país destina el 23,7% del PIB frente al 30% que dedican ellos. Esos estados gozan de más recursos al contar con hasta 12 puntos más de presión fiscal
El último Consejo Europeo se saldó con un acuerdo histórico por el que los socios comunitarios aprobaron endeudarse conjuntamente por primera vez para movilizar 750.000 millones de euros en respuesta a la crisis abierta por el coronavirus. La cumbre sirvió también, sin embargo, para terminar de dibujar un nuevo polo de poder europeo, el de los denominados países frugales: Países Bajos, Suecia, Dinamarca y Austria. Un bloque aparentemente heredero de los postulados de austeridad con los que se trató de responder a la crisis anterior y que ya pide rebajas de pensiones a los estados del sur pero que, paradójicamente, destina más fondos a gasto social que España.
En concreto, España dedica a las partidas de protección social el equivalente al 23,4% de su PIB, ya por debajo del 28,1% de media de la Unión Europea, según los últimos datos comparables que ofrece Eurostat, correspondientes a 2017. Pero la diferencia se ensancha frente al 28,8% de Suecia, el 29,3% de Países Bajos, el 30,6% de Finlandia o el 32,2% de Dinamarca.
“Más allá de la consideración sobre el equilibrio de sus cuentas públicas”, expone José María Mollinedo, secretario general de los Técnicos de Hacienda (Gestha), “calificar a estos países de frugales, entendiéndolo por austeros” no responde a la realidad de que “algunos de ellos, como Dinamarca o Suecia, son abanderados de la inversión en gasto social”. La explicación, subraya, es que también “están arriba en el ranking recaudatorio”, lo que les permite gozar de recursos adicionales para atender a su sociedad. “Respecto a esos países, en España somos más austeros, incluso sus Gobiernos conservadores siguen manteniendo esas tasas de bienestar de sus ciudadanos gracias a la mayor presión fiscal”, concluye.
Así, mientras que la presión fiscal en España, entendida como el peso del conjunto de ingresos tributarios y por cotizaciones sociales sobre el tamaño de la economía, se sitúa en el 34,7%, en la media de la UE es del 40,2% y en la zona euro alcanza el 41,5%. Aún situándose por debajo de esta media, los Países Bajos se sitúan casi cinco puntos por encima de España, con una presión fiscal del 39,2%, mientras que el resto de frugales suben hasta el 43,1% del PIB de Finlandia, el 44,7% del de Suecia o el 47,8% del de Dinamarca.
Fuente: cinco dias