Yolanda Díaz retoma el Estatuto del Becario más de un año después del acuerdo con sindicatos, pero sin CEOE

Aunque el texto fue pactado en el otoño de 2022, quedó cerrado finalmente en 2023 con CCOO y UGT pero con la oposición de la CEOE y Rectores.

La norma establece límites a las horas de prácticas, regula el número de este personal y otorga nuevos derechos.

El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha abierto el plazo de audiencia pública del proyecto de Ley del estatuto de las personas en formación práctica no laboral en el ámbito de la empresa, conocido como Estatuto del Becario, que hace más de un año fue pactado con CCOO y UGT pero sin el respaldo de CEOE y Cepyme.

En realidad, el texto fue pactado en el otoño de 2022 con los sindicatos, pero Trabajo se abrió a incorporar cambios para dar una nueva oportunidad a la negociación con la patronal que, finalmente, no dio sus frutos, de modo que antes del verano de 2023 el texto quedó cerrado finalmente con CCOO y UGT.

Así las cosas, Trabajo ha abierto ahora el plazo de consulta pública de esta norma -hasta el 16 de octubre- que será tramitada, a diferencia de lo previsto hace más de un año, como proyecto de ley. Ello implica que el trámite será algo más largo pero, al mismo tiempo, facilitará que los partidos puedan incorporar enmiendas, un aspecto que los socios de investidura reclaman reiteradamente al Ejecutivo en esta legislatura, con una geometría parlamentaria más complicada que en el anterior mandato.

Medidas

Durante las negociaciones, los borradores recogían medidas como que el número de personas en formación práctica en empresas no podrá superar el 20% de la plantilla de cada compañía con carácter general, aunque “cualquier empresa podrá concertar formación práctica con dos personas, con independencia del número de personas de plantilla”. Este último punto está pensado para las empresas más pequeñas y los autónomos.

En lo tocante a las prácticas curriculares, el texto limita el número máximo de horas realizables a un 25% de los créditos que incluya el plan formativo. Para la inmensa mayoría de los grados (que suelen contar con 240 créditos) este porcentaje se traduce en un máximo de 1.500 horas (cada crédito equivale a 25 horas de estudio). En el caso de los másteres, la limitación se reduce a un rango entre 375 y 750 horas en función de si la titulación es a uno o dos años.

El marco para las prácticas que van más allá de lo obligatorio es todavía más estricto. La duración de las prácticas extracurriculares quedaría restringida a un 15% del coste horario en créditos y con un tope de 480 horas. Este punto ha sido uno de los más polémicos en el largo proceso de debate entre Trabajo, sindicatos y empresarios que ha acompañado al Estatuto del Becario. Los sindicatos eran partidarios a su eliminación, pues consideraban que fomentan el uso fraudulento de los becarios. En un borrador anterior, se establecía una moratoria de tres años, pero finalmente este apartado se acabó cayendo del acuerdo definitivo entre Trabajo y sindicatos.

Derechos adquiridos

Más allá de la regulación de las prácticas, el Estatuto del Becario consagra una serie de derechos para los trabajadores en prácticas. En concreto, establece que las empresas deberán compensar los gastos de desplazamiento, manutención o alojamiento en que incurran los estudiantes en prácticas durante el ejercicio de sus funciones. También prohíbe el trabajo nocturno, salvo que sea imprescindible por la naturaleza del oficio.

Además, se reconoce el derecho de los becarios a disfrutar de servicios de los que gozan los empleados que sí tienen relación laboral en las mismas condiciones que estos. Eso sí, siempre y cuando las circunstancias de la empresa lo permitan. Hablamos de cuestiones como el acceso a las zonas de restauración, descanso o aparcamiento.

En todo caso, los estudiantes en prácticas no tendrán relación con la empresa ni se les garantiza el cobro de una ayuda económica. No obstante, los meses de prácticas sí que contarán como cotizados a la Seguridad Social, aunque no cobren. Un derecho que los estudiantes tienen reconocido desde enero de este año.

Asimismo, aunque la norma no considera que los estudiantes en prácticas sean trabajadores de pleno derecho, advierte que se puede presumir que existe relación laboral si la Inspección de Trabajo detecta que hay un becario que hace las funciones de un trabajador o que realiza un empleo que no se corresponde con su formación o competencias. Las infracciones para las empresas que incumplan con la normativa, si esta llega a ver la luz, oscilan entre los 70 euros para los incumplimientos más leves hasta los 225.018 euros en los casos más extremos

Aunque el texto sale ahora a consulta pública, la tramitación que le espera al Estatuto del Becario no será sencilla. Transcurrida esta fase, el proyecto debe volver al Consejo de Ministros para ser aprobado en segunda vuelta. Después saltará al Congreso, donde el delicado equilibrio de apoyos parlamentarios al Gobierno no garantiza que vaya a salir adelante. Máxime cuando se trata de un acuerdo que solo se ha negociado con los sindicatos y que no goza del beneplácito de la patronal ni de los rectores universitarios.

Finalmente, el texto que ahora Trabajo ha sacado a consulta pública señala que “se pretende complementar la regulación de las prácticas formativas no laborales con el establecimiento de un conjunto de derechos relacionados con aspectos íntimamente vinculados al ámbito laboral -como la conciliación y la protección frente a acoso u otros en materia de prevención de riesgos, exigible en la medida en que se comparte, aunque sea puntual o temporalmente, las circunstancias y riesgos propios de las personas trabajadoras de la empresa-“.

Fuente: Yolanda Díaz retoma el Estatuto del Becario más de un año después del acuerdo con sindicatos, pero sin CEOE (20minutos.es)

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