CON LA ÚLTIMA REFORMA LABORAL LA MEDIA DIARIA DE DESPIDOS CRECE UN 45%

Para los contratos indefinidos, el incremento alcanza el 62%

Los despidos disciplinarios se disparan mientras retroceden las regulaciones de empleo

Seguridad Social aclara los datos para desvincularse de la polémica de los fijos discontinuos

 

La reforma laboral ha supuesto una revolución en la manera de contratar, pero también de finalizar esos contratos. Hasta el punto que la media diaria de bajas de afiliación por despido registradas durante los once primeros meses de vigencia de la norma ya supera en un 44,6% a la de 2021 y marca el máximo de una serie que se remonta a 2012. Este incremento se debe exclusivamente a los contratos indefinidos, para los que el aumento llega al 61,7%, mientras los temporales marcan un retroceso del 8,6%.

 

Los datos se extraen del análisis de las causas de baja de afiliación al Régimen General de la Seguridad Social. Una estadística que el Gobierno ha revisado en profundidad en los últimos meses en el contexto de la polémica por los fijos discontinuos. Y es que tras la reforma laboral se ha detectado un incremento espectacular de las bajas por pase a la inactividad de estos trabajadores, así como también de las dimisiones y de las extinciones por no superar el periodo de prueba.

 

Un récord volátil

El Gobierno siempre ha explicado este aumento como un simple efecto colateral del incremento de la contratación indefinida. Aunque en el caso de los despidos es más complicado, ya que también reflejan el impacto de la incertidumbre económica.

Según los registros provisionales de la Seguridad Social, hasta noviembre, el promedio del año se sitúa en 3139,25 bajas diarias de afiliación por alguna de las causas definidas estrictamente como ‘despido’ en la estadística: disciplinario individual, colectivo, declarado improcedente, por causas objetivas imputables a la empresa o por causas objetivas imputables al trabajador. No se consideran como tales otras extinciones, como la producida por no superar el periodo de prueba o el fin de un contrato temporal.

 

Por meses, la evolución oscila entre un mínimo de 2.362 despidos en enero y un máximo de 4.013 en septiembre. De la misma forma, las variaciones interanuales han oscilado entre un descenso del 12% en el primer mes del año y un 90% en julio. En noviembre, último mes para el que hay registros, el incremento alcanzó el 71%.

 

En cualquier caso, la escalada a partir de febrero no tiene precedentes y marca un máximo muy por encima de los ejercicios que siguieron a la reforma laboral de 2012, tanto en promedio como en datos mensuales. Solo se ve superado por el récord registrado en marzo de 2020, cuando se anotó una media de 5816,46 bajas diarias.

 

Como es lógico, la mayoría de despidos se concentran entre los trabajadores con contrato indefinido, que suponen 9 de cada 10 diarios registrados en los últimos meses.

 

La primera causa son los despidos disciplinarios, que no acarrean indemnización, y se han disparado un 122%. Le siguen los despidos por causas objetivas, con indemnización de 20 días, que han crecido un 136% en caso de los imputables a la empresa y un 93% en el de los imputables al trabajador.

 

En este punto hay que recordar que las causas imputadas a la empresa pueden ser económicas, técnicas, organizativas y de producción. Las vinculadas al trabajador pueden ser por falta de adaptación al puesto o por absentismo. Por el contrario, los despidos colectivos han descendido un 66% y los despidos declarados improcedentes un 35%.

 

Esta evolución apunta a que las medidas impulsadas para restringir los despidos desde la pandemia solo han tenido efecto en los de carácter colectivo, pero no han evitado un trasvase hacia los ceses individuales, que se justifican en la dificultad de las empresas para hacer frente a la incertidumbre económica.

 

Aunque el auge de las causas disciplinarias apunta que las empresas buscan otras vías menos claras para intentar sortear las restricciones impuestas desde el Gobierno a los ajustes de plantilla.

 

Una serie de datos ‘viva’ 

La Seguridad Social ha aprovechado la revisión de estos datos para clarificar la forma en la que se presentan las causas de bajas de afiliación, que define como una “base de datos viva”, ya que los registros, especialmente en el caso de los despidos, pueden llegar a actualizarse con semanas o meses de retraso.

Esto le ha obligado a considerar como “provisionales” y espaciar su publicación con un plazo de dos meses respecto a los de afiliación. Además, clarifica que no se trata del número mensual, sino la media diaria (sobre días laborables) de las bajas extraídas al final de mes. Es decir, no refleja el número exacto de bajas. Este matiz es importante.

 

Por ejemplo, para calcular los despidos en noviembre habría que multiplicar por 22 días laborables la media de 3.611 despidos diarios, lo que arrojaría una cifra de 79.464, más coherente con la realidad del mercado laboral español. Sin embargo, este ejercicio resulta arriesgado ante la compleja elaboración de unas cifras que Seguridad Social no se ha molestado en explicar hasta ahora, pese a la permanente confusión de los medios.

 

Fuente: El Economista

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