EL AHORRO PARA LA JUBILACIÓN EN LA EMPRESA: VÍA PÓLIZAS, ESCASO Y MAL DISTRIBUIDO

Las compañías que aplican estas retribuciones destinan un 4% de los sueldos a estas fórmulas, y un tercio de ellas solo paga la pensión a los directivos, según un amplio estudio de Mercer

El Gobierno se ha marcado como un objetivo prioritario el fomento del ahorro para la jubilación en el marco de la negociación colectiva. Para ello ha creado nuevas figuras —los planes de pensiones simplificados y los planes de promoción pública— y ha cambiado el marco fiscal, de modo que en los planes individuales solo se pueden aportar 1.500 euros al año y en los colectivos, en cambio, se puede llegar a 8.000 euros. Por ahora, los avances son pequeños. Y el panorama de ahorro empresarial para la jubilación tiene muchas sombras: está poco extendido, es escaso en cuanto a los importes acumulados, y se concentra sobre todo en los altos directivos, precisamente el colectivo que menos necesidad tendrá de completar su pensión pública.

Un informe de la consultora Mercer ha retratado cómo funcionan este tipo de complementos salariales. El estudio parte de los datos obtenidos de 414 empresas (clientes de la firma) que suman en total más de 160.000 empleados, y acumulan un ahorro conjunto de 2.416 millones de euros. Una muestra lo suficientemente amplia para entender este tipo de programas, aunque hay que tener en cuenta que tan solo una minoría de compañías, todas ellas de gran tamaño, aplican este tipo de políticas retributivas.

De los planes analizados, el 70% estaban pensados para toda la plantilla, mientras que el resto eran esquemas compensatorios dedicados exclusivamente a los directivos o a específicamente al consejero delegado. Paola Panizo, consultora de Mercer y una de las autoras del estudio, explica que “cuando se trata de compensaciones para la alta dirección, la figura que se utiliza es la de póliza de seguros, porque permite discriminar y hacer un traje a medida para cada perfil”.

Los planes de pensiones de empleo son la figura más utilizada —el 50% de las empresas analizadas— aunque llevan años en retirada. Ya en un 34% de las compañías se utiliza en alguna medida esas pólizas aseguradoras, que dan más flexibilidad. Y en otro 16% se usan planes de previsión social empresarial (PPSE), también una figura vinculada a un seguro, y donde no hay una comisión de control mixta (con empresa y trabajadores) que monitorice la evolución del plan. Además, en los PPSE se asegura un rendimiento mínimo.

En España hay 37.000 millones de euros acumulados en planes de pensiones de empleo. En ellos, una empresa o administración pública, promueve el vehículo en beneficio de sus trabajadores, y lo va dotando año tras año. La comisión de control escoge la gestora que administra el vehículo de inversión y puede definir qué tipo de estrategia debe tener el fondo, o si quiere que tenga una orientación medioambiental. Para el Ejecutivo, es el formato ideal, porque se origina en la negociación colectiva: cuando se pactan las subidas salariales, se decide qué porcentaje de aportación va a tener el plan de empleo. Sin embargo, la figura lleva años menguando. Las administraciones públicas no aportan dinero a los planes de funcionarios desde 2008 y cada año sale más dinero del que entra. Solo los bancos, las eléctricas y grandes compañías mantienen las aportaciones.

A medida que el dinero que hay en planes de pensiones colectivos va reduciéndose, aumenta el que se vehicula a través de seguros, tanto en pólizas individuales para directivos como en PPSE. De acuerdo con datos de Unespa, la asociación de las aseguradoras, en España hay 49.000 millones de euros en seguros de capitales diferidos, utilizados fundamentalmente por las empresas para planes de jubilación. Una fórmula que no es la más recomendada por los expertos.

Mariano Jiménez Lasheras, director general de CPPS Asesores, explica que estos compromisos por pensiones articulados por medio de una fórmula aseguradora, “no se suelen contabilizar como parte del tercer pilar de previsión social complementaria, porque dependen de la arbitrariedad de la empresa, y no de la negociación colectiva; los trabajadores tienen muy poco que decir”.

De acuerdo con el estudio de Mercer, en los planes de nueva creación se utiliza en un 55% de los casos la figura aseguradora del PPSE. Aún así, sigue siendo un instrumento minoritario, con poco más de 400 millones acumulados, de acuerdo con los últimos datos disponibles. Al estar garantizados, durante años han dado pocos retornos, así que las empresas han ido buscando otras fórmulas. En el caso de los directivos se utilizan pólizas unit-linked, que permiten invertir en fondos de inversión.

Paola Panizo, de Mercer, reconoce que “tan solo las grandes empresas tienen capacidad para poner en marcha este tipo de programas, lo que deja fuera a la mayor parte de la población española”. Además, el dinero que se acumula es bastante escaso. El saldo medio ahorrado en planes de pensiones es de solo 13.000 euros.

Cuando el plan es para toda la plantilla, las empresas del estudio destinan entre un 3% y un 4% de la masa salarial a dotar anualmente estos programas. Si es un vehículo para directivos, el importe sube hasta el 10%. Lo normal es que el empleador se haga cargo de un tercio de la contribución al plan, y el resto corre a cargo del trabajador. Además, en algunas empresas, si su empleado aporta un dinero extra en el plan (más allá de lo pactado), la compañía lo iguala, e incluso lo duplica. Una opción de ahorro muy atractiva pero al alcance de muy pocos.

Fuente: cinco días Radiografía del ahorro para la jubilación en la empresa: vía pólizas, escaso y mal distribuido | Fondos y Planes | Cinco Días (elpais.com)

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